Shizaya-IzaShi One Shots

Lo que él provoca en mí

Su rostro era hermoso, unos ojos dorados que te dejaban embobado, con pequeños destellos de luz que te dejaban con una sensación de calma realmente increíble; su piel tan suave y tierna, tan dulce a mi paladar, labios brillantes y rosados, exhalando humo del tabaco que tanto adora.

Cuando está nervioso comienza a caminar, cuando se estresa peina su cabello hacia atrás o aprieta el puente de su nariz con su mano izquierda; siempre la izquierda. Si está feliz, su risa hace que todo el departamento se sienta cálido.

Al recostarnos en la cama por la noche, las luces de la ciudad le tiñen en diferentes tonos, rojo, dorado, azul, puedo verlos todos mientras lentamente se quita la camisa y avanza hacia el ventanal, gira hacia mi, sonriendo tranquilamente; mi corazón, mi cabeza, mi vida da un vuelco al instante. Es verle. Tan solo verle y darme cuenta de que toda mi vida a cambiado aunque no lo parezca.

Soy un hombre incapaz de tener empatía, incapaz de sentir vergüenza incapaz de sentir; Pero si es de esa manera, ¿Por qué mis mejillas se sonrojan cuando me habla tan dulcemente? ¿Por qué su cariño hace que me sienta tan completo? El hecho de hacerme estas preguntas ahora, ¿Qué significa?

Han pasado años desde que nos conocemos, años desde la última vez que peleamos, ya que hemos encontrado una nueva forma de convivir, aunque no niego que ver su figura mientras corre detrás de mi es una imagen entrañable. Lo amo. Realmente lo amo.

-Has estado mirando por la ventana mucho tiempo, Izaya. -Su voz me hizo sonreír automáticamente, como si no esperara que se diera cuenta de mi silencio, al voltear, estiré mi mano esperando que la tomara, besando suavemente el dorso en cuanto me la ofreció, haciéndome amar nuevamente aquel tierno rubor en sus mejillas- ¿A-ahora que te dio?

-Estaba pensando lo mucho que te amo, y todo lo que me haces sentir -Dije sinceramente, una palabra que antes nunca hubiera esperado usar para referirme a mí. Entonces no tardé en acercarlo a mi, haciéndolo sentarse en mi pierna para poder abrazarle fuertemente.

-Estás muy cariñoso ahora...-Se quejó, reí sin poder evitarlo y le miré, nuevamente con la luz de la ciudad iluminándole, haciéndole ver como un ángel a mis ojos; aunque no siempre lo había sido.

-¿Alguna vez pensaste que llegaríamos hasta aquí? -Cuestioné mientras paseaba mis labios por la piel de su cuello, sintiendo el suave temblor en su cuerpo ante esto, era tan lindo que no pude evitar morder también, realmente la forma en que su cuerpo reaccionaba a mi, también me encantaba, sus temblores, sus lindos deseos saliendo a flote, su sincera expresión.

-...No, pero no me arrepiento -Acarició mi cabello con su mano derecha, transmitiéndome su calidez y cariño, una acción tan simple que me hacía sentir en el cielo aún a pesar de no ser merecedor de este.

-Vas a amarme para toda la vida, ¿Verdad? -Sujeté su barbilla para hacerle mirarme, notándole tragar saliva y viendo como su rostro enrojecía totalmente, no pude evitar reír un poco, a pesar de su actitud era tan tímido.

-C-claro que si, ¿Qué cosas estás diciendo ahora? -Antes nunca me hubiera imaginado que una imagen como esta fuera posible, mirándome, avergonzándose, con su corazón latiendo fuertemente solo por mi.

-Yo voy a amarte hasta el día en que muera, incluso después, quiero que siempre vengas a mi, a salvarme, quiero que vengas a amarme en todas tus siguientes vidas -Pedí con necesidad, quería asegurarme de que siempre estaría conmigo, de poder volver a sentir todo su amor, de poder volver a ver las luces tiñendo su piel, de ver como mi vida mejora solo por tenerle a mi lado, velando por mi.

-Vale, no se que te picó, pero ya que estás siendo muy lindo ahora...Realmente voy a venir por ti aunque no quieras, alguien tiene que evitar que te metas en problemas o que estés molestando a las demás personas, no importa lo que hagas, volveré a ti a amarte por todas las vidas siguientes -Su voz inundó mis oídos, al igual que hizo a mi ego subir un poco, realmente no podía creer que alguien realmente pudiera amarme sinceramente, pero él vino a mi vida, llenándola de luz, llenándome a mi de un sentimiento que nunca antes había entendido.

Sonriendo, asentí un par de veces antes de abrazarle con más fuerza, apoyando mi rostro contra su espalda, sin ocultar mi risa al escuchar contra mi oído su fuerte palpitar, a pesar de estar diciendo cosas de forma tan seria, seguía sintiéndose así de avergonzado. No pude evitar mirar hacia fuera, notando un par de estrellas en el cielo antes de darme cuenta de lo afortunado que era.

Daba miedo, lo que él provocaba en mi. Pero al mismo tiempo deseaba que siguiera haciéndome sentir así.

No quería que nunca se detuviese.