Halcyon.

Capítulo II.

El muchacho estaba plácidamente comiendo fideos instantáneos en su habitación hasta que escuchó esa última declaración, por lo que botó los fideos por todo el lugar y la silla del escritorio se deslizó hasta su cama luego de que el envase cayera al suelo con todo y Luke Clarkson.

No era que pareciera que se hubiese orinado en los pantalones después de eso, sino más bien que había intercambiado la suerte con Ellery Ryans cuando tuvo la mala suerte de mojarse la entrepierna con la sopa de fideos; no obstante, el muchacho se apresuró en acomodar los auriculares sobre su cabeza y contestó con la voz atragantada a su mejor amigo. —¿Qué? Pero si solo te di su primer nombre.

—Querido, en el mundo de los acosadores eso es más que suficiente.

Luke suspiró como si estuviese acostumbrado a ese tipo de respuestas. —Lo más probable es que no vuelva a ver a esta chica en toda mi vida, Call. Quiero decir, solo íbamos a ver de qué trataba el musical, eso era todo.

—Pero tiene el impermeable de patito —dijo Callaghan.

—Bueno, por lo que sé una capa de lluvia de pato no simboliza la unión eterna entre dos personas —dijo Luke de vuelta.

«Pero un hilo rojo sí lo hace», pensé con picardía.

—Tiene un montón de tuats con un tal Seth. ¿ Es su novio?

—No lo sé. Estaba saliendo con alguien hasta esta mañana.

—No puede ser. El último tuat entre ellos dos fue de hace veinticinco minutos y la verdad es que no suenan como una pareja que acaba de romper. —Madre mía, comenzaba a aterrarme la facilidad que tenían los jóvenes de hoy en día para acceder a la información de los demás. Hace algunas décadas atrás se tenía que hablar cara a cara con la otra persona para conseguir todo lo que se estaba consiguiendo en la actualidad con un segundo de atención—. De hecho, publicó una foto con el sujeto hace dos horas. Te voy a enviar el enlace.

La portátil de Luke hizo un sonido gracioso después de eso.

—¿Lo estás viendo? —Preguntó Callaghan por la computadora.

Y en efecto, lo estábamos viendo. La chica de los cabellos dorados estaba dándole un beso en la mejilla a un muchacho que se veía de la misma edad de Luke, haciendo que el susodicho sonría con la mirada en la cámara mientras parecía que estaban en una cafetería o algo de ese estilo.

«Encontrarás esa vida que aún vale la pena, si simplemente sonríes. Gracias por hacerme sonreír, @SethHuggins! #LesMis.»

—Oh por Dios, me siento como un imbécil ahora mismo. —Luke cubrió sus ojos con ambas manos cuando suspiró y echó la cabeza hacia atrás con impotencia—. Por supuesto que es una actriz. Demonios, ¿crees que ella...?

—¿Te engañó para probar su suerte? No saltemos a conclusiones, Luke.

«Autofoto de Marius y Éponine detrás de la magia.»

El chico mordió el lado derecho de su mejilla y comenzó a pasar por el perfil de la chica con un golpeteo ansioso en la madera del escritorio. —Es que tuve que pagar ese chocolate de mi propio bolsillo, Call, mamá lo descontó de mi cheque del mes cuando se enteró que le regalé uno a una extraña. De paso es uno de los más caros de la tienda así que definitivamente se nota el vacío que dejó en mi cartera.

—Por esto es que prefiero a las chicas ficticias, tío —dijo Callaghan con un suspiro desencantado—, no te engatusan para que les compres cosas y a la final eres tú el que termina comprando cosas de ellas.