A la mañana siguiente, despierto con el estúpido ruido de los pájaros al cantar, no puedo entender como a alguien eso le puede relajar. Levanto parte de mi dorso y busco con la mirada hasta encontrarme con la cama, vacía. Me quedo viéndola unos segundos y luego desvío la mirada a la nada. . Algo en mi no se siente bien, me siento como decepcionada, aunque no debería porque, ha sido una chica inteligente de verdad, no tenía sentido que se quedara conmigo, era lo mejor, que volviera a su casa y viera que hace de su vida... Si, es lo mejor. Pero entonces porque me siento así. Mis pensamiento son interrumpidos por el ruido de la puerta, que me pone en alerta, puede que estén adentro. Miro mi arma, está a mi alcance, se abre la puerta, y rápidamente tomo mi arma y apunto.
-Creí que querías desayunar, pero no sabía que amanecías de tan mal humor- me dice Jade, con una bandeja en las manos.
Suelto la respiración y bajo el arma, no puedo evitar gesticular una leve sonrisa que disimulo al darme cuenta cual fue su decisión, espero que no se haya dado cuenta, pero por su mirada puedo adivinar que sí.
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Han pasado tres días y aun no he podido averiguar nada, pues no hemos podido movernos con facilidad dado que Thirlwall ha dado aviso a casi toda la ciudad de la desaparición de su hija, y por debajo de lo que los medios publican, ha prometido una suculenta suma de dinero por mi cabeza. Voy a poner un café cuando la veo hojeando el diario, leyendo acerca de su desaparición ya publicada. Le veo disimuladamente, sin decir nada, como su semblante se encuentra serio ante el periódico, concentrada.
-Quieres un café?- interrumpo su silencio. Cierra el periódico y me sonríe.
-Claro-
Es primera vez que tengo compañía y la verdad no sé mucho de cómo tratar a alguien, hace años que no lo hago. Estos días prácticamente no hemos hablado, aunque ella trate de entablar una conversación conmigo, la evito, nunca he conversado con alguien. Es extraño saber que alguien más está conmigo, pero debo reconocer que no ha sido desagradable, no como yo lo creí. Aun así, mi trato no cambia, simplemente soy así, pero he tratado de ser amable...Hasta cierto punto, claro.
-Te he ocasionado muchos problemas, verdad?- me dice cuando recibe su tazón, viendo de reojo el periódico con el gran título ¨SECUESTRAN A HIJA DE EMPRESARIO JAMES THIRLWALL''
-Si- respondo secamente.
-Lo siento-
-Deberías...no sé por qué dejo que te quedes acá más tiempo- veo su reacción, lo que me produce algo de remordimiento por mis palabras. -En fin... tu padre igual me habría mandado a asesinar- digo para intentar alivianar su carga, parece funcionar.
Otro silencio prolongado, me gusta así, y ella parece entenderlo porque no ha contribuido con romperlo. Si, su presencia no ha sido tan molesta como imaginé.
-Perrie....- no debí afirmar eso tan rápido.
-Hmm?- no le veo y muestro desinterés.
-Sé que no quieres hablar mucho, pero... porqué mi padre quiere matarte, aun no me lo has dicho... bueno , obviando el hecho de que tratabas de matarlo. Es que no entiendo porque simplemente no deja esto a la policía-
-Tú de veras no sabes quién es tu padre, verdad-
-Tengo mis sospechas, por eso no quiero volver hasta despejarlas- desvía la mirada.
-Eso es todo? Yo puedo despejarlas por ti... tu padre es el hombre más poderoso de esta ciudad, se podría decir que es prácticamente el dueño-
-Sé que es un hombre de influencias, pero...-
