Cap 19

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-"debe ser genial tener este gran lugar solo para jugar"

-"la verdad es que me siento sola .... no tengo muchos amigos como para compartirlo"

-"yo tampoco, supongo que a la gente no le agrada que sea la mejor... además a mis padres no les gusta mucho que tenga amigos, no me deja llevar a ninguno a casa"- dijo encogiéndose de hombros.

-"pero ahora podríamos ser amigas"- dijo con ilusión, mientras la rubia le miraba con una sonrisa divertida y algo burlona.

-"tendría que pensarlo... no me gustan las niñas lloronas"- de pronto miró hacia un lado del jardín dándose cuenta de que su padre estaba abandonando la mansión. -"... demonios, mi papá se va...debo irme... nos vemos niña"

-"espera..."- estiró al mano pero ya era tarde.

Se despidió con un gesto con la mano y rápidamente, en segundos, comenzó a descender hasta tocar el pasto y salir corriendo a toda velocidad hasta donde un hombre joven, alto y de cabellos tan rubios como los de la niña, caminaba.

-"donde te habías metido, no te dije que te quedaras quieta Perrie?"- dice el hombre al tener a la niña rubia un poco agitada ya a su lado.

-"si, pero quería dar una vuelta"- el hombre movió su cabeza en signo de desapruebo y ambos caminaron.

Mientras la morena miraba a ambos irse de los dominios de su padre, luego miró al suelo.

-"...y ahora como me bajo"

La desesperación se apoderó por unos momentos, y unas repentinas ganas de llorar, pero luego recordó las palabras de la rubia "no me gustan las niñas lloronas", así que tomó aire y se dispuso a bajar. Después de varios minutos y constantes pausas logró llegar hasta el final de su trayecto, tocando suelo firme. Miró a la copa y sonrió al recordar lo que había sucedido, y esperaba poder volver a verla, para poder contarle su más reciente logro.

Pasaron los días de la semana, y la esperaba cerca del árbol, pero eso no sucedió. Fijo su atención al hombre que entraba a la oficina de su padre, el mismo que hace días se había ido con la niña que esperaba, por lo que corrió inmediatamente hacia el árbol. Miró hacia arriba para asegurarse de que su presencia estuviera allí.

-"si que te gusta ese árbol"- escuchó a su espalda, haciéndole voltear rápidamente, con una sonrisa.

-"eres tú"- dijo abrazándola repentinamente, sin ser correspondida.

-"Hey! Hey!... no tienes que ser tal empalagosa"

-"lo siento"- la soltó rápidamente, sonrojándose.

-"de todos modos... también me da gusto volver a verte"- dijo sintiéndose apenada de admitirlo. -"por cierto, cómo te llamas?"

-"Jade, y tú?"

-"Perrie... pero no le digas a nadie, no creo que a papá le agrade saber que me he hecho tu amiga"

-"porque?"

-"ya te lo dije, no le gusta mucho que tenga amigos, dice que eso no me ayudará en la vida"

Ambas comenzaron a caminar mientras conversaban, el día era soleado y agradable. A pesar de que la morena era más pequeña que la rubia, no parecía haber problemas, pues para su edad era algo madura. Pactaron verse todos los días a la misma hora a los pies del árbol.

-"Hola"

-"creí que ya no vendrías"- le regañó la castaña.

-"lo sé, esta vez me costó arrancarme, en mi casa han estado algo extrañas las cosas"

Ciudad de vicio || JerrieWhere stories live. Discover now