III

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El viejo centauro se quedó unos momentos viendo el cielo, no sabía cómo le iba a explicar a los campistas lo que estaba a punto de pasar y mucho menos sabía que harían para poder defenderse, solo esperaba que tuvieran el tiempo suficiente para poder idear algo. — Quirón ya están todos reunidos — dijo Luke aunque estaba extrañado por la actitud del centauro, — ¿Qué pasa?

Quirón suspiró pesadamente mientras observaba a algunos hijos de Apolo charlando animadamente, cerca a ellos en la cabaña de Afrodita, las chicas charlaban señalando de vez en cuando alguno de los campistas. — Tenemos que darnos prisa, no tenemos mucho tiempo — fue lo único que dijo Quirón mientras caminaba a la cabaña donde ya estaban esperando todos los líderes.

— ¿Quirón, por qué Annabeth no ha vuelto? — preguntó Malcolm al ver llegar al centauro, podía ver que el joven estaba preocupado por el bienestar de su hermana.

— Annabeth y Percy tuvieron que ir a pelear contra Enio, para distraer a la Diosa, así lograr que Clarisse pudiera llegar al campamento lo antes posible — dijo Quirón de pronto, pensó que era mejor por el momento que nadie supiera de que Annabeth estaba muerta. Clarisse solo asintió, tranquila de que fuera el centauro quien respondiera. — Aunque no es por eso que les he pedido venir, la teniente de la Caza me ha informado de un ejército que se acerca a nuestro campamento.

— Pero el Vellocino ha funcionado, ¿no es así? — preguntó Malcolm confundido. — ¿Por qué debemos preocuparnos?

Quirón soltó un suspiró, primero vio a cada uno de los semidioses presentes, sentía un cariño por todos ellos, no era justo que tuvieran aquel destino, ¿Por qué los Dioses tenían que ser tan crueles? — Si, para nuestra fortuna el Vellocino de Oro logró restablecer la barrera mágica — añadió Quirón, pero la mirada seria que tenía dejó muy nervioso a los campistas. — Pero el ejército que nos va a atacar no son monstruos, ellos son semidioses.

Todos los chicos se quedaron en silencio aún sin entender lo que decía Quirón, — ¿Quienes nos atacan? — preguntó Luke.

— Son romanos, durante años los Dioses mantuvieron los campamentos alejados hasta hoy — respondió Quirón, observando la reacción de los chicos.

— ¿Y por qué nos atacan? — preguntó Lee, al igual que el resto de los semidioses se encontraban bastante confundidos, Quirón por su parte se puso de pie, sabía que aquella noticia pondría peor a los campistas.

— Al parecer están siguiendo las órdenes de Zeus — añadió Quirón, desatando una serie de gritos.

— ¡Silencio! — grito Clarisse logrando terminar aquella discusión, — ¿Cuánto tiempo tenemos?

— Ellos llegarán en una hora más o menos — respondió Zoe, Luke apretó los puños con furia no podía entender como los Dioses eran capaces de hacer eso.

— ¡Todos cállense! — dijo Clarisse, logrando que todos guardarán silencio — Luke ve con Charles a la frontera del campamento necesitamos poner varias trampas en ese lugar, también lleva a los gemelos Stoll, creo que a ellos les gustará la idea.   

— Malcolm lleva a algunos de tus hermanos a la armería y revisen todas las espadas, los arcos estén en buen estado para usarlas. Lee, lleva a tus hermanos a la enfermería traten de limpiar todo y tener todo listo. Los demás reúnan a todos en el comedor para explicarles lo que va a pasar y como nos vamos a defender.

Todos los semidioses salieron de la habitación para cumplir con las órdenes que le había dado la hija de Ares, a excepción de Zoe. — Llevaré a mis cazadoras a zonas altas, para desde ahí atacar — explicó Zoe viendo a Clarisse.

Dicho eso, la Teniente de la Caza abandonó la habitación, — ¿Por qué no les dijiste lo de Annabeth? — preguntó Clarisse. Quirón suspiro pesadamente mientras caminaba por la habitación, se quería asegurar que no estuviera nadie cerca.

Percy Jackson El Salvador de la CazaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora