Bienvenida a tu nueva vida [Alexby y tu]

Capitulo 3: Coincidencias

Al fin había llegado el día de ir a Madrid. Yo estaba muy emocionada, porque aunque solo fueran tres días, a mi me encantaba esa ciudad. Era el día de navidad, día 25 de diciembre, llegaríamos allí a las doce mas o menos, ya que eran las ocho de la mañana, iríamos a casa de nuetros familiares, pasando el resto del día ahí, y luego tendríamos dos días para visitar Madrid.

Por suerte tenía la maleta preparada del día anterior, así que la cogí y fui hacia la puerta, en donde estaban mis padres esperándonos a mi hermana y a mi.

-Estoy lista. -Dije yo contenta.

-Perfecto, -Dijo mi padre- ahora solo falta Sandra.

-¡Ya voy!  Gritó mi hermana desde el baño.

Mi hermana siempre llegaba tarde, estaba cuatro horas en el baño para después salir igual que cuando había entrado, yo no la entendía.

-Ya estoy. -Dijo mi hermana cogiendo su maleta y llegando a dónde estábamos mis padres y yo.

Entonces todos nos fuimos a la estación, ya que no íbamos a ir en avión, iríamos en AVE, porque yo prefería el tren, y además era mucho más caro el avión.

Después de dos horas de tren sin paradas en medio, llegamos a Madrid. Estaba igual que como la recordaba, y me encantaba. Cogimos un taxi y nos fuimos hacia el hotel, ya que se encontraba bastante cerca de la estación.

Las habitaciones del hotel eran enormes y muy bonitas. Yo dormiría con mi hermana y mis padres en otra habitación. Dejamos las maletas allí, nos preparamos y salimos en camino hacia la casa de nuestros familiares, los nietos de la hermana de la madre de la abuela de no se quién, mi madre se explicaba terriblemente.

Llegamos a la casa y mi madre picó al timbre, la verdad se me hacía raro estar con mis padres por la calle, porque casi siempre iba yo sola, o con mis amigas a todos lados. 

-¿Si? -salió una voz del interfono.

-Buenas, somos Marta y José -así se llamaban mis padres-.

-Ah, claro, adelante.

Sonó el ruido ese raro que hacen las puertas cuando ya se pueden abrir, y mi padre empujó.

Entramos todos y subimos a su piso. Picamos de nuevo.

-¡Hola! - Habló una mujer sonriente mientras abría la puerta.

-¡Hola! -Dijimos todos casi a la vez.

Detrás de la mujer se encontraba un hombre que supuse que sería su marido, y cuando se nos presentaron a mi hermana y a mi, ya que no los conocíamos, lo confirmé.

Entramos en su casa y mis padres empezaron a hablar con ellos, mientras que yo me quedé hablando con mi hermana. Era extraño hablar con Sandra como personas normales, ya que nos pasábamos la mayor parte del tiempo discutiendo.

-¡Oh! Que maleducados, lo siento, se me olvido presentaros a nuestros hijos. -Dijo la mujer.

-¡Chicos, venid! -Gritó con tono amable.

De repente aparecieron, una chica de unos 13, como habia dicho mi padre, y detrás suyo un chico que yo conocía muy bien.

-Esos son Carolina y Guillermo -Les presentó ella.

Yo me quedé en silencio mirándole, era Willy, el chico que veía todos los días en YouTube y que era el único capaz de hacerme reír de la forma en la que él lo hacía.

Los dos le dieron la mano a mis padres y a mi hermana y a mi nos dieron un abrazo, pero no un abrazo amigable, sino solo como saludo. Cuando él fue para abrazarme a mi me quedé rígida, pero pude decir algunas palabras.

-¿Eres Willy, verdad? -le susurré al oído, aunque estaba roja como un tomate.

Él se apartó  sorprendido,  y me sonrió.