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     Al llegar a casa, Geraldine se da cuenta de que el teléfono está notificando que tiene una llamada perdida y al ver el número se entera de que fue Michael que llamó cerca de las tres de la tarde. A esa hora ella había ido a por unos helados con sus hijos y decide devolverle el llamado, pero él no le contesta y se dirige al living a ver qué hacen los jóvenes. Les ayuda con los deberes al tiempo que hablan de lo lindo que estaba el día y del desconcierto que hay en la ciudad por el inesperado triunfo de Donald Trump; también de todas las movilizaciones que se están dando a cabo en las calles de la tranquila ciudad. Horas después, mientras ven las noticias de la tarde, se anuncia que el Cirque Du Soleil llevará un show en homenaje a Gustavo Cerati a Times Square. Impulsada por la emoción, prosigue a comprar entradas para los tres para dentro de la próxima semana por internet mientras Annah y Joe saltan alegremente y hablan de lo fantástico que será el espectáculo.

     Horas después, los tres se quedan dormidos en el sofá viendo un documental de pingüinos en el Discovery Channel. Recién a las nueve de la mañana despierta Gerald espasmódicamente a causa de una pesadilla que tuvo, en donde llegaba a su hogar y a través de la ventana veía a M. acuchillando a su hija mientras Joe miraba espantado la macabra escena y ella, pese a que quería gritar y parar todo, no lograba articular palabra ni mover sus articulaciones del miedo que le había provocado la situación. Cuando abre los ojos, salta en el sofá y se percata rápidamente de no haber asustado a sus polluelos por su repentina reacción. Por suerte siguen descansando pacíficamente como dos angelitos y decide salir a tomar aire al patio para olvidar lo ocurrido. Al rato se dirige a preparar el desayuno mientras los muchachos se lavan la cara y se desean los buenos días y nadie dice palabra alguna en todo el banquete.

     Al caer la noche, Geraldine ingresa a la que antaño había sido su cuenta de Facebook, cuando apenas tenía quince años y en donde vivía maravillada con los gestos de Michael. Al revisar su perfil, se da cuenta de todos los mensajes que tiene de viejos amigos y se acomoda a responderlos hasta que se percata de uno reciente que lleva una foto de Joe en el perfil. Pensando que es su niño, lo saluda y le envía alegres emoticones. Rápidamente le responde preguntándole: ¿Cómo has estado? y ella, sorprendida por la pregunta, responde: Más feliz que nunca ¿Cómo no, si tengo a mis dos preciosuras aquí? Inmediatamente le contesta: Hmm me refería a si recordabas nuestro encuentro del otro día. En ese preciso momento ella se da cuenta de que no está hablando con su pequeño Joe, sino que probablemente ha estado chateando animadamente con M, que claramente él ha visto al chavo y probablemente también a la muchacha. Lo que más le sorprende es que en esa fotografía Joe se encuentra con el vestuario y la muñequera que llevaba el día en que ambos se perdieron en las cercanías de Sanderson Street. Luego de esto, apaga la computadora y se va a dormir, cosa que le cuesta bastante por lo angustiada que quedó.

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