Sabor a caramelo.

18.9K 1.1K 21
                                    


Dylan:

No creí que ver a Sara con Matt fuera gran cosa, pero sí que me equivoque.

Aunque no lo parezca nos cruzamos por error y luego de nuestro tenso encuentro, mi ser más impulsivo tomo el control y lo siguiente que supe es que estaba llamando a Matt, quien al parecer esperaba mi llamada.

—Debería sorprenderme tu llamada, pero no. —Fue lo primero que dijo—Dime Dylan, ¿Qué puedo hacer por ti?

—Bien, me gusta ir directo al grano. ¿Qué sucede entre Sara y tú?

—Sara, es una mujer muy linda. Hoy la pasamos muy bien en la cena, los platos del restaurant son una delicia, ¿no crees?

—Sí, pero eso no fue lo que pregunte. —tampoco le iba a decir que no saboree ningún bocado por estar distraído. —¿Sucede o no algo entre tú y Sara?

—Esa, querido socio es una pregunta con muchas posibles respuestas. Hoy en el restaurant una de las cosas que hablamos fue de mi próximo viaje a Italia, a donde la invite a venir conmigo. Acepto, si te interesa saber.

Creo que nunca había apretado con tanta fuerza el volante de mi auto y mucho menos recuerdo haber discutido con Matt en todos los años que tenemos trabajando juntos, por una mujer.

—¿Qué? —Aunque intente parecer indiferente no pude evitar la sorpresa de mi voz, no creí posible tal cosa.

—Si, y si tomas mi consejo Dylan. Mantente alejado de Sara, eres conocido por ser mujeriego, Sara es una buena mujer, a la que quiero y no voy a permitir que salga lastimada porque tu la quieres como juego.

—Matt, no te pedí ningún consejo pero escúchame, no es tu problema lo que pase entre nosotros y eso deberías tenerlo presente. Con el tema de mujeriego, te recuerdo que tu no eres ningún santo.

Y ahora heme aquí. Confrontando a Sara e intentando dar respuesta a una pregunta que no la tenía:

—No puede ser señor cavernícola, —sus labios tenían una sonrisa ladina. Casi como si me estuviera provocando. —esta celoso.

—Nunca dije que estuviera celoso, lo hago por tu propio bien. Si no quieres salir conmigo porque piensas que soy un mujeriego pues saliendo con Matt no vas a encontrar diferencia. Es tan o más famoso que yo.

—Ay por favor. ¿Matt? Aunque no niego que tiene todas a las cualidades para ser uno conmigo no ha demostrado ser más que un caballero.

—Por eso aceptaste ir a una boda en el otro lado del mundo con él, ¿no?

—Sí, así es. ¿Algún problema con eso?

—Tengo varios, pero mi principal duda es ¿porque con él si saldrías y conmigo no? Como te digo, él no se queda atrás.

—Cavernícola, con Matt la relación es diferente. —En algún punto de la confrontación quedamos uno muy cerca de otro, ella apoyada en una de las paredes cercanas al pasillo y yo a unos escasos centímetros. Sus labios estaban entreabiertos y como si buscara provocarme su lengua recorrió lentamente su labio inferior, de pronto mis propios labios se sintieron resecos. Pero la gota que finalmente rompió el vaso fue lo que dijo: —Italia es un país romántico al final, quien sabe que pueda pasar allá.

No sé qué se movió en mi interior pero en menos de un parpadeo mis labios cubrieron los suyos.

En un principio intento alejarse, sus manos, apoyadas en mi pecho me empujaron pero yo era un hombre en una misión y esa era demostrarle que Matt no era mejor que yo para ella. Enredando una mano en su cabello castaño tiro ligeramente de este atrayéndola aún más a mí, logrando que de sus labios dejara escapar un suspiro por lo que en ese instante mis labios tomaron ventaja de ello y mi lengua saboreo su sabor. ¿Cómo era posible que esta mujer fuera tan exótica que hasta sus besos supieran a caramelo?

Un cavernícola enamorado.Where stories live. Discover now