Capítulo 29

9.6K 488 132
                                    

Draco y yo aterrizamos en la gran explanada, llevábamos volando dos días seguidos y había sido genial. ¡Me encantaba volar!

- ¡Senda! - Tarnan se acercó corriendo hacia mí y me abrazó mientras me hacía girar en círculos, eché a reír como una niña pequeña - ¡has vuelto!, ¡has vuelto!

- ¡Tarnan! - le abracé lo más fuerte posible, qué alegría volver a verle. - ¿Qué haces aquí?

- Llevamos haciendo guardia desde ayer, el padre de Príus escuchó que estabas a punto de llegar y queríamos que al menos uno de nosotros te estuviese esperando, nos hemos estado turnando.

- ¡Ala! ¿de verdad? - eso era.... ¡monísimo! ¡Por su parte!!! - ooooohhhhh... sois tan majos...

- ¿Majos??? Somos la leche - volví a reírme y Tarnan volvió a abrazarme con todas sus fuerzas.

- ¿Es que acaso siempre te tengo que encontrar en la misma posición, hijo de Calem? - El Rey estaba detrás de nosotros con los brazos cruzados mirándonos enfadado.

- Ma... majestad, lo... lo siento - me estiró la ropa torpemente y me reí por lo bajo ante la tontería.

- Bienvenida al Reino de los Dragones, querida mía, tu presencia ha sido añorada - ¡venga ya! ¿está en modo Rey?, ¡qué aburrido!, un beso, un abrazo, un.... 'te quiero'....

- Majestad - hice el saludo protocolario - es un honor estar de nuevo a vuestro servicio.

- Al Consejo y a mí nos gustaría que te reunieses con nosotros para cenar querida, hay muchas cosas de las que hablar, pero antes... te ruego cambies tus ropas humanas por tus vestiduras de aprendiz. - Se acercó a mí y depositó un casto beso en mi mejilla.

- Pomposo Escamoso - susurré por lo bajo... Arqueó su ceja pero omitió el comentario.

- Draco, amigo mío, como siempre puedo contar contigo para proteger a mi prometida - puse los ojos en blanco. Saludó al Rey mientras este se fundía en un interminable abrazo con el otro dragón... venga ya... llevo sin verle varios días ¿y me trata así?, ¿buf!

Me fui seguida de Tarnan hacia mi torre, prefería cambiarme y que nadie me viese con pinta de humana, Tarnan tocaba mi ropa y me preguntaba para que servía todo eso.

- Es ropa Tarnan - le dije.

- Huele mal... - me contestó.

- Ya... cuando vivía en el mundo de los humanos nada olía mal, antes era todo... normal y ahora, su comida es asquerosa incluso su agua no puede beberse.

- Supongo que por eso no viven tanto como nosotros - supuso Tarnan.

Subí a cambiar me y bajé dando saltos por la escalera, cuando llegué abajo Tarnan estaba mirando a la puerta y me lancé sobre su espalda como una niña pequeña. Caímos los dos al suelo, yo me estaba riendo como una boba pero Tarnan tenía una expresión aterrada en el rostro. Miré donde miraba él y.... de verdad, de verdad, de verdad... ¿cómo demonios tenía la habilidad Arco de encontrarme en las situaciones más vergonzosas???? Palmeé mi frente con ganas... seré idiota???

- ¡Tú! ¡Largo! - le dijo furioso a Tarnan, este salió corriendo. Arco cerró la puerta con un portazo. - ¡Senda! ¡Eres mi prometida!!!! ¡La prometida del Rey!!, ¿se puede saber por qué tengo que encontrarte en brazos de otro? ¿Dos veces??? En el mismo día???

- ¿Qué brazos? - señalé la puerta - ¡es Tarnan!!! Por favor! Si es como mi hermano!!!

- ¡Me daría lo mismo que fuese tu padre Senda! ¡Tu rango, tu posición!!! No eres una aldeana, vas a ser Reina!!

Trilogía Jinete de Dragón: Aprendiz de Jinete (I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora