Capítulo 31 (Resubiendo) #NiUnaMenos

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Os traigo un regalo en forma de video. Mis chicas del grupo ya lo saben pero muchas de vosotras todavía no. Heath Hutchins, el flamante modelo en el que me inspiré para crear a nuestro doctor Engel, ayer mismo y como si supiera que la historia vuelve a Wattpad, nos hizo saber que conocía el libro y quien era él de una manera muy particular... Dale al play y lo verás :D

Su instagram es heathhutchins por si queréis dejarle algún comentario, el mío elenagggggg y el del doctor dr.engel

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CAPITULO 31

Aunque estamos deseosos por ver a mi padre, el doctor nos dice que no será posible hasta pasadas 24 horas más. Cualquier emoción puede afectarle de manera negativa por su delicado estado de salud. Decidimos respetar su consejo. No queremos arriesgar, aunque eso signifique que no podamos abrazarle hoy.

Como hasta el día siguiente no habrá forma de verle el doctor nos anima a que vayamos a casa, comamos algo y volvamos por la mañana. Me niego a moverme de allí, pero Javier y David hacen planes. Ellos se quedarán con mi madre en casa de unos amigos que viven cerca del hospital, y yo iré al pueblo a recoger algunas cosas que nos harán falta. Productos de aseo, ropa, zapatillas cómodas...

César también cree que es la mejor opción, por lo que a regañadientes y de mala gana me despido de ellos, y les suplico que me informen de cualquier cambio. Álex nos está esperando en la puerta, cosa que agradezco, ya que estoy agotada, física y psicológicamente. No hemos dormido nada y le he dado demasiadas vueltas a mi cabeza. César sube atrás conmigo. Me ayuda a abrocharme el cinturón y se pone rápidamente el suyo.

—¿Cómo te encuentras? —me pregunta con cara de preocupación.

—Estoy agotada —le digo sincera.

Pasa su brazo por encima de mis hombros y presiona para que me recueste en su pecho.

—Trata de dormir un poco —apoya su barbilla en mi cabeza.

Me dejo llevar por su fuerza y me acomodo más en su pectoral izquierdo. Inhalo lentamente, embriagándome con su agradable aroma. Incluso con la ropa del día anterior huele increíblemente bien. Cierro mis ojos...

Varios besos en mi nariz me despiertan. Abro los ojos desorientada, trato de enfocar, y cuando lo consigo lo primero que veo es la cara de César a escasos centímetros de mí. Más besos caen ahora sobre mis parpados, obligándome a cerrarlos de nuevo.

—Hemos llegado, dormilona —su voz termina de despertarme.

—Pero si acabamos de salir —le digo mientras me hago la remolona. Rodeo con mis brazos su cintura para que no se mueva. Estoy demasiado a gusto y cansada. Quiero seguir durmiendo.

—¿Prefieres esperarme aquí con Álex mientras subo a ducharme y ponerme ropa limpia? —levanto la cabeza y veo que no estamos en casa de mis padres. Estamos en la puerta del hotel donde se aloja.

—No —le digo. Noto hambre al instante—. Mientras te duchas tomaré algo en el restaurante —me estiro y bostezo intentando desperezarme. César sonríe tiernamente.

—Mejor pedimos algo y nos lo comemos arriba. No vas a quedarte sola ahí, es demasiado arriesgado —le miro durante unos segundos y asiento.

Tiene razón, no voy a discutir sobre eso. Debo tener cuidado. Y más después de lo que pasó en el callejón el sábado por la noche. Varias personas del pueblo que están allí se acercan a nosotros. Me preguntan por mi padre. Se ha corrido la voz, y todos parecen estar informados. Algunos incluso de más, y tengo que desmentir varias barbaridades que se han inventado.

Dr. Engel (EL 16/01/2020 A LA VENTA - EDITORIAL ESENCIA DE GRUPO PLANETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora