Capítulo 2 - Acuariología

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Notas:

Ya que ando de vacaciones (que lamentablemente acaban el lunes), decidí actualizar este fic, no se me da muy bien este tipo de narrador, así que perdonen si se me van las cabras y algo queda raro.

Desde ahora les aviso que puede que este fic tenga sexo explícito y mpreg en un futuro, por si el tema no le es de su agrado.

Al final hay un pequeño glosario de términos.

Beteado por TomLiKaulitz

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Acuariología

Después de la sorpresa inicial el vulcano miró más detalladamente al hombre entre sus brazos. El cabello rubio parecía haber sido tusado de mala manera, dejando que varios mechones disparejos y viscosos se pegaran a su cara. Mientras observaba las líneas suaves de su rostro, se cruzó con los ojos azules del rubio, que no dejaban de observarle atentamente, dejándole contemplar la curiosa pupila ligeramente alargada que estos poseían y las espesas pestañas rubias que los adornaban.

Deseaba ver más de él, pero el estar tan cerca le impedía hacerlo, por lo que cargándolo por la cintura y arrastrándolo un poco a causa de su larga cola, lo sentó en la camilla que el equipo médico había traído. Tomó las manos del rubio que seguían afianzadas a su cuello y se soltó de su agarre con sutileza para no lastimar más sus manos esposadas, el rubio miró toda la acción con curiosidad. Spock dio unos pasos atrás para poder ver al rubio en su totalidad.

De la cintura hacia arriba era prácticamente igual a un humano, un humano con un cuerpo bellamente tonificado y por la fuerza del agarre que anteriormente había tenido en su cuello, era fuerte; la principal diferencia entre un humano y él, eran un trío de líneas largas que surcaban las laterales de su torso por sobre sus costillas, que supuso fungían como branquias. A partir de la cintura aparecían esporádicamente unas cuentas escamas doradas adornando bellamente su zona v, que conforme descendían, se volvían más abundantes hasta que cubrían completamente el inicio de sus muslos y toda su parte baja.

Un par de curiosos apéndices surgían de su pelvis, su consistencia parecía ser membranosa y de cierta forma aerodinámica, se preguntó si fungirían como aletas pélvicas, más adelante analizaría que función tenían a profundidad. Bajó la mirada observando las escamas doradas que habían incrementado su tamaño ligeramente, en comparación a las que el rubio tenía en su cintura, estas estaban opacadas por la sustancia viscosa en la que el rubio había estado sumergido y solo una que otra emitía ligeros destellos tornasolados.

A la altura de donde deberían estar sus rodillas, algo similar cumplía esa función permitiéndole al rubio doblar su cola y dar apariencia de estar sentado correctamente sobre la camilla, cuando su vista estaba por llegar a la aleta caudal, un destello atrajo su atención, percatándose de un gran trozo de metal insertado profundamente en su carne y que sangraba con un tono intenso de carmesí, donde un humanoide tendría las pantorrillas.

El vulcano frunció el ceño, no se había percatado de esa herida...

-Spock, ¿puedes dejar de verlo como si fuera un espécimen de estudio? Parece que lo estás incomodando -la voz del doctor McCoy rompió el mutismo en la que la sala se había sumido.

Spock alzó el rostro, encontrando que el rubio lo miraba fijamente y que movía ligeramente su aleta caudal al igual que un humano movería un pie nerviosamente.

-Doctor parece que debe atender su herida cuanto antes -comentó tratando de cambiar el tema sutilmente.

-Demonios Spock, soy doctor no un veterinario. ¡¿Cómo quieres que lo trate?!

Aquarium MermaidWhere stories live. Discover now