Parte única.

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La música se escuchaba a todo volumen en aquella discoteca al centro de Hongdae. LUX se hacía llamar aquel lugar en donde las mezclas de sonidos vibraban y ponían a bailar a todos a un ritmo bastante candente, haciendo a las señoritas mover sus caderas de una forma poco decente mientras los hombres se restregaban contra ellas por detrás en busca de una oportunidad para que esa noche pasara algo más.

TaeMin no era la excepción.

Él era exactamente el tipo de chico que se hacía desear tanto por hombres y mujeres. Sus facciones finas siempre se llevaban más de dos suspiros de la misma persona cuando pasaba por los pasillos, y casi siempre era el tema de controversias en su facultad porque el niño bonito, favorito del profesor de danza contemporánea siempre se hacía notar.

Y qué decir, a él le fascinaba hacerse notar.

Chocó el embace de la cerveza que estaba bebiendo con el grupo de danza contemporánea, en una forma de brindis por llevarse el premio en competencias a nivel nacional. Se reían, gritaban de euforia y bebían como si la noche no se fuera a acabar, lo cual era el plan. Recién a la una de la mañana con doce minutos seguían en el club, al terminar de bailar irían al karaoke para continuar con la buena racha de tiempo que estaban teniendo todos, sin embargo TaeMin esperaba algo más, esperaba que esa noche tuviera la suerte de encontrar a alguien de su agrado para que fuera el afortunado en ser llevado por él, a la cama de cualquier hotel cercano.

Se mojó los labios con limón y sal antes de beber de un sorbo el tequila que yacía recién servido en su copa, pero la garganta no se le quedó seca porque el líquido le quemara o porque de repente la resaca le llegara y le dejara con ganas de beber agua, mucha agua. Sintió que el piso se le movió cuando por el umbral de la puerta un cuerpo alto, fornido y con buen rostro se adentró sonriéndole a un par de chicas que se le colgaban de los brazos como pidiendo de su atención, sin embargo ese hombre no parecía inmutarse en ello al seguir hablando con otro par de chicos que deberían ser seguramente sus amigos. Y demonios, por primera vez el bailarín sintió que él sería afortunado si pasara la noche con aquel de ojos grandes.

Sintió la palmada de su compañero de grupo, Jimin, en la espalda llamando su atención, sonriéndole entre burlón y emocionado porque sabía exactamente lo que TaeMin iba a hacer, y a él le gustaba mucho ver cómo su mayor iba a flirtear. Jimin siempre lo admiró, y de cada cosa que TaeMin hacía él siempre quería aprender.

— ¿Qué ves con tanta incredibilidad, hyung?

— A mi próxima presa.

Y lo dijo con orgullo, con determinación y sin mirarlo porque literalmente se lo estaba comiendo con la mirada. Notó cómo ese chico alto se sentó en la barra con sus amigos y justo a su lado derecho nadie yacía sentado. Bingo, pensó.

Se mojó los labios con el vaso de cerveza que Jimin traía en su mano, ni siquiera pidiéndole permiso o algo parecido, tampoco el chico de cabellos naranjas le replicó, sólo rió y dándole palmaditas en el hombro le alentó mientras le gritaba un "suerte" al oído por el estruendo del lugar.

Se quitó pelusas inexistentes de su ropa y se acomodó detrás de la oreja un par de mechones de su cabello castaño, preguntándose (y rogando que no) si la base de su maquillaje ya se había corrido y si el brillo de sus labios aún seguía allí.

Caminó moviendo sus caderas de una forma coqueta, claramente iba a ligar, Lee TaeMin, el bailarín más deseado de la facultad, él iría en busca de algo, no llegarían a él, como solía pasar siempre.

Llegó hasta la barra, sentándose en el lugar disponible al lado del hombre de ojos grandes, sonriéndole al bar-tender de una forma coqueta mientras ordenaba una cerveza artesanal y se relamía los labios al notar de reojo cómo la vista de su compañero de al lado ya se había posado en él. Quien le atendía con una sonrisa respondió un "en seguida", dándole su pedido en un envase de cristal y casi al acto en el que se la dio, el castaño la llevó a sus labios dándole un sorbo bastante largo dejándole con sabor amargo y con los labios más brillosos de lo normal.

Nada extraordinario.Where stories live. Discover now