Prólogo

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Debía aceptar que todo esto era nuevo para mí, siempre quise hacerme a la idea de que estoy acostumbrada, pero tal vez es tiempo de que lo enfrente. Y creo que todo lo sucedido a continuación esta basado en una cosa, y en solo una cosa, un horrible sentimiento que conforme pasaban los días se apoderaba de mí.
Al principio apareció como una advertencia de que si lo dejaba crecer se convertiría en un tormento, como una bola de nieve que lo único que haría sería crecer y crecer. Pero como todos hacen, no le preste atención, le tome tan poca importancia, tan poca como una pizca de sal, incluso hasta menos.
Después... Después ya no había vuelta atrás, así como cuando diagnostican el cáncer. Me quede sin palabras, estaba realmente espantada, pues yo había desarrollado un miedo hacia el TIEMPO.
¿Cómo al tiempo? ¿Le tenía miedo a los relojes o algo así? ¿A los números de los relojes? ¿Le tenía miedo a la arena de aquellos artefactos que miden el tiempo? ¡No, absolutamente no! ¿En qué cabeza cabe esa idea? Realmente no tienen idea de lo que es tenerle miedo al tiempo.
Yo siempre comparé esta emoción en mi ser con la parición de un tumor cancerígeno, era lo único a lo que se le puede parecer. Por lo tanto, los únicos que podían entenderme a medias eran los que padecían cáncer. Era lamentable e irritante al mismo tiempo. Lamentable porque no tenía ningún amigo o familiar que padeciera de cáncer de algún tipo como para que apenas se diera una idea de lo que estaba pasando; y a la vez era irritante porque todos creían comprenderme, todos pensaban que alguna vez le tuvieron miedo al tiempo.
Y si, no lo voy a negar, es muy valioso, todos desean más de el. Por el contrario, yo le pedía al cielo y a la tierra que me dieran menos, que me lo quitaran por completo, así como muchas personas pedían que el cáncer desapareciera.
Así pues, pude concluir después de muchos meses que yo padecía cáncer. No sabría cuando iba a encontrarle una cura, pero era probable que la encontrara, igual era probable que no. De hecho llegué a pensar que el cáncer había desaparecido, que yo ya no tenía más miedo, pero fue una estúpida ilusión que mi padre me hizo pensar después de que un día me dio un consejo para dejar de vivir en el "tiempo".
Quisiera resaltar que escribo entre comillas la palabra tiempo porque lo represento como un nombre, como un ser al igual que yo. "Tiempo".
Sin embargo, yo no escribí esto para contarles sobre mi trágica historia de un cáncer que se apoderó de mí, obvio no. Escribo esto porque hay una historia más interesante que les quiero contar, a todos ustedes ilusos que no saben aún qué es la vida, al igual que yo.
¿Ya adivinaron que sexo tengo? ¿Mujer u hombre?

Memorias eternasWhere stories live. Discover now