XII

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Percy se mantuvo en silencio, se mantenía con la mirada fija en el suelo, ignorando por completo a todas las personas que lo rodeaban, los cuales caminaban de un lado a otro. No pudo evitar sentirse celoso de los mortales, todos ellos vivían su vida tranquila sin tener que preocuparse de monstruos o seres que quieran matarlos, y sobre todo no ponían en riesgo a sus amigos. Solo esperaba que sus amigos no sufrieran algún ataque, se odiaría si alguno de ellos resultaba herido por eso, tuvo que haberse negado a que lo siguieran, esa era su misión, no la de ellos.

— Debes dejar de pensar en eso.
Percy levantó la mirada pensando que aquello se lo había imaginado, pero para su sorpresa el Dios de los Muertos, se encontraba sentado en la silla de enfrente, leyendo una revista de farándula, que tenía entre las manos.

— ¿Cómo puedo dejar de hacerlo? Probablemente traje a mis amigos a una muerte segura por mi culpa, ellos deben de odiarme en estos momentos — dijo Percy sin poder ocultar su frustración, en esta ocasión Hades cerró la revista para centrar su atención en el joven que tenía frente a él.

— Pero nunca los obligaste a venir, ellos lo hicieron por ven en ti a un líder natural, alguien que a pesar de lo malo de la situación va a hacer hasta lo imposible por remediarlo — dijo Hades sorprendiendo bastante a Percy, nunca se esperó que fuera el Dios de los Muertos quien le dijera todo eso. — Los defectos fatales pueden ser una perdición, pero si los sabes controlar no serán nada. Y créeme te lo dice alguien que se ha dejado consumir por su defecto.

— ¿Pero si al final uno de mis amigos muere? — preguntó Percy desviando su mirada al suelo se sentía tan avergonzado de dejar que Ananké y Cronos lo manipularon tan fácil.

— Sé que todos te han dicho que tu defecto es el más peligroso, pero para mi no lo es, te puedo decir que es el más noble — Percy de inmediato levantó la mirada pensando que Hades se estaba burlando de él, pero para su sorpresa se encontraba bastante serio.

— ¿Y entonces por qué me siento tan culpable? Esta es mi pelea, no tenía por qué haberlos arrastrado — exclamó Percy furioso recordando lo lastimado que había quedado Leo por culpa de las Amazonas.

— Lamento decirte esto, pero muchos de tus amigos van a morir durante esta guerra — comentó Hades tranquilamente, incluso Percy intentó ponerse de pie pero el Dios se lo impidió. — Debes de entender, estamos en una guerra y a pesar de todo lo que quieras no vas a poder evitar que la gente muera.

— ¿Entonces de qué sirve todo esto? Por qué no dejamos que Cronos ya gané — exclamó Percy molesto.

— Igual de testarudo que tu padre — dijo Hades con una sonrisa ganándose un bufido del hijo de Poseidón, — En toda tu vida siempre vas a encontrar a gente como Cronos, habrá muchos que sabrán que es un peligro pero no harán nada para detenerlo, por otro lado habrá gente como tú, quién no se quedará con los brazos cruzados para permitir que ellos ganen.

Es por eso que se que tu defecto no es el peor de todos, tu no vas a traicionar al Olimpo por poder o tratar de ser mejor que los demás, o vas a guardar rencor contra los que te hicieron algo. En cambio harás hasta lo imposible para ganar.

Percy se quedo en silencio apartando la mirada del Dios, nunca en toda su vida se le había ocurrido que seria Hades quien le diera un discurso para animarlo, — Hace mucho tiempo alguien me dijo que era un idiota al apartar a todos, como dice el dicho de los mortales, la unión hace la fuerza, nunca lo entendí hasta que te conocí. Te puedo asegurar que ninguno de tus amigos piensa en traicionarte ni abandonarte, tú viste lo que Reyna y Hylla hicieron, ambas se arriesgaron con tal de salvarte.

— Ambos Primordiales ven en ti a alguien que no los va a dejar ganar, no solo por que nunca te vas a rendir, también por lo que provocas a los demás — exclamó Hades.

Percy Jackson El Salvador de la CazaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora