Capitulo 16

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Capítulo 16: ¿Sirius?

Al día siguiente Demetria despertó cuando su mejor amiga decidió tirarle agua en el rostro. Abrió los ojos de par en par conteniendo un grito sorprendida.

—Ya, arriba, dormilona —dijo Hermione mientras arreglaba su cama.

—Casi me da un paro cardíaco, Mione —exageró la rubia mientras se levantaba.

La castaña fulminó a la chica cuando ésta se iba hacia el baño para poder secarse y cambiarse sin problemas.

—No me digas Mione —murmuró cuando Demetria salió del baño.

—Pero Hermione es muy largo —dijo alargando la 'u' en la penúltima palabra—. Dejame ponerte un sobrenombre... aunque no te gusten, por favor —hizo puchero.

Hermione rodó los ojos divertida.

—Anda, vamos a desayunar.

Ambas amigas bajaron a la sala común caminando hacia la salida para luego ir al Gran Comedor a desayunar.

—Tenemos que hacer la tarea de Astronomía —comenta Demetria.

—Tienes —corrigió Hermione—, yo ya la hice. No sé como haces tú para entregarla a tiempo su la haces el último día, más si es mucha.

La rubia se encogió de hombros restándole importancia—. ¿Me acompañas a la biblioteca luego de desayunar?

—Claro, me vendría bien otro libro para leer —sonrió.

Aquella noche ni Harry ni Ron adelantaron mucho los deberes. Harry sabía que su amigo estaba demasiado preocupado por lo nefasta que había sido su actuación en el entrenamiento de quidditch, y él no conseguía quitarse de la cabeza aquella cantinela de «Los de Gryffindor son unos mantas». Pasaron todo el domingo en la sala común, rodeados de libros, mientras a ratos la estancia se llenaba de alumnos y otras veces se quedaba vacía. Hacía un día bonito y despejado, y la mayoría de sus compañeros de Gryffindor estuvieron al aire libre, en los jardines, disfrutando de lo que bien podía ser uno de los últimos días soleados del año. Al anochecer, Harry tenía la sensación de que alguien había estado golpeándole el cerebro contra las paredes internas del cráneo.

Finalmente Hermione y Demetria aparecieron en la sala común, una de las dos lanzó un bostezo al aire cuando entraron.

—Mira, creo que deberíamos intentar hacer más deberes durante la semana —le comentó a Ron cuando finalmente terminaron la larga redacción para la profesora McGonagall sobre el hechizo Inanimatus Conjurus y, abatidos, empezaron otra igual de larga para la profesora Sinistra sobre las lunas de Júpiter.

—Sí —respondió Ron frotándose los enrojecidos ojos y arrojando al fuego la quinta hoja de pergamino descartada—. Oye, ¿por qué no pedimos a Hermione o a Demetria que nos deje echar un vistazo a sus trabajos?

Harry giró la cabeza y miró a sus amigas, que estaban sentada charlando alegremente con Ginny mientras un par de agujas de punto tejían, suspendidas en el aire delante de sus ojos, un par de deformes calcetines de elfo.

—No —decidió Harry—, sabes perfectamente que no nos dejará copiar.

—Creo que Demetria sí, sabes que Hermione y ella son las mejores en Astronomía por ahora...

Harry frunció los labios pensando—Mhn... No, no nos dejaran ninguna de las dos.

Así que siguieron trabajando mientras fuera el cielo se oscurecía cada vez más. Poco a poco, la sala común fue quedándose vacía otra vez. A las once y media, Hermione y Demetria se les acercaron.

Banshee ▷ Ron WeasleyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora