Perdón, pero Tú eres Mía I [ REALIZANDO CORRECCIONES ]

Capítulo 18

Una semana después.

Estoy terminando de arreglar mi maleta, aun sigo en la casa de mis padres pero hoy en la noche tengo un vuelo con Titi a España. Necesito alejarme para poder olvidarme de Alexander.

Carolina al enterarse de todo se reunió conmigo. Le dije que era entendible que no quisiera en su canal a una mujer que quiere acabar con su hijo. Me dijo que ella entiende perfectamente lo que siento pero que debería escuchar primero a Alex antes de tomar cualquier decisión. También me ha dicho que me tome el tiempo necesario, ella no va a despedirme.
Yo insistí pero ella se negó rotundamente y no me quedo más que agradecerle.

Por otro lado, mi padre me ha dicho que Eric sigue en comisaría y Alex está en libertad. No puede salir del país, hasta que no consigan las pruebas de que su versión es cierta y que dice la verdad.
Supe que el auto que manejaban era de Alexander y según él, le dijo a Eric que conduciera porque estaba muy tomado. También supe que al momento de irme de comisaría Alexander volvió a golpear a Eric por no haberlo defendido y apoyado su verdad.

¡Toda esta mierda es tan confusa que ya no sé en qué ni en quién creer!

Obviamente al enterarme de que había salido, mi celular no dejaba de sonar, a cada minuto me llegaba una llamada de Alex y tuve que apagar el celular. No sé nada de las demás personas gracias a él.
Kamila ha llegado de su luna de miel y ha venido a visitarme todos estos días. Ella apoya que vaya por un tiempo pero a la vez pide que no sea por mucho.
Mi madre insiste en que debo escuchar lo que Alex tiene que decirme, Kami también, mi padre solo dice que lo que haga él me apoya, pero yo no quiero escucharlo, no quiero verlo, no quiero hablarle.

-Hija -mi madre toca la puerta de mi habitación-, te he traído un té.

-Gracias mamá -pasa y me lo deja en la mesa junto a mi cama.

-¿Cómo te sientes? -pregunta acariciando mis mejillas.

-Mejor, debo tener todo este malestar por lo que ha pasado en estos días.

-Lo sé, no es para menos. -Me abraza- Llamé a tus abuelos, están contentos de que vayas. Ya quieren apapachar a su nieta favorita.

-Soy la única nieta -sonrío-, los de tío Luis son todos hombres.

Mi madre ríe. Su hermano Luis es igual a mi abuelo, en cambio ella es igual a mi abuela.

-¿Sigues con la misma respuesta?

Suspiro.

-Sí mamá, no quiero verlo.

-Lleva tres días seguidos viniendo para hablarte. Yo como buena madre se lo impido hija, pero... Tienes que verlo... No sé si resista tanto.

La abrazo fuerte y sollozo. Yo sé que mi alemán americano debe de estar por el suelo pero no me importa, yo estoy igual o peor que él. Si Alex de verdad no quería verme sufrir, me hubiera contado la verdad desde el inicio, tal vez las cosas fueran distintas.

-Voy a darme un baño, en tres horas debo estar en el aeropuerto.

Mi madre besa mi cabello y me deja ir. Joder, me duelen los ojos de tanto llorar.
Me recuesto en mi pequeña tina y lo primero que me viene a la mente es Alex, cuando sus brazos rodeaban mi cuerpo y me protegían, me daban calor.
Ahora no, ahora a pesar de que el agua esta tibia sigo teniendo frío. ¡Odio quererlo! Tengo que dejar de sufrir por él joder.

Minutos después salgo de la tina y me visto. Un jean, zapatos deportivos y una camisa cómoda junto a un suéter, está haciendo frío.

Bajo las escaleras en busca de mi madre, mi padre debe estar a punto de llegar, sabe que me iré en unas horas así que cenaremos todos juntos.