Hasta el límite

413 9 21
                                    

Nunca lo espere...Que su rabia fuera hasta ese punto, tanto había cabreado a ese amable chico, que la locura se le subió a la cabeza, debía admitirlo, daba algo de miedo, en ese momento yo permanecía huyendo, porque no, no estaba escapando, yo estaba huyendo(1*), las calles parecían no terminar, no escuchaba sus gritos, tampoco veía máquinas o señales volar hacia mi y era eso lo que me aterraba, su silencio, su mirada fría, la saña con la que daba sus pasos, aun así, mis piernas no se detuvieron, no moriría tan joven, aun no cumplo los veintidós...aun...o eso pensé. De alguna forma me había acorralado, estaba pegándome a la pared de un callejón para evitar que me viera...debo admitir que fue patético.

-I-ZA-YA-KUN

Su voz resonó en mis tímpanos, con temor mire a la entrada del callejón, un hombre rubio vestido de barman caminaba lentamente, coloco dos autos frente a la entrada, uno sobre otro, menos posibilidades de escapar, arrastraba una señal de tránsito por el piso, el sonido del metal contra el pavimento me ponía  los pelos de punta, ya no lo soportaba, cerré mis ojos por unos momentos y apenas los abrí, el estaba frente a mí, mirándome con una expresión disconforme, sus ojos sin brillo y negando levemente con la cabeza.

-¿Qué pasa?...¿Estás asustado?...Ow...el pobre cachorrito esta asustado...Tranquilo pequeño -Dijo acariciando mi cabello con una sonrisa que calaba en lo más profundo de mi alma-...No te matare...solo...te haré pagar por todo el tiempo que tuve que soportar esto...Tu...¿Sabes de lo que es capaz una persona...cuando su paciencia se agota?...Deberías saberlo ¿no?...Claro que deberías, rata inmunda

El color negro invadió mi vista, no sabía dónde estaba, ni con quien, escuchaba una melodía incesante y muy perturbadora...y pensar que todo esto lo cause al aparecer frente a él y tirarle una cubeta llena de salsa de tomate diciéndole que era la sangre de su hermano siendo que acababa de colgarle a su hermano que lo había llamado desde Italia por una filmación...Creo que esta vez sí me había pasado...Al abrir mis ojos divisé una figura sentada en un sillón frente a mi, algo frío caía desde mi cuello hasta el piso y mis manos permanecían atadas, Shizu-chan solo me miraba, sin expresión, era...perturbador

-Estoy harto de ti -Dijo cuando lo mire-...No, mas bien...Estoy harto de tus jugarretas, no de ti...¿Cómo podría cansarme de perseguir algo tan lindo, eh? -Me mostró una sonrisa tan aterradora que llegue a sentir miedo solo por ese gesto- Después de todo siempre me has gustado -Me sorprendí al escuchar eso y lo mire anonadado- No me malinterpretes...no es que te quiera...se podría describir como atracción sexual o algo asi...Se que odias la humillación, por eso...desde ahora serás mi mascota hasta que yo crea que sea necesario...si, serás mi lindo perro, cada vez que llegué a casa deberás decir "Woof woof" -Su risa suave y profunda a la vez resonó en la oscuridad de la habitación- Hoy dormirás aquí, si te comportas...tal vez te deje dormir conmigo

-¿Estás loco? ¿Por que tendría que obedecer a una estúpida bestia? No estoy tan asustado Shizu-chan -Espere molestia, enfado, incluso sorpresa en el rostro del contrario pero en vez de eso...recibí una cálida sonrisa-

-Por ahora...Dejaré pasar esto ya que te estás acostumbrado pero si escucho algo así otra vez...me veré obligado a empotrarte contra éste sillón y hacer que no recuerdes ni tu nombre I-za-ya-kun

Bien, ahora si tenía algo de miedo. Después de aquello, Shizu-chan se levantó y se fue a su habitación, mire a mi alrededor, estaba en una habitación algo oscura, mi cuello estaba siendo apresado por un collar para mascotas y este estaba siendo apresado igualmente por una cadena que se encontraba fuertemente "amarrada" o "pegada" al piso, era difícil de saber al ver lo larga que era...Mis brazos permanecían atados y me dolían un poco, me dio igual pues seguramente se le pasaría el enojo en unos días, me deje caer al piso y allí cerré mis ojos dispuesto a dormir.

Shizaya-IzaShi One Shots Donde viven las historias. Descúbrelo ahora