ETHEREAL [YoonMin]

D-1

Un día tras otro me oculto detrás de ese gran piano marrón mientras que tú, con precisión aciertas cada nota con tanta maestría que me hace preguntar cuándo será el momento en el que pueda escucharte cantar una melodía mía, lograr subir al cielo y luego bajar al inframundo siendo consciente de que podría volver a subir con solo escucharte. Aunque me pregunte una y otra vez lo mismo, la respuesta siempre es la misma, nunca cambia y parece que no lo hará tampoco en un futuro.

Aún así no pierdo mi camino y con la leve esperanza me lleno con solo oírte acompañarme con el piano durante una melodía que no es mía pero que de igual forma llena mis expectativas. Nuevamente terminas de manera fantástica, una nota larga y serena.

-Jimin, como siempre. El mejor...

-No diga eso profesor, aún me queda...

-Ni hablar. Habrá una presentación pronto y me gustaría que fueras parte de ella.

-No hay problema...

Dejé de escuchar su conversación cuando sin cometer paso en falso salí de la sala de estudio encontrándome con Hoseok en la puerta.

-Hey, Yoongi.

Lo saludé con la mano mientras que este al verme se lanzó un poco animado y me dio un abrazo, algo no muy anormal de su parte ya que siempre lo hacía cuando estaba feliz, sin mencionar que el jodido siempre lo estaba.

-¿Algo nuevo? -pregunté con desinterés.

-Oí que estabas creando nueva música -me miró con picardía así que pude deducir lo que seguía con eso.

-No te daré nada -me puse serio. Junté mis brazos y me resigné a no mirarle a los ojos.

-Vamos, sabes que vivo de ello.

-Aún así, ¿No crees que es tiempo que aprendas a componer?.

-Lo haré, lo prometo; pero luego. Ahora necesito de ti -hizo un gesto poco agradable para mis ojos.

-Olvídalo, estoy ocupado.

-¿Con qué?.

-Yoongi-hyung -me volteé con cuidado, teniendo precaución con que no notara mi expresión que logró sacar al llamarme de esa manera, tan poco normal- Entonces nos vemos el fin de semana.

-¿Huh?.

-¿No escuchaste?. Nos presentaremos...juntos.

-Ah, eso. Yo...-no me subiría allí, no después de lo que me pasó.

-Será agradable compartir escenario contigo -asentí como un estúpido, y él sin despedirse simplemente se alejó con una sonrisa en el rostro.

Estoy jodido.

-¿Tú? ¿En un escenario? ¿Bromeas?.

-No puede ser tan malo, ¿no?. Además estaré tocando el piano atrás.

-Quién te viera ahora diría que no eres tú.

-Supongo que las cosas cambian.

No, no cambian a menos que me vea obligado a ello. Por dios, en qué me metí.

A decir verdad, a Jimin no lo conozco. Para mí y para muchos es un chico que canta bien, además de mantener una buena presencia con todos. Desgraciadamente, sin darme cuenta comencé a caer por los encantos ocultos que llevaba con él, no quiero decir que fui el único en notarlos pero me gusta pensar que es así porque de esa manera puedo sentirme conectado con él aunque este no lo sepa.

Tras esa apariencia dulce Jimin es un chico atrevido que vive de las mentiras. No creo ser el primero que se ha dado cuenta de lo peligroso que podría ser estar a su lado a menos que esté cantando, ya que en esos momentos todo en él se relaja y muestra la apariencia de un ángel. No me gusta mencionar a sus demonios pero es que lamentablemente me enamoré de los que lleva dentro.

Por las noches llego obligándome a creer que él se encuentra en su casa tomando una siesta, descansando en paz mientras que otras voces me indican lo contrario, quizás ni siquiera ha llegado a su casa y su noche de desvelo recién está comenzando. Me libero de mi corbata previamente estirada; luego de mi camisa blanca desabrochando un botón tras otro hasta finalmente terminar con el pecho al descubierto.

Miro por la ventana el cielo oscuro que comenzaba a estrellarse. La luna como siempre brillante iluminando todo con su tenue luz. Parece ser que no soy el único quien quiere contemplar la noche que hasta en la casa de a lado parece alguien queriendo acercarse a la ventana, en el momento que su silueta deja ver su rostro gracias a la leve luz mi respiración se vuelve cortada.

Verlo allí vistiendo solo un pantalón mientras que con sus antebrazos apoyados en el respaldo de la ventana, con sus dedos ocupados tratando de encender un cigarrillo el que segundos después llevó a su boca. Al ver que levantó su vista retrocedí de manera que la oscuridad abarcada en mi habitación me ayudaba a ocultarme.

Sin pensar tomé una cámara, una fotografía de él en plena noche parecía ser una escena hermosa para mi baúl de recuerdos. Torpemente dejé que el flash se hiciera notar, llamando la atención. Asustado dejé de respirar y sin moverme me mantuve observándolo, pero no reaccionó. Por último, dio la última jalada a su cigarrillo, miró en mi dirección y como tratando de descifrar a su fotógrafo encogió sus ojos. Sin resultados agitó su cabellera gris, sonrió y al final habló fuerte y claro.

-Espero que haya salido bien.

-Te aseguro que así lo es -susurré para mí mismo antes de retroceder al ver que este alejaba su silueta hasta llegar a otra quien se acomodó con él. No quise seguir mirando así que me di la media vuelta y sosteniendo la fotografía en mis manos la cuál no demoraba en revelarse mostraba el humo proveniente de sus labios. Parecía ser perfección, pues claro, él lo era.

Ahogué mis pensamientos en un vaso de agua antes de que pudiera quedarme dormido. La fotografía entre mis dedos haciéndome compañía en esta noche de sorpresas, el vaso de agua en el piso mientras que mis manos solamente sostenían mi nuevo tesoro. Aunque quisiera soltarlo simplemente este vuelve a mis manos queriendo aferrarse y a obligarme a que mirara su expresión, una triste pero eternecida expresión.

***

(...)Me encuentro atrapado en una mentira de la que no veo salida alguna. Tú y ellos no hacen más que torturar al momento de señalarme con esos asquerosos dedos que juzgan más que comprenden. No digo que sea perfecto pero si hablamos de pecados, soy él que menos ha cometido, si pretender ser uno más con ellos es un problema entonces pueden excluirme. Y si quitarme la vida es un requisito estaré de acuerdo con ello. Pero no me pidan que deje de mirar a esos ojos oscuros que piden atención. No es más que un martirio evitar que mi vista se gire a él, su frágil ser que suplica por su salvación. Desconozco sus razones para temerme pero si conozco sus deseos y con eso me basta para beber de él.(...)

---------------------------
Volverá