Las estrellas en tus ojos-Reiji Sakamaki

❁Capítulo 2❁

Me desperté a las 7:30pm,por el simple hecho de que me gusta pasar a la biblioteca antes de ir a la escuela.
Me dí una ducha rápida y me puse perfectamente el uniforme de la escuela, claro con unas pantis hasta los muslos en vez de calcetines.

Baje a desayunar lo más rápido posible, vi a Akira sirviendole té a mi padre, que por cierto me miraba con mala cara.

—Buenos días padre—hice una pequeña reverencia, el no soportaba a la gente sin modales

—Buenas noches Midori-chan—ya se notaba el cambió de humor en el. —Espero que no se repita lo de anoche—

—Si padre, fue todo mi culpa—el amaba echarme toda la culpa

—Bueno, hoy habrán visitas—tomó un sorbo de té

—¿El señor Sakamaki? —asintió con una sonrisa.

No me falta decir que mi padre y el señor Sakamaki son viejos amigos, los dos son unos grandes políticos y hombres más adinerados de todo Japón.

—Nada personal, solo charlare con el

Terminé mi café y le dí un beso en la mejilla a mi padre, despidiendome.

Siempre me iba sola a la escuela, en cierto modo me tranquilizaba bastante, en mi mochila buscaba mi cuaderno en donde siempre dibujaba pero por desgracia no estaba, quizás se me quedó en casa.

Entré con la mirada baja a la gran escuela, tenía 20 minutos para hundirme en un mar de literatura y los aproveché con mucho gusto, algo extraño es que sentía a alguién observarme desde hace unos minutos, no le preste atención, pues habían muchos estudiantes.

Al escuchar la campana fui directo a clases de Física, me senté en la última fila así para observar un poco la noche disimuladamente por la ventana, en el receso fuí a la azotea pero me topé con Reiji que estába sentado en la única banca disponible.

—Buenas noches señorita Kurosaki, ayer se le quedó un cuaderno en está misma banca y me tomé la libertad de guardarlo para poder devolvérselo —Realmente Reiji tenía unos modales dignos de la familia Sakamaki

—Muchas gracias, me alivia saber que lo tenías tu y no otra persona—le Sonreí

Nos quedamos hablando un rato, pues teníamos gustos bastantes parecidos, la verdad Reiji me daba un poco de miedo antes pero hoy me dí cuenta que es una persona fantástica, luego se hizo un silencio presente que Reiji decidió romper.

—Sabes tienes unos ojos bastante cautivadores—lo miré un poco asombrada, acompañada de un rojo en mis mejillas—Puedo ver las estrellas a través de ellos—posó su mano en mi mejilla mientras nos acercábamos cada vez más pero el timbre sonó, dejándome por lo menos a mi un gran sonrojo, acaso ¿Me iba a besar?

En toda la clase de Matemática no dejaba de mirar a Reiji, al mirarlo me daban nervios y a la vez miedo o algo parecido era una mezcla de sentimientos que jamás sentí en mi larga vida.
A la hora de almuerzo fuí está vez a la sala de música,pasé mi mano por el gran piano de cola a punto de tocar una nota mis manos temblaron impidiéndome poder escuchar su hermosa melodía.

—¿Podría preguntar algo? —me sobresalte un poco,me  giré y asentí pues era Reiji—¿Qué te sucedió en el rostro? —se me había olvidado el pequeño detalle que tenía en el rostro, una herida causada por mi padre

—¿Prometes no decirle a nadie? —lo miré a esos hermosos ojos

—Si usted me lo pide, lo guardaré con gustó

—Pues, no es fácil de explicar. Mi padre siempre me golpea si hago algo mal—El se sorprendió un poco

—¿Y su madre no le dice nada?

—Mi madre murió a manos de mi padre, el quería a un primogénito pero nací yo,desde ahí comenzó a odiarme y tratarme de esa manera, mi única salida son los libros y el único testigo de esos maltratatos es la callada y fría noche—lo miré atenta, al parecer tenía un conflicto interior con el mismo

Caminó a paso lento hacia mi y sentí sus cálidos brazos rodearme completamente, me sentí protegida por primera vez después de que mi madre murió. Lo único que hice fue aferrarme a su cálido pecho derramando un par de lágrimas en silencio, jamás me había liberado de este peso que cargaba, pero hoy porfin en mi vida pude sentir que le importaba a alguién.