2. Bajista de los Wantonly

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"Somos demasiado jóvenes para ser tan infelices"

Megan

Hay una calle al norte de Londres, cerca de la Portobello Road solo recuerdo su nombre de pila y su dirección nunca me ha importando saber, le dicen BlueStar o Bluss, es la calle de los bares subterráneos, las tiendas en los primeros pisos y hoteles en la planta alta, 38 tiendas, 12 bares y 5 hoteles en total, solo en tres andenes y medio, es un lugar lleno de historias y su nombre fue puesto porque en cada uno de los bares, hoteles y tiendas hay una estrella azul  pintada en la puerta de entrada y salida.

Esto lo se porque alguna vez mi padre me habló de ese lugar, y yo quede fascinada como nunca, ni idea porque me gustó ya que no parece tan fascinante, a decir verdad.

*

Al bajar del avión busqué un letrero con mi nombre y a mi querido amigo de piel morena y ojos amarillos que lo sostenía, y ahí estaba igual de apuesto que siempre y con semblante maduro, la única diferencia es que su bigote de puberto había desaparecido y en su lugar había una abundante cantidad de pelo en su barbilla muy bien cuidado. El letrero en su mano decía "Visual Orgasm, le dicen Megan".

— Pero que chica tan mona me he encontrado.— alguien susurra a mi oído, yo pego un salto del susto.— ¿Quieres follar en el baño ahora mismo?

— Sin pensarlo, pero tienes tremenda cara de precoz. —digo y me echo a reír.— Se te ha pegado el acento ingles querido Marcus.

La verdad ya había notado su nuevo acento por las llamadas constantes entre nosotros pero escucharlo de frente era muy diferente, le quedaba bien.

— Hey no te burles que en dos semanas ya te veré hablando como los refinados de Kensington Place.— Kensington Place es el barrio más rico de todo Londres.

Yo sonrió, de eso ni hablar, América siempre será mi hogar.

— Vamos a dejar las maletas en mi casa, y luego comeremos algo, te veo una cara de no haber comido en un mes.— dijo Mark llevando con una mano mis dos maletas y con la otra buscado la llave de su auto.

— Pero si comí prácticamente todo el vuelo, deberías llevarme al centro a ver si aún está Wantonly.

En ese momento Mark me mira con los ojos abiertos y una sonrisa de oreja a oreja se asoma en su cara.

— ¡No mames Megan, como lo olvide! Vamos pues.— reí un montón, ahí estaba su acento, el es latino, de México específicamente pero no tenía nada de pinta de Mexicano lo único es que sabía hablar muy bien el español.— Esperemos que aún estén, los fuegos artificiales se retrasaron puede que al fin no haya salido tan mal llegar tres horas tarde.

Pasamos el interminable tráfico, Mark conducía rápido, siempre había sentido seguridad al ir en un auto con él, iba por las infinitas y bellísimas calles como si se las supiera de memoria y yo miraba por la ventada presenciando el lugar donde viviría ahora, es un hermoso lugar.

Cuando faltaban unas 3 calles para llegar al centro de Londres, una explosión en el cielo iluminó aún más la esbelta ciudad, Mark estaciono el coche  y los dos bajamos.

— Pequeña Megan, esto es lo más bello que alguna vez hayas visto, entonces no le quites la vista en ningún momento.

Y era verdad, las fachadas coloniales impresionantes de cada uno de los edificios incluidos los monumentos y las tiendas de las mejores marcas del mundo, junto con el estilo inglés y los buses rojos de dos pisos que siempre quise ver y entrar en uno, hacían esa mística combinación entre perfección clásica y modernista impecable, ver los colores acompañar el cielo y una música increíblemente bien sintonizada con las explosiones eran sin lugar a dudas el mejor lugar en el que una persona podría estar ahora, la primera impresión más fantástica de un lugar, y una de las razones por las que esperaba a amar las decisiones que había tomado desde el día en el que compré ese último tiquete en promoción destino Chicago - Londres.

Maybe Where stories live. Discover now