— ¿Por qué no?— Le pegunto.

Entonces deja su laptop sobre la cama, se levanta y dobla la pantalla un poco dejándome ver su cuerpo por completo.

No es cierto...

— E-estoy embarazada.— Mis ojos se llenan de lágrimas.— M-me iré a Francia porque daré a luz allá y...y daré en adopción a este bebé.

¿Qué?

— ¿Qué dices?— Se bajó el suéter y se arrodilló frente a la laptop.— ¿C-cuando es que...?— No podía salir del asombro.

Debe tener uno tres o cuatro meses de embarazo...

— Ya tenía un mes cuando fui a visitarte.— Se limpió la nariz con un pañuelo, su nariz estaba roja.— A-acabo de cumplir los cuatro meses.— Dijo ella con voz triste.

No podía asimilar lo que estaba escuchando.

— ¿L-lo darás en adopción?— Ella asiente.— ¿Por qué?

— Tenía miedo en abortar así que...opte por la adopción y he encontrado a una familia perfecta para el bebé.— Su sonrisa se ensancha pero no es una sonrisa orgullos.— E-ellos han intentado por años concebir un hijo pero no pudieron y están muy emocionados con la llegada de...— Tocó su vientre.— él.

— ¿Es niño?

— Aun no estoy segura, pero presiento que lo será.— Sus ojos quedaron fijos en su vientre.— S-sé que no estás de acuerdo conmigo Mel, p-pero no quiero traer al mundo a un bebé que no estoy segura que vaya amar más que a mi propia vida y que me hará recordar todo lo que me hizo su padre.

— Rebeca no...

— No Melanie, es una decisión que ya está tomada.— Sentenció.— Mis padres me apoyan y quiero lo mismo de ti.

Un extraño nudo se forma en mi garganta impidiéndome soltar alguna palabra.

— ¿No vas arrepentirte después?— Pregunto, con un poco de esperanza a que cambie de opinión.

— No.— Respondió sin dudarlo.— Algunas mujeres dicen no querer tener hijos es ser egoísta, o es ir contra su naturaleza de procrear y ser madres. Pero yo no quiero hijos, es una gran responsabilidad que yo no estoy dispuesta a tomar y es algo que no quiero en mi vida.— Sus ojos se desviaron de la pantalla por un momento, como si estuviese viendo en otro punto.— Y-yo no quise quedar embarazada Mel, pero él si quería un hijo y me obligó a no tomar mis pastillas...

— Rebeca, voy apoyarte.— Le digo finalmente.— Si eso te hace sentir bien, yo voy apoyarte.— Colocó la palma de su mano a unos centímetros de la cámara y yo hago lo mismo.— Te quiero.

— Yo también te quiero, Mel.

Luego de nuestro video llamado, yo estaba acostada en mi cama con mis manos sobre el pecho, con las luces apagadas pensando seriamente si ir a clases mañana o no.

La verdad no tenía muchas ganas de ir.

***

Termino de guardar mis cuadernos dentro de la mochila y salgo junto con Luna para ir alcanzar a Nathial e ir a comer algo antes de volver a casa. Había llamado a Rebeca esta mañana para saber cómo estaba y me sentí más tranquila al oírla más calmada pero me pidió no decirle nada a James ni mucho menos a Kevin.

— ¿Quieres algún snacks?— Preguntó Luna.

— Cheetos de queso.— Ella lo anota en su celular.— Y un paquete de maní.

— Voy a ir hacer la fila con Nath.

— Ve, voy a pasar guardar esto en el casillero y voy con ustedes.— Le sonrío, Luna se va corriendo para ir al pequeño negocio que estaba a fuera de la universidad.

Choose me: Un Final Definitivo.Where stories live. Discover now