Capítulo 2:

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En cuanto terminaron las clases salí disparada como un cohete para no tener que toparme de nuevo con Dan. Me había estado observando durante las clases y me hizo sentir incomoda, y como estaba segura de que me preguntaría el porqué de mi actitud preferí correr hacia la salida, y en lugar de tomar el autobús para volver preferí caminar. Mi casa se encontraba un poco alejada pero me gusta andar así que no hay problema. Mientras caminaba me puse los auriculares, entrando de nuevo en mi universo particular, y escogí Get Down de James Arthur. Uno de mis cantantes favoritos por cierto.

La canción me resultaba muy filosófica... como muy de la vida, no sé si me entendéis.

''And I know, no matter how much colder

Or how much I carry on my shoulder

As long as I'm standing I'll be closer

Cause it ain't over, till it's over

No we don't get down...''

Mientras cantaba en voz bajita la letra, que me sabía de memoria, me entretuve observando las calles. Y hoy en particular parecía que había más gente o al menos esa fue mi impresión.

Cuando llegué a casa y solté la pesada maleta, que arrojé en una esquina cualquiera, me dispuse a comer algo. Todos los días sin falta Marga venía antes de empezar su jornada de tarde en ''Sucré'' y me traía algo delicioso para almorzar. Hoy no era la excepción, por supuesto, encima de la mesa del salón había un cacharro de cristal tapado por sus esquinitas aún salía humo. Me preparé la mesa y me dispuse a comer.

Marga tenía un hijo de veinti-tantos años, que ya no vivía con ella, se casó y se mudó a otra ciudad. Era una mujer dedicada a su familia y sobre todo a su marido, se amaban como pocos lo hacen. Pero, desafortunadamente, él murió hace unos años a causa de una enfermedad. Llegué a conocerlo y lo cierto es que era un hombre maravilloso.

Marga es una mujer muy fuerte, la admiro mucho, ya que a pesar de todo consiguió salir adelante y sacar a flote su negocio.

El movimiento de mi móvil vibrando me saca de mis pensamientos. Leo el mensaje que Lexi acaba de enviarme, es algo sobre una fiesta. Por supuesto que iré. Me apunto hasta a un bombardeo.

Una hora antes de que Lexi venga a recogerme me ducho y me arreglo.

Normalmente soy una chica de ropa cómoda, pantalones y converses, pero cuando se me presenta la oportunidad me arreglo como cualquier chica. Peiné mi cabello rojo con rizos despeinados; eye liner negro, máscara de pestañas, un poco de colorete y labios naturales con un poco de brillo. Fui a mirar que tenía en mi armario, la realidad es que tenía mucha ropa.

Me decidí por un vestido blanco, llegaba por encima de las rodillas, era ajustado y dejaba la espalda al descubierto. De ese modo el blanco resaltaría con mi cabello. Me puse unos tacones, mis favoritos totalmente preciosos, sandalia con tacón y plataforma, blancos, con tiras llenas de pedrería y perlitas.

Por encima me puse una chaqueta de cuero larga y de color negro.

Mientras me echaba perfume escuché el timbre sonar. Grité un ''ahora voy''.

Lexi me esperaba fuera, ella siempre estaba radiante, se pusiera la ropa que se pusiera. Llevaba su pelo moreno y corto agarrado a un lado por un broche muy bonito, llevaba un vestido sencillo, ajustado color morado de tirantas.

Fuimos en su coche hasta la casa donde se estaba celebrando la fiesta, no hacía mucho que había empezado puesto que las reservas de alcohol estaban llenas y no había nadie borracho. Saludamos a un par de personas que Lexi conocía y después nos dirigimos a tomar algo.

La chica del cabello de fuegoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora