Cuento 7: El Regalo De La Gaviota

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En una granja hace mucho tiempo vivía una gallina muy caritativa y afectuosa, todas las noches tenía la costumbre de contemplar la belleza de la luna hasta muy tarde.

En una mañana muy cálida y resplandeciente con la luz del sol, iba caminando un poco afligida por un sendero muy verde y pedregoso. Pasado unos minutos se encontró a unas hormigas que estaban tomando una siesta, la saludaron, una de ellas preguntó que tenía, la gallina contestó de una manera muy amena que hace unos días había quedado en verse con su amiga la gaviota en el jardín botánico y que no había ido, las hormigas expresaron que la gaviota ya no habitaba en la granja pues los dueños le habían vendido a un comerciante exterior, pues aquí se le dificultaba su alimento, pero la gaviota antes de irse le dijo al perro que vigilaba la casa grande que vendría dos veces al año a visitar a sus amigos. La gallina se fue un poco triste al saber que la amiga de toda su vida se la habían llevado.

Pasaron días la gallina se olvidó de la gaviota y continúo con su vida normal, aunque cabe aclarar que algunas noches mientras observaba la luna la pensaba demasiado y le hacía mucha falta, anhelando su presencia.

Transcurrido unas semanas la gallina escuchó unas voces en la casa de los cerdos, se aproximó y notó que había otros animales allí, saltó a un banco grande y decidió cacarear símbolo de silencio, interrogó al respecto, el sapo respondió que la cerda había engañado a su esposo cerdo con otro de una finca de al lado, en ese momento escucharon los pasos del encargado de la granja y de su cuidado, todos los animales se fueron a su residencia. La gallina esa noche mientras contemplaba la luna, pensativa en lo que acababa de pasar, pues nunca había ocurrido algo así, además allí estaba prohibido relacionarse con otros animales fuera de la granja.

A la mañana siguiente todos hablaban del caso, la gallina se reunió con la ardilla, el avestruz y el caballo, acordaron que iban hablar con el resto de los animales el fin de semana para decidir que iban hacer sobre lo ocurrido, ya que los dueños junto con demás trabajadores iban al pueblo a divertirse un rato y a dejar el estrés a un lado.

El fin de semana llegó, se realizó una audiencia en los establos, hubo muchas opiniones, la oveja dijo que mejor se le pusiera un castigo con algún oficio, la tortuga manifestó que lo mejor sería que la cerda abandonara la granja, el conejo señaló que no podía quedar impune y que se le aplicara pena de muerte, el sapo tan imprudente y atolondrado como siempre le respondió que no se preocupara que cuando fuera noche buena le iba a llegar su hora y soltó la carcajada, el toro expuso que lo mejor sería que hicieran votaciones y que se le aplicara la de mayor votos. Varios en contra, muchos a favor otros sin opinar como era el caso de la gallina, todo paso a peleas, discusiones, se convirtió en un caos total, no sabían que hacer. Minutos después hubo un silencio agudo, la gallina aprovechó para pedir la opinión del esposo cerdo, este expresó su dolor y llanto hacia su amada esposa aceptando su traición, que no sabía que hacer que le dolía todo lo que estaba pasando, seguidamente la gallina le solicitó a la cerda, ésta contestó que lamentaba todo lo que ocurría, y lo mejor sería marcharse de la granja, había cometido un error y tenía que pagarlo, le pidió perdón de rodillas a su esposo por engañarlo y a los demás animales por infringir la ley.

En ese momento la gallina avisó a los animales de la granja dando a conocer que el 4 de octubre era el día mundial de los animales, que había que celebrarlo por lo alto, aprovechando que era domingo y nadie iba a estar allá, por otro lado era una forma de despedir a su vecina y amiga la cerda. El sábado en la noche organizaron todo para el día después, el domingo en la madrugada llego la gaviota de visita, ese día hicieron concursos, juegos, festejaron y rumbearon a lo loco, la gaviota persuadió a sus amigos de que olvidaran el problema con la cerda, que lo dejaran atrás, que se podía superar. El cerdo junto a los demás animales perdonaron a la cerda, todos en la granja volvieron a sentir alegría y tranquilidad.

La gallina y la gaviota se aislaron de todos se fueron al árbol donde se podía contemplar la luna. La gaviota desde su largo vuelo trajo el regalo más importante que se puede dar El Perdón.

El Poder De ImaginarWhere stories live. Discover now