Adiós barreras.

3K 259 93
                                    



Capitulo 22.-Adiós barreras.











Pov. Onodera











Soy capaz de escuchar mi corazón latente colocando mis nervios a lo largo de mi cuerpo, me es difícil si quiera pensar en esas palabras, el decirlas una vez más solo podría significar algo, y es que una vez más, me enamore de ti.



—Te amo, Takano-san—. Al fin logre decir, viendo con firmeza la silueta frente a mí.



Un par de palabras que podrían liberar mi corazón, o solo condenarlo. Soy un idiota. Abrí las llaves del grifo cuanto antes, tomando algo de agua entre mis manos y arrojándola a mi rostro. Hacer esto es estúpido, no importa cuántas veces lo pueda decir frente al espejo, es no significara que podre decirlo bajo esa mirada color avellana.



— ¡Mamiiiii! ¿Ya mero?—Escuche del otro lado de la puerta. Tome una toalla secando rápido mi rostro y así poder salir cuanto antes del baño. — ¿Por qué tardaste? ¿Te duele tu pancita Mami?

—No, Princesa. En seguida nos vamos, ¿Ya tienes todo listo?—Pregunte tomándola en mis brazos, mientras nos dirigíamos a la estancia.

— ¡Sip!



Han pasado unos días desde mi última conversación con Takano-san, y aunque no era una discusión se que las cosas no terminaron de la mejor manera posible. Me encontré con un antiguo amigo, del cual no creí que vería por un largo tiempo, fue agradable, me emociono poder verlo y que su actitud hacia mi fuera la misma a pesar de aquel incidente, sin embargo solo ocasiono una actitud extraña en Takano-san y mi Princesa.

Ya lo admití. En aquel pequeño viaje, me rendí ante esos pensamientos que rondaban una y otra vez en mi cabeza, después de pensarlo y negarlo por tanto tiempo, ahora debo enfrentar el hecho que sigo enamorado de Takano-san, ¿Sera esta alguna clase de condena?



—Debes prometerme que vas a comportarte Hikari—. Le repetí a la castaña sentada junto a mí, estamos en el metro camino a la editorial. Sus clases fueron suspendidas, por lo que al no encontrar una niñera en veinte minutos tuve que traerla conmigo al trabajo. —Una vez lleguemos al departamento de Literatura, le hablare a An-chan para que pase a recogerte, ¿De acuerdo?

—No, yo quiero quedarme contigo. ¡Prometo ser buena!— Me aseguro, colocando un adorable gesto que era incapaz de negarme. Realmente, esta niña sabe como manipularme.

—Está bien, pero harás lo que yo diga—. Le volví a repetir, abrazándola por los hombros para seguir disfrutando del viaje.



Estamos a solo unas cuantas estaciones más, llevarla al trabajo jamás ha sido lo más cómodo para mí pero en este caso, no hay alternativa. Siempre y cuando se comporte, lo cual dudo que no lo haga, no habrá problema. Afortunadamente Hana-san, mi jefa, acepto el que llevara a mi hija por el día de hoy.

Era tarde, llegamos casi corriendo a la Editorial, adelantándonos al ver que el elevador estaba por cerrarse. — ¡Espe...!

— ¿Ritsu? No puedo creer la suerte que tengo—. Pronuncio el peli-negro frente a mí al detener las puertas del elevador, dejando salir una pequeña risita al encontrarse con mi mirada.

—Marcus, ¿Por qué estás aquí?— Algo desconcertado pregunte, sin tomarle importancia al fuerte agarre de mi Princesa.

—Vine a arreglar algunas cosas con Isaka-san, pero dime, ¿Qué linda Princesa se esconde tras de ti?— Pregunto eso ultimo cambiando de tema, tratando de buscar con la mirada a Hikari, que por alguna razón sigue actuando extraño cuando se trata de él.



Otra oportunidad; Sekaiichi Hatsukoi (Yaoi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora