James.

Al doblar a la siguiente calle puedo a ver a Jayden parado a fuera de su casa junto con unos cuantos amigos, sentados en el césped a oscuras. Son alrededor de las diez de la noche y no puedo creer que yo haya vuelto aquí después de tanto tiempo y mucho menos sabiendo como es Jayden.

Me bajo de la moto, me quito el casco y meto mis manos a los bolsillos de mi chaqueta de cuero. El moreno al verme se levanta del césped y camina hacia mi.

― James Tanner, han pasado ¿tres años, desde la última vez que nos vimos?― Preguntó, pasando su brazo por encima de mis hombros con un porro de marihuana sostenida en su mano.― No me digas que quieres volver a las carreras ilegales, porque déjame decirte que encontramos a las fuera de la ciudad un terreno abandonado que lo hemos hecho nuestro, eh.

Contengo las ganas de apartar su brazo de mis hombros, pero él parece notar lo incomodo que me siento mucho más teniendo eso en su mano.

"Esto siempre será tu único escape, James..."

Jayden es mucho más alto que yo, fue jugador de basquetbol profesional a los veinte años pero luego de que lo descubrieron consumiendo droga y vendiendo dentro de los camarines y no dudaron en echarlo del equipo cerrándole las puertas por completo a seguir con sus sueños.

― No vengo aquí a drogarme, sólo quiero saber si tu hermano aun vende repuestos para bicicletas.― Digo, esta vez quitando su brazo.― ¿Lo hace o no?

― Tenemos marihuana y cocaína.― Me dijo, evadiendo mi pregunta.

Hace muchos años que deje de consumir droga, no puedo permitirme caer de nuevo a esto y volver a perderme. Porque Eich ya no estará para ayudarme, mucho menos ahora que le queda poco tiempo de vida.

― Jayden...

― ¡Helen trae la cocaína!― Le gritó a una chica que estaba acostada con su cabeza apoyada en la pierna de uno de sus amigos, la chica se levanta y cogió un plato de té con cocaína en polvo.

― Creo que fui lo suficientemente claro, te que dije que NO.― Digo, alzando la voz.

La tal Helen llega junto a nosotros y le da el platillo a Jayden.

― Sé que no estás aquí únicamente por esos repuestos de bicicleta, estas aquí porque quieres recordar viejos tiempos ¿no? Vamos, un poco no te hará mal.

Él extiende el platillo frente a mis ojos, aprietos mis puños y miles de recuerdos vienen a mi mente, a los quince, dieciséis, diecisiete años. Trago saliva y cogí el platillo entre mis manos.

<< No James...>>

Inhalo la cocaína en polvo con todas las ganas que mi cuerpo me exige, los gritos eufóricos de los amigos de Jayden me hicieron querer consumir mucho más. Entonces de inmediato siento la euforia apoderarse de mi cuerpo también, la adrenalina.

― Mientras más rápida sea la absorción menor es la duración del efecto.― Murmuró la chica.

― No te preocupes Helen, él no es la primera vez que lo hace.― Se ríe y vuelve a pasar su brazo por sobre mis hombros.

Dejo caer el platillo vacío al césped y doy un paso hacia atrás.

<< Qué demonios estás haciendo?>>

― Necesito largarme de aquí.― Dije, jalando mi cabello con los dedos y me doy media vuelta para dirigirme a mi moto.

― Recuerdo que dijiste que nunca ibas a volver, pero lo hiciste.― Me recordó.― La gente como nosotros nunca dejan el vicio del todo, James.

Choose me: Un Final Definitivo.Unde poveștirile trăiesc. Descoperă acum