Malestar

314 39 21
                                    


El fuerte sonido de la música le hacía sentir que en cualquier momento le estallaría la cabeza, necesitaba un poco más de silencio, aunque parecía casi imposible mientras estuviese en la sala junto al equipo de música, sin que Jaehwan lo notase se apartó de él sin darle explicaciones, necesitaba estar solo y en silencio por unos momentos, por lo que decidió ir a la habitación de Hongbin, no creía que nadie estuviese allí y él ya tenía la suficiente confianza como para andar por su casa como si fuese la suya, por lo que no creía supusiera un problema para el otro.

Al llegar a la habitación suspiro aliviado al tener un poco más de silencio, al estar en la misma casa sería imposible estar en un silencio absoluto, pero eso estaba bien por el momento, cuando se iba a acostar en la cama de Hongbin noto que ya había alguien en esta, pero no podía verlo porque se encontraba totalmente cubierto por las mantas, se acercó a ver quién era notando como se le detenía el corazón al notar que era Wonsik, noto los rastros de lágrimas secas por sus mejillas y se sintió culpable, sabía que la razón de su sufrimiento era él y eso no le hacía sentir mejor, al contrario, se sentía fatal y por más que intentara pensar que había escogido la mejor alternativa al seguir junto a Jaehwan, solo le bastaba ver a Wonsik para hacerlo dudar.

-¿Por qué todo tiene que ser de esta forma? – Preguntó al aire recostándose a un lado de Wonsik, parecía que el dolor de cabeza era incluso más intenso que antes y la opresión que sentía en el pecho no lo ayudaba a sentirse mejor. No sabía que era lo correcto y tenía un pánico tremendo a equivocarse y terminar sufriendo. Quería a Wonsik, pero tenía tanto miedo de que las cosas entre ellos no funcionaran que había decidido seguir su relación con Jaehwan a sabiendas que posiblemente estaba cometiendo un error. Abrazo a Wonsik sobre las mantas apegándose lo más posible a él, sabía que eso estaba mal, que él había tenido la oportunidad de escogerlo y no lo había hecho, pero solo quería sentirlo cerca un poco más. Se sentía perdido y con el sentimiento de que estaba cometiendo error tras error, cerró los ojos intentando no pensar en nada más y se estaba comenzando a quedar dormido cuando Wonsik se comenzó a mover.

-¿Taekwoon? – Preguntó adormilado tocando su rostro. - ¿Qué haces aquí? –

-Me dolía la cabeza – Respondió simple, ignorando el hecho de que lo estaba abrazando.

-No deberías estar aquí, tú ya escogiste – Dijo bajando la mirada, pero Taekwoon alcanzó a notar como sus ojos se llenaban de lágrimas. –Deja de jugar conmigo – Espetó con rabia contenida.

-No quiero hacerlo. Sólo vine aquí para dejar de escuchar la música a todo volumen –

-Entonces será mejor que yo me vaya – Dijo Wonsik intentando ponerse de pie pero este lo detuvo.

-No es necesario, me iré yo – Dijo poniéndose de pie y comenzando a caminar hasta la puerta, ver el dolor reflejado en los ojos de Wonsik lo hería hasta en lo más profundo, no soportaba verlo mal por su culpa y el menor tenía razón al creer que él solo estaba jugando.

-Taekwoon – Le llamó Wonsik en un susurro, logrando ese se detuviera -¿Por qué? – Fue todo lo que salió de sus labios casi con dolor.

-No quiero estar con el miedo constante de estar con alguien que pueda dejarme en cualquier momento – Respondió sin mirarlo – Tus sueños siempre serán más importantes que yo –

-¿Qué? – Wonsik rio irónico – ¡Siempre haces que todo parezca mi culpa! – Gritó frustrado– Todo ese tiempo fuera tuve la esperanza de que me esperarías, que nadie podría entrometerse en nuestro camino, sin importar cuantas veces te dijera que te dejaba libre en caso que encontraras a alguien más, jamás pensé que algo así ocurriría – Se paró de golpe acercándose a Taekwoon y tambaleándose un poco, el alcohol aún hacia estragos en él y se comenzaba a sentir realmente mareado – Me dolió hasta en lo más profundo ver que tenías a alguien más y pese a todo, creía que me seguías amando, ¿Cómo podrías olvidar todo lo que decías amarme en tan solo un año? Era lo que me repetía a diario intentando buscar las fuerzas para seguir luchando por ti y tú nuevamente lo vuelves a elegir en él, ¿Y sigo siendo yo el egoísta? – Termino de decir con la voz quebrada a la vez que se apegaba a su espalda.

Stupid loveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora