Capítulo 1

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Se esta tan bien aquí, sé que es un sueño pero me aferro a él, alejando la realidad.

Se esta tan bien aquí, en el prado, parecido al que estaba cerca de nuestra mansión de verano, al que amaba visitar cuando era pequeña.

Se esta tan bien aquí, las coloridas flores de este lugar reconfortan mi espíritu y el gran árbol que puedo divisar a la distancia me llama.

Se esta tan bien aquí, las nubes cubren el sol y crean un ambiente templado, casi la perfección, ni tan cálido, ni tan frío. Inhalo, el aire puro llena mis pulmones, a pesar de que sé que estoy soñando, esta sensación parece tan real.

Se esta tan bien aquí, quisiera nunca tener que despertar, mis sueños son mi único escape, mi único anhelo ¿qué clase de persona se aferra tan fuertemente como yo a los sueños? ¿Qué clase de persona se aferra a las ilusiones, sabiendo que terminaran? ¿Qué clase de persona se aferra a los sueños sabiendo que pueden convertirse en pesadilla?

Algo me llama, y reconozco que es el sonido de la realidad, por un momento tengo la sensación tan común de estar en un limbo entre el mundo real y el de los sueños, pero un remezón, a pesar de ser leve me termina por despertar.

Las cortinas son abiertas de forma abrupta haciendo que la luz solar me llegue directamente a los ojos y una familiar voz me ínsita a levantarme.

-Lady Smith- me llama mi criada personal, Jane- Se hace tarde para la ceremonia

Me revuelvo en las suaves sabanas creando un desorden, esto vuelve mi cama aún más cómoda, invitándome a no abandonarla.

-Mi lady- Continuo hablando Jane- su madre y su prometido la esperan en el salón

Me resigne, y odiaba ese sentimiento. En mi vida era tan habitual resignarse, pero ¿qué podía hacer al respecto? Mi vida había sido predeterminada incluso antes de mi nacimiento. Obviamente esto era injusto, pero con los años había aprendido a no protestar. En pocos meses, en verano, contraería matrimonio con mi prometido Federico Watson, un joven cuya familia había entablado amistad con la mía desde hace muchos años. Así que desde pequeña he sabido que terminaría casada con él. Debería sentirme afortunada. Federico es un emprendedor, está al frente de negocios con el extranjero que le otorgan una gran fortuna a Inglaterra, lo que le hace reconocido en todo el país. Es un hombre atento, respetuoso, que siempre me ha tratado con cariño y nunca se ha sobrepasado. Es apuesto y en lo que llevamos de este año, 1868, es quien lleva la batuta en importación y exportación de productos. Pude haber estado comprometida con un tirano engreído, mientras que mi prometido es humilde y afable. Aun así no puedo amarle. Puede que suene estúpido, pero creo que pude haberle amado si no me hubieran obligado a casarme con él. Mi madre, una mujer respetada y honorable, siempre me decía que era un pez que nadaba contra la corriente, y esto no me lo decía en un tono maternal, sino que lo hacía con su potente voz y su manipuladora mirada. La mujer con la que pasaba cada día de mi vida, pero en realidad no conocía, había planificado fríamente el resto de mi vida.

Jane ayudo a asearme y vestirme, lo hicimos sin la charla habitual ya que estábamos retrasadas. Definitivamente recibiría una reprimenda de mi madre, pero ya estaba resignada (como era habitual). Jane era una mujer un poco mayor que yo, de 21 años al parecer, pero lucia menor. De alguna forma, y sin premeditarlo mi criada se convirtió en mi confidente, a quien puedo decirle lo que de verdad pienso, mientras que con los demás siempre tengo que ser la chica decente. Desahogarme con ella es algo que necesito. Sacar los pensamientos de mi cabeza era algo necesario para poder continuar, aunque lo hiciera en una habitación desolada y con cuidado de que nadie me escuchara.

La revolución de los inexistentesWhere stories live. Discover now