Sentimientos en la nieve.
-
Fue una noche difícil de conciliar el sueño para mí que no dejaba de pensar en aquellas palabras que horas atrás había escuchado de la boca de Guillermo, decidí perdonarlo por lo que me había ocultado cuando me lo contó con detalle. Muchas cosas rondaban en mi cabeza y con mayor peso en las acciones de mi amigo. La manera en que optó en alejarse junto conmigo de esa escena en la que veíamos a Samuel con Dayanara nunca se me había ocurrido, lo usual en mí siempre ha sido observar desde lo lejos y no actuar. Este tipo de cosas me hacen dar cuenta que Guillermo es mucho más osado en ciertos aspectos y esa declaración en que a fin de año se confesaría a Samuel me lo terminó de asegurar.
Sea cual sea el resultado, es muy egoísta de mi parte querer que las cosas sigan igual; si Guillermo es rechazado entonces para él sería incómodo seguir en nuestro grupo sin dejar de lado esa idea, pero si sus sentimientos son aceptados entonces lo incómodo será para mí. Cualquiera de las dos respuestas no puedo hallarle un final feliz, ¿qué puedo pretender al no querer que se confiese?, estoy imponiendo mi forma de ser en él y no es lo correcto. Si él se confiesa, yo planeaba hacerlo también. Solamente porque eso me daría más valor en animarme a salir de mi típica rutina de la amiga callada que guarda sus emociones. No es lo correcto acorralar a Samuel y esperar a que acepte a alguno, si lo pienso con detenimiento eso solo ocasionaría confusión en él. Si acepta a uno estaría rompiendo el corazón del otro, si no acepta a ninguno rompería el de ambos... ¿nuestra amistad seguiría funcionando luego de eso?
Mi tensión no logra disiparse y en el frío, observando los copos de nieve cayendo en mi ventana, me aferro a mi taza de café y me pregunto por cuánto tiempo podré seguir disfrutando de esta bebida junto a ellos. Tal vez en un futuro no muy lejano nada termine de forma negativa como lo estoy viendo ahora, ¿acaso soy tonta en esperar ver algo bueno en ese futuro? ¿Lograremos ser felices con la persona que amamos a nuestro lado?
...
Una semana no es mucho tiempo y pareciera que la más nerviosa soy yo conforme los días transcurren... En un par de días llegaría el fin de año y hoy aprovechamos a compartir una taza de café en Coffee Cup. Me pedí un Expresso doble, eso me ayudará a no sentirme tan somnolienta por las horribles noches que he pasado.
- ¿No has estado durmiendo bien? Tienes unas ojeras horribles – me dice Samuel a la par de beber de su capuchino, no podía ocultar un rostro como éste a pesar de haberme maquillado un poco para disimularlo.
- Supongo que debería dejar de tomar café antes de dormir – sonreí con esa excusa.
- Siempre te digo que no bebas café en la noche, ¿por qué no lo cambias a un té por ejemplo? –
La conversación del insomnio y el café continuaba entre nosotros dos pero Guillermo, concentrado en su café cortado y su lemon pie no aportaba mucho desde la hora en que llegamos. Yo podía entenderlo, seguro no tenía la intensión de mostrarse perturbado o nervioso y su mente debía ser un caos peor que el mío. Se mantenía sumamente calmado y pensativo, seguro ni escuchaba lo que nosotros dos hablábamos.
En un momento dado, Samuel notando esa actitud perdida en la luna, decide tomar la mano de Guillermo del cual sostenía su tenedor con un trozo de la tarta y se acerca para robárselo y comerlo delante de su nariz. Eso fue suficiente para traerlo a la tierra a Guille que lo terminó mirando con asombro y un poco confundido.
- Guille, ¿te aburres? Estás como perdido – le pregunta clavando una mirada de deducción, Samuel estaba muy interesado en la razón por la que nuestro amigo lucía tan apagado y distante.
