Entró en mi casa con cara de póker que acabó por volverse de enfado.

-¿Se puede saber que te he hecho para que me ignores? Te llamé y no lo cogiste, al final acabaste apagando el móvil.

-Tú sabes lo que has hecho... No te hagas el tonto ahora...

Se quedó callado, pensando que era lo que había podido hacer. Rodé los ojos.

-No, definitivamente no se de que me hablas.

-¡De ti besándote con Lexi! ¿Contento?

Parecía confuso por un momento. -Yo, Lexi... besándonos... ¡Ah! ¿Y tu como lo sabes?

-Vaya, no lo desmientes... Fui a visitarte y os vi juntos.

-No, si, quiero decir... No, no estoy con Lexi, no tengo nada con ella. Mira lo cierto es que ella vino a agradecerme por protegerla en la disco, yo le dije que os estaba protegiendo a ambas, ella me dijo que yo le gustaba y ¡me besó! pero yo no le correspondí, te lo juro...

-No te creo.

-¿Acaso estás celosa? -Me dijo sonriendo pícaramente.

Bufé. -¿Celosa? ¿Yo? JÁ, celosa dice...

-Mira es cierto que yo no siento nada por ella porque me gusta otra persona. ¿Contenta?

-Nope, ahora me pica la curiosidad ¿quién es la afortunada? -Le di unos codazos bromeando.

-Te lo contaré cuando me cuentes sobre ti. Nuestra amistad no es justa. Tú sabes todo sobre mí y yo no sé nada sobre tu vida, lo único que sé es que te gusta el color morado, que odias las cebollas y que tienes una cicatriz en el codo, poco más. Quiero saber de ti, confía un poco en mí...

-Mi vida es complicada Dan... Y turbia... No desconfío de ti pero... -Suspiré.

-Vamos... Quiero conocer de verdad a esta ''chica del cabello de fuego''.

-Te contaré mi historia, primero ponte cómodo, segundo no hagas preguntas, y tercero si me das una sola mirada de pena o compasión partiré tus piernas.

Dan solo asintió y ambos nos acomodamos en el sofá. Bien, aquí vamos...

-Verás... Mi familia siempre ha estado compuesta por mis padres y yo, nadie más, no había más familia. Mis padres fueron bastante horribles conmigo, no fui un bebé deseado. Mi padre estaba en el alcohol y golpeaba a mi madre. Y ella acababa por pagar sus frustraciones conmigo. Lo cierto es que nunca me dieron ni una pizca de cariño. -Me salió una sonrisa amarga. -A pesar de ser la primera en calificaciones a ellos nunca le parecieron bastante. Mamá me golpeaba bastante... No tuve amigos en el colegio por qué no tenía una vida normal. Lo único que me hacía feliz era el atletismo. Estuve en atletismo desde siempre, era la más rápida. Y del atletismo apareció también el que fue mi apoyo moral, mi entrenador, mi profesor de atletismo. Era mi tutor, mi amigo, era amable conmigo y me trataba bien. Las peleas de mis padres iban a peor cada vez. Y un día mi vida se torció para siempre... Uno de los días al salir de atletismo estaba sola en el vestidor, iba a cambiarme cuando mi entrenador abusó de mí... Nadie nunca lo supo... Después de aquello corrí a casa y me encontré a mi madre en el suelo con un montón de sangre y sin pulso. Mi padre se había vuelto loco de verdad y había acabado matándola, y cuando me vio quiso quitarme de en medio también. Me rompió el codo. La policía llegó antes de que lograra hacer algo más. Tuvieron que pegarle un tiro ya que estaba fuera de sí y pretendía agredir a algún policía también. Mi vida fue así de horrible durante muchos años. Yo tenía 16 años y al ser menor y no tener más familia tuve que ir a un orfanato. Ahí fue donde fui sacando mi personalidad agresiva y cerrada... En cuanto pude salir escapé de allí. Se me olvido omitir el detalle de que intenté suicidarme... Mi vida era una locura, un autentico infierno. Y ahora estoy en el presente...

La chica del cabello de fuegoWhere stories live. Discover now