Orgullo vs Orgullo [Kaisoo]

Capítulo 21

¿Qué se hace en estas situaciones? Dios, solo podía gemir y dejar que mi cuerpo me guiara, junto con la boca de Jongin. Me estaba llevando a la locura de una forma impresionante y estaba ocasionando cosas que ni yo mismo había encontrado por mí mismo. Soy adolescente, me masturbo como todos pero. ¡Bendita sea su lengua! Kyungsoo, respira y controla tu voz, comienzas a elevar el tono de nuevo... ahh, dulce tortura.

También había visto videos sobre esto pero puedo asegurar que los actores no me ponían de esta forma, Jongin sabía perfectamente qué hacer conmigo, y no me importó la experiencia que mostraba.

Tomé sus cabellos entre mis dedos, obligándolo a aumentar la velocidad de su boca y así alcanzar más profundidad en ella. Madre mía, este no soy yo... da igual. Por un rato olvídate de todo y en ti y en lo pervertido que se vería todo esto desde la perspectiva de otra persona.

Una presión en mi estómago, un poco más abajo, hizo que mis jadeos fueran más sonoros, más graves y más apresurados. ¿Cuánto tiempo llevamos así? La noción del tiempo se fe a la mierda junto a mi auto control desde hace rato. Comencé a repetir su nombre entre gemidos cuando a su boca lo acompañaron una de sus manos, aumentando por dos todas las sensaciones revueltas anteriormente llevándome al clímax de todo aquello, arrancando de mi garganta un mudo gemido.

Nunca imaginé que... algo así pudiera sentirse... así.

Me dejó abrumado, cansado, agitado y con dificultades para recuperar mi aliento. Intenso, simplemente intenso. Incluso me tuvo que ayudar a bajar de la encimera porque las piernas me temblaban.

Sí, era el primer oral de mi vida y creo que mi forma de reaccionar ante... eso... Había sido el de un maldito virgen. Osea, lo era, para qué mentir.

-¿Estás bien, Kyungie?

Verlo a la cara me resultaba difícil, no después de haberlo visto haciendo... eso. Creo que me estoy volviendo a sonrojar.

-Estoy bien. Más que bien. Ahm... ha sido genial y... sorpresivo.

-Eres tan inocente. Me gustas mucho.

-¡Cállate!

No me gustaba lo que esa frase de solo tres palabras me provocaba. Era una sensación de vértigo, como cuándo caes desde una gran altura, como cuando estás en una montaña rusa. Se siente horriblemente bien y me asustaba. Solo era un niñato que apenas vive en su adolescencia.

-¿Por qué te avergüenzas tanto? ¿No es normal que te diga cómo me siento?

-¿Desde cuándo te gusto? –Sí, tenía que saberlo.

Jongin pareció pensarlo unos segundos que a mí me parecieron una eternidad, pero su sonrisa seguía estando presente.

-Hace... más o menos dos años, nuestras escuelas tuvieron un campeonato. No sé si recuerdas.

¡Claro que me acordaba! Estaba en mi lista de momentos embarazosos que marcaron mi vida para siempre, pero no iba a decir nada al respecto y simplemente dejé que continuara hablando.

-Bueno pues... te vi en esa carrera de obstáculos. Vi como en la última carrera, en la que te tocaba e ibas casi ganando pero tropezaste y...

Agh... tropecé y gané. Sí, gané de la forma más ridícula posible. Resumiendo, que por la carrera, al caerme, mi cuerpo rodó y rodó hasta llegar a la meta... se me salió unas de mis zapatillas de deporte en el trayecto.

-Fui uno de los que te ayudó a salir de allí y me pareciste lindo. De repente me vi queriendo saber más y más de ti... no sabría decirte cuando me comenzaste a gustar.