Duodécimo fantasma

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Era una noche lluviosa, como a Jonny le gustaba.

Más emocionado no podría estar. ¿Saben por qué? Bueno, hace tiempo que no salía de su casa en la universidad para una reunión con sus amigos, siempre estaba estudiando, haciéndose responsable de sus tareas o tocando su preciada guitarra. Se habría convencido a ir con la excusa de que sería algo pequeño, al menos eso le comentaron... De todas maneras, no creía en que le hayan mentido.

Sus amigos también le habrían convencido de quedarse ahí el resto del fin de semana. Jonny no sabía que hasta la mañana del lunes sería otra vida, de una felicidad única que no habría sentido hace mucho.

Guy, el amigo que lo invitó, tenía una gran casa en el centro de una ciudad llena de luces. Al llegar, pudo ver dentro que aunque había poca gente, era una fiesta al borde del descontrol. Pero por algo no retrocedió, e ingresó a la casa sin dudar.

Todos sus amigos gritaron cuando lo vieron y la gran mayoría saltó encima de él como un abrazo y un gesto de cariño, haciendo que se cayera y que un montón de personas se rieran de la escena... Y su incondicional amigo Chris no sería la excepción.

Sus miradas se cruzaron por segundos. Chris inmediatamente dejó de reírse y volteó a fingir que no lo está espiando, y Jonny trató de hacer lo mismo.

Jonny se juntó con un grupo de chicas, que incluía a una amiga especial con la que hace tiempo estaba saliendo. Ana, una morena inigualable se le cuelga al cuello y le da un beso en los labios que Jonny estaba forzado a recibir, que era muy obvio por su mirada de fastidio y de mal humor cuando está con ellas. Ninguno de los dos estaba seguros de lo que eran, pero definitivamente, ninguno estaba ahí por amor.

Chris se encontraba en la otra esquina muy solo. Bueno, al menos se sentía así. Su mejor amigo lo acababa de abandonar por una chica que ni siquiera quiere de verdad en una de las mejores fiestas del año. Tal vez a su alrededor hubo gente, pero con la única persona con la que le importaba estar era con Jonny.

"¿Qué me pasa?" se preguntaba el pobre rubio confundido. Decidió no profundizar más el tema en su mente más de lo que ya estaba, porque tenía miedo de que resultara algo incómodo en eso. Él tenía novia, era imposible...

¿Pero qué estaba haciendo? Se supone que esa noche iba a ser asombrosa y legendaria. Se fue a buscar su música favorita que tenía en la casa de Guy, subió la música e hizo sonar sus CD's. Puso sentir como su corazón empezaba a latir de nuevo con la misma energía positiva al escuchar su canción favorita. Se comprometió a apagar su mente del mundo exterior hasta que las luces volvieran en la mañana. Todos los chicos bailaban, y no había dudas de que lo harían toda la noche. Subió el volumen con más ánimo, su buena racha ya había empezado y sintió que el cielo estaba a la vista.

Quizás estaban ardiendo las calles, puede que los árboles hayan desaparecido, pero a Jonny no le importaría, porque su rubio favorito seguía cantando una canción rebelde por los escombros de la casa.

Por otra parte, el guitarrista no habría logado disfrutar la fiesta como el rubio.

La fiesta ya se había descontrolado por completo. Y Leo, un vecino mucho mayor que ellos, pensó que no quería ver a esa generación perdida. A lo largo de sus cincuenta años había visto a muchos adolescentes desperdiciar una noche de esta manera. Aunque ellos ya no eran niños, pensó que serían más maduros y responsables para pensar en su futuro. Así que no dudó en llamar a la policía para detener esa fiesta... Además que el ruido era insoportable para dormir.

Cada sirena de los carros de la policía parecía una sinfonía en los oídos de Chris. La diversión podía subírsele a la cabeza, ¿se dieron cuenta? Todos corrían a su alrededor para escapar, mientras él se quedó parado esperando a que termine la canción, tenía que escucharla completa.

─ ¡¿Qué rayos haces, Chris?! ¡Corre! ─le gritó Jonny, que al pasar al costado del rubio, aprovechó para agarrarlo del brazo y arrastrarlo afuera.

Jonny se dio cuenta que Ana ya lo había dejado, lo que no le importaba más que el estado de Chris. Su prioridad era sacarlo de ahí.

