C A P Í T U L O 4

567 33 5
                                    

Ya habían pasado tres meses. Luego de lo ocurrido con Laito, no volvió a aparecer por la habitación de su hermano. Sospechaba que el de cabellos morados había hecho algo al respecto con aquel sujeto tan pervertido; no me quejaba de ello ya que, después de todo, él no me inspiraba confianza. Pero aun así tenia cierta curiosidad sobre lo que Kanato le hizo para que no volviera a aparecerse por aquí. No me imaginaba nada lindo y pasivo, conociendo la personalidad de mi secuestrador y la insistencia de su sucio hermano por poseer mi sangre, de seguro se armo algo terrible tras estas paredes.

Una vez más, terminé suspirando. Estaba cansada, casada de todo lo que tenia que hacer para complacer al joven del oso. "Se una buena chica y te dejare salir", eso fue lo prometió tras la inesperada propuesta que le hice y como era de esperarse, hasta ahora no lo cumplía. Pero era algo obvio, él era un gran mentiroso.

De alguna forma, siempre recordaba aquellos momentos felices en los cuales me encontraba en el orfanato. Esos tiempos en los que me encontraba acompañada de el único que llegué a considerar un amigo, casi un hermano. Sonreí sin poder evitarlo, los recuerdos me abrumaron y golpearon tan fuerte que casi suelto un lamento. 

—¿En qué piensas tanto?—La voz de Kanato hizo que mi burbuja de pensamientos explotara al instante. A veces desearía que por lo menos hiciera algún ruido al estar presente.

—En... Nada importante.—Mentí, los recuerdos de mi compañero y mejor amigo eran lo más preciado que tenia en ese instante. Pero él no era tonto, por supuesto que no. Se dio cuenta al instante de esa minúscula mentira, sin disimular su profundo enojo por mi respuesta. No deseaba que me sometiera a uno de sus "juegos" una vez más, así que me apresure en hablar.—T-Tan solo pensaba en lo que me prometiste.

Su miraba se suavizó por unos instante, pero volvió a ser tan carente de vida cuando al parecer un pensamiento lo atormentó. Se acercó a mi con rapidez y me jaló de mi muñeca, obligándome a bajar de la cama y posicionarme frente a él. Quería apartar la mirada pero, con todo ese tiempo estando a su lado, había aprendido a que aquel acto provocaba más enojo en este.

—¿Por qué deseas tanto salir de aquí? ¿Acaso te sientes emocionada por conocer a mis hermanos? ¿Es eso? ¿Es por ellos? ¿Es por Laito? ¿Por él? ¡Responde!—Su manera tan agresiva de preguntar me causaba tanto temor que mis piernas perdían fuerza, casi podía sentir como mi sangre se helaba de tan solo ver sus escalofriantes ojos arder en ira.

—No... Yo solo... Solo quiero sentir el aire contra mi piel.—Mi respuesta pareció apagar toda llama de locura naciente en él. No mentía con decir que ansiaba sentir el viento golpear mi rostro y respirar el fresco olor a libertad, pero mi verdadera intención era correr a la ayuda de alguna persona cuerda en esta casa: sus hermanos y padres.

Pensé que tal vez ellos, quitando al hermano loco de sombrero, podrían hacer que Kanato recapacitara y lo obligaran a soltarme. Después de todo, no todos sus parientes están tan locos como el de cabellos lila ¿no? Es poco probable.

Aunque...

¿Y si son iguales a él? Estaría corriendo mayor peligro. Incluso podrían ser peores que el desquiciado que me tiene prisionera. De solo pensarlo me estremece y llena mi cabeza de inseguridad, logrando que vea este amplio cuarto, antes reconocido como celda, como un lugar seguro.

Era un riesgo que estaba dispuesta a correr. No estaría tranquila hasta comprobar si tendría alguna ayuda fuera de estas paredes, a pesar de si mi intuición me decía suavemente que siguiera encerrada y sufriera del abuso por muchos años más.

"En ese caso, prefiero morir por la curiosidad a seguir con él"; Pensé con ironía ácida con respecto a mi situación. 

—Puede que dentro de 2 semanas ese deseo tuyo se cumpla.—Sus repentinas palabras me sorprendieron, pero no confié en ellas por completo. Después de todo, debido a su bipolaridad continua, podía cambiar de parecer después de segundos.—Reiji desea verte.—Mi cabeza casi ladea para un lado al oír ese nombre. Sea quien sea, parecía tener cierto poder sobre él, ¿sería acaso su padre? No, lo llamó tan casualmente como si no le tuviera aprecio o respeto alguno. No quise preguntar por miedo a como tomaría mi curiosidad, además, parecía estar hablando más para si mismo.—Mientras tanto, debo prepararte y entrenarte para que ni se te ocurra engañarme.

Bạn đã đọc hết các phần đã được đăng tải.

⏰ Cập nhật Lần cuối: Nov 02, 2019 ⏰

Thêm truyện này vào Thư viện của bạn để nhận thông báo chương mới!

Obsesionado||Kanato Sakamaki||©Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