Un pez fuera del agua.

12.3K 1.1K 396
                                    

Bruce estaba complacido. Clark había accedido a regresar con él a casa, por lo que se mantenía tranquilo a su lado, sonriendo mientras miraba curioso la ciudad a la que no le había puesto atención cuando estaba en su búsqueda.

— Kal  —Lo detuvo—  ¡Kal eso, mira eso!  —Señaló algo que brillaba a lo lejos— ¡Kal!  —Escapo de su agarre, y sin fijarse cruzó la calle, sin preocuparse por los carros que se detenían de golpe y en seco, tampoco prestó atención al sonido del metal al chocar los unos con los otros, mientras él se dirigía al enorme pino navideño dispuesto en la gran plaza.

Clark se movió de inmediato detrás de Bruce, seguía bajo el influjo de su voz. Su mano quedó marcada en la defensa de un autobús que hizo detenerse a la fuerza para que Bruce pudiera pasar sin peligro. Las personas estaban tan distraídas mirando el caos que ninguno de ellos se fijó en el simple y aburrido Clark Kent.

—Es un árbol navideño  —llegó detrás de su tritón— es una tradición en este planeta, decorar un árbol para festejar navidad y reunirse con sus seres queridos alrededor de él  —Le tomó con suavidad por la barbilla le robó un beso. Después, trozó con simpleza una enorme cadena que acordonaba la zona— adelante  —le dejó el paso libre con una reverencia.
Bruce le devolvió una gran sonrisa al reportero y se apresuró a cruzar la zona para poder mirar de cerca el árbol navideño con todos sus adornos.

—Es... bonito  —En ese instante las luces se prendieron todas completas, haciendo que los ojos del tritón brillaran impresionados ante aquello— Kal… es muy bonito  — Se sentía sobre cogido por aquella belleza artificial, buscó la mano de Superman y se refugió contra él  —Tú eres mi ser querido  —lo miró curioso, el súper hombre lucía algo... diferente— ¿Kal? ¿Estás bien?  — atrapó  aquel apuesto  rostro entre sus manos— ¿Kal? —torció un poco los labios sin tener idea de que su voz era la causante del estado del otro hombre que parecía algo perdido.

La mirada azul de Kal El, estaba fija en él, pero al mismo tiempo parecía perderse en algún punto en el infinito, además sus preguntas no obtenían una respuesta inmediata y  aquella boca de labios generosos  solo se animaba para besarlo. Algo raro pasaba.

— Kal ven  —lo jalo hacia donde veía algunas personas reunidas, y le hizo sentarse en una banca de hierro. Miró alrededor y  caminó decidido hasta otro hombre a quien le robo su bebida, arrebatándosela de las manos. Cuando regresó frente a  su compañero, se la ofreció servicialmente—  ¿Tienes sed?  —para Bruce, lo más peligros para  alguien era pasar sed, por lo que se preocupó  de que aquel fuera el caso.

Si le hubiera dado a beber kryptonita liquida, Clark se la hubiera tomado sin cuestionar y eso mismo hizo con aquella bebida— Eres muy amable Bruce... eres tan lindo... eres perfecto— lo sentó en  sus piernas y buscó sus labios dejando su lengua ir dentro de la otra boca, haciéndose espació en su cálida y húmeda cavidad, sintiendo un latigazo de  placer al no encontrar  oposición a sus deseos.

— ¡Hey aquí estas!  —Una luz verde cayó sobre Clark y Bruce. Hal Jordan descendió sin poder cerrar la boca de la impresión al ver la escena en aquel banco— ¡Miren! Es linterna verde  —las personas comenzaron a acercarse así que Hal creo una esfera  en torno de Clark y Bruce quienes  ni siquiera habían dejado de besarse —Flash, cambio de planes, tenemos un asunto romántico aquí —habló por su comunicador mientras sacaba al par de la mirada pública. Haciendo levitar aquella esfera de energía, conduciéndola hacía otro lugar.

— ¿Asunto romántico? ¿A qué te refieres? Pensé que solo ibas a buscar a Superman. ¿Lo encontraste con la señorita Lane?  —La voz de Barry Allen le daba un tono esperanzado a la pregunta. El velocista sabía del eterno interés romántico del reportero y superhombre, pero cuando linterna  apareció frente a él, a las afueras de la ciudad, Flash torció el gesto—  Ese... no es la señorita Lane.

La SirenitaWhere stories live. Discover now