Como él conocía muy bien esa casa, lo llevó al último piso donde se encontraba la azotea. Jonny cerró la puerta con seguro por si algún policía se le ocurría entrar.

─ ¿Estás bien? Acaso estás... ¿ebrio? ─le preguntó Jonny.

─ ¿Eso es lo que crees? ─rodeó los ojos, irritado─ Claro que no lo estoy, no tomé nada.

─ Me alegro, estaba preocupado por ti...

─ Sí, claro... ─lo interrumpió Chris sarcásticamente.

Jonny lo miró extrañado, y frunció un poco el ceño. Pero decidió ignorarlo y preguntarle algo que ya sabía la respuesta, pero no quería levantar sospechas.

─No te vi toda la noche, ¿por dónde andabas?

─Estuve sin ti.

Eso fue un gran golpe en su corazón.

─ ¿Qué pasa, Chris? ¿Acaso estás molesto, qué hice para hacerte sentir así?

─Pasaste de mí para estar con tu preciada Ana... Y eso... me dolió.

Eso lo decía todo. Chris estaba avergonzado, se sentó en el piso, enrolló sus piernas, y le dio la espalda a Jonny. Quería ocultar su llanto, porque sentía que cada lágrima era una catarata.

─Yo nunca te reemplazaría por ella... ─dijo Jonny con toda la sinceridad del mundo.

─Pues es lo que acabas de hacer ─lo interrumpió el rubio.

Al guitarrista se le cayó el alma a los pies. Se acercó a Chris, le tocó el hombro, y el rubio se apresuró en pararse y acercarse más al filo. Lo que más le dolía a Jonny es que su chico aún le daba la espalda. El rubio solo apreciaba el horizonte, el sol estaba por salir y el viento le daba en toda su cara llena de lágrimas. A Jonny no le podría gustar más la escena.

─Claro que no, Chris. ¿Dónde está ella ahora? Escapó sola sin dudarlo, ni siquiera me ha llamado o dado señales de vida. Pero a pesar de eso estoy aquí, contigo, acompañándote. Y no olvides que te salvé de los policías... ─Mientras Jonny hablaba, empezó a acercarse más al rubio sin que él se diera cuenta ─. Tú eres muy especial para mí, y te pido perdón por todo lo que te ha molestado de mí esta noche. Quizás esté de rodillas, pero lo hago por ti.

El corazón del rubio estaba latiendo, su pulso empezaba al ritmo de las palabras de su guitarrista favorito. No pudo evitar esbozar una sonrisa y preguntarse... ¿Qué era lo que él estaba haciendo? ¿Acaso Jonny estaba correspondiendo a su amor? Sentía que estaba volando entre dos trapecios por la ilusión que le acababa de dar. A Chris lo podían dañar mucho, pero siempre levantaría la bandera de paz. Jonny lo sabía, entonces, ¿por qué insistía tanto en que Chris lo perdone?

Jonny vio esa luz parpadeando, juró que la vio dentro del rubio, que le indicaba que todo estaba bien. Le indicaba que no había perdido a su persona favorita, que se reconciliarían y todo sería como siempre... En parte Jonny estaba triste por eso, no sabía por qué. Pero muy en el fondo él necesitaba ser algo más de lo que eran.

Chris pudo sentir como levantaban los muros entre ellos, quería recibir más del único amor que sólo Jonny podría ofrecerle, lo ansiaba desde que descubrió esta conexión inigualable.

El rubio paró sus lágrimas de felicidad y se sentó en el filo de la azotea, con los pies colgando al aire. Jonny hizo lo mismo sentándose a su lado y se quedaron juntos observando el amanecer. Las sinfonías ya habían terminado, y las cataratas también; sólo les quedaba romper aquel hilo que los separaba para encontrar el amor indicado.

─Te quiero mucho, Jonny. Eres el mejor ─se atrevió a decir Chris. Inmediatamente no pudo evitar sonrojarse y voltear a ver otro lado sonriendo con timidez, siendo su único complice el aire que lo enmonaba. Jonny no pudo más con esa escena tan tierna. Puso su mano delicadamente en el mentón del rubio para hacerlo voltear y decir:

─Yo también te amo, Chris.

Concurso: Ghost Story (TERMINADO)Where stories live. Discover now