—Antes que me fuera, Sam dijo que quería capturarte y, entonces, llevarte de vuelta a lo de Emily. Él no te quería envuelta en esto, tampoco asesinarte, por lo que iba a raptarte. Apuesto mi vida que sólo te están esperando—, explicó Leah, sus ojos viajando al terreno oscurecido.

      —Típico Sam—, se burló Vi, realmente mirando a la chica —. ¿Por qué estás aquí, Leah? Realmente.

      —Seth—, respondió sincera y sin pensarlo —. Y tu hermano. No puedo dejar que mi hermano menor se mate a sí mismo por algo que no tiene nada que ver con él. Y estaba cansada de escuchar la constante culpa de Sam, no podía soportarlo.

      Vi asintió en silencio, ella podía entender la formalidad. Después de su rompimiento con Jacob, eso era todo lo que ella podía sentir. Ellos salían con las mismas personas, por lo que era evidente que ellos debían enfrentarse cara a cara el uno al otro y, cada vez, era siempre el mismo dolor escrito en sus rostro. Aumentó después de que él volvió en forma de lobo y todos los días los pasaba en la misma casa que ella dormía.

      —Bueno, puedo comprender eso—, suspiró —. Aunque te lo advierto, Leah, nos das la espalda y serás la primera en morir.

      Leah asintió ante la amenaza.

      Violet le dio la espalda al bosque a pesar de su necesidad de libertad, caminando al lado de Leah murmuró —. Si tú y Seth tienen hambre, sólo auyen, tengo comida en la casa y apesta más a mí que a vampiro.

      Si Leah asintió, ella no lo vio mientras que la chica de cabello marrón volvía a entrar a la residencia Cullen.

      Ella se sentó sobre las piernas de Emmett, el corpulento hombre observaba el partido de fútbol en la televisión. Ella se relajó sobre su cuerpo, el brazo de él automáticamente enrrollándose en su cintura y sus piernas ajustándose para confortarla mientras sus labios se posaban sobre su templo.

      Vi respiró cálidamente, entrelazando sus dedos con los de él. Sus ojos viajaron hacia Bella una vez que se encontró lo suficientemente cómoda, encontrando a la chica humana descansar en el sofá al otro lado de la sala con Jacob sosteniendo sus pies sobre su falda. Ella llevaba un largo y grueso sweater y una sábana, pero incluso así ella temblaba.

      Violet iba a pararse y tomar otra sábana cuando Jacob se movió —. Yo me encargo.

      Bella sonrió al lobo, su rostro brillando tanto como cuando miraba a Edward, lo que hizo que Violet se sintiera rara, ella misma no le había mirada de esa forma antes cuando ella había salido con él. Aparentemente, él también lo notó y se removió incómodo —. No hagas eso.

      La humana lució curiosa ante su oración —. ¿Qué?

      —Sonreír como si fuera tu persona favorita en el mundo.

      Bella sonrió —. Eres una de ellas. Me siento completa cuando estás aquí, Jake.

      Sus palabras fueron seguidas por un jadeo de disgusto mientras se movía y vomitaba cualquier rastro de comida que había logrado consumir. Quejidos y escalofríos le siguieron mientras gemía de dolor.

      Violet se paró, caminando mientras Edward se arrodillaba y corría el cabello de su rostro —. Debemos encontrar una forma en que la comida entre en su sistema.

      —Si sólo pudiera ver el feto—, murmuró Alice.

      —El bebé—, corrigió Bella.

      —Tal vez pueda averiguar que quiere.

      A pesar de todo, Alice decía la verdad y todos se mantuvieron en silencio, sin duda todos pensando lo más rápido posible en una respuesta. Edward se giró hacia Jacob —. Creo que puedes tener razón. Jacob acaba de tener una idea.

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