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Harry

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Harry

— Entonces—Chris tomó un sorbo de su café—. Esta chica comenzó a hablarte, y a ti no te agradaba.

— Si. —contesté

— Siguió hablándote, y comenzó a agradarte. — continúo hablando-.

— Si. — le dije

— Te pidió que se reunirán y te dejó plantado.

Gruñí en respuesta.

Él asintió.

— Entonces, ahora ella te sigue hablando, pero estas demasiado resentido para responderle de buena forma, ¿o me equivoco? —elevó una de sus cejas, la cual tenía un piercing.

Suspiré.

— No comprendo a las mujeres. — le contesté suspirando.

Mi amigo soltó una carcajada.

— Deberían darme diez dólares cada vez que escucho esa frase. Ya sería rico. — dice bromeando.

— ¿Qué tengo que hacer? —le pregunto—. ¿Debo seguir ignorándola o la disculpo?

— No lo sé, amigo. Esa es tu decisión. Dales tiempo a los minutos.

Fruncí el ceño.

— Eres una conciencia terrible. Y es «Dale tiempo al tiempo» No «tiempo a los minutos»—dije burlón.

Él se encogió de hombros.

— Al menos captaste lo que tenía que decir. — dice.

Asentí.

— Pero, ¿qué hago? —volví a preguntar.

— Escucha a tu corazón—dijo en tono melancólico, poniéndose una mano en el pecho.

— Definitivamente, estás despedido como conciencia. — le contesto frunciendo el ceño.

— Vamos, Harry, es la verdad. Si quieres seguir hablando con esta chica misteriosa, hazlo. Si no, simplemente bloquéala o díselo, ¿capisci? —dijo ya algo exasperado.

— Esta bien—dije con un suspiro.

— Muy bien. Ahora, ¿no tenías una cita o algo así con esta chica Andrea? —me pregunto subiendo las cejas pícaramente.

— No es una cita. Es mi tutora de biología—mi tono de voz sonó algo enfurruñado, y pude sentir como mis mejillas se calentaban un poco.

— ¿A qué hora dijiste que era? — preguntó

— A las cuatro. — le contesté

— Entonces creo que estás algo atrasado. — dice

Vi la hora en mi teléfono y solté una maldición. Este marcaba las 15:00 PM.

—Chris, todavía falta una hora — dije con el ceño fruncido.

— Ajá, exactamente. Pero debes de estar presentable para tu cita, ya que tú te tardas para elegir un atuendo. — dice burlándose.— Aparte no quieres llegar tarde a tu cita.

Lo miré con enojo. — ¡Que no es una cita carajo! Solo me ayudará en biología, es todo.

—Si, si, si. Ya a la chingada — contestó con una sonrisa mientras enciende la televisión.

✨✨✨✨✨

Eran las 15: 50 de la tarde, mientras bajaba las escaleras, iba checando la  dirección que me había mandado Andrea.

— Chris, en la despensa hay más frituras. Si mi mamá llega, dile que estoy comprando algo que nos faltaba—dije apresuradamente mientras tomaba ropa limpia y una toalla.

— ¿Por qué vas tan guapo? ¡Luego no te atrevas a negar que no es una cita!

Cerré la puerta de un portazo y me subí a la moto de Chris.

✨✨✨

Conduje rápidamente hacia la casa de Ben.

No vivía muy lejos, por lo que tan solo diez minutos luego estuve aparcando frente a la mansión que se alzaba ante mí.

Silbé con admiración. Subí los peldaños que me separaban de la puerta y toqué el timbre.

Unos segundos después, el idiota de Ben me abrió la puerta.

Su cara denotaba sorpresa al verme allí.

— ¿Qué haces en mi casa, perdedor? ¿Acaso vienes por la revancha?

Mal nacido hijo de...

— Ben, deja pasar a Harry. Tengo que enseñarle biología.

Vi a Andrea detrás del idiota con los brazos en jarra.

Ben gruñó, pero se hizo a un lado, dejándome pasar.

— Muy bien—aplaudió Andrea y le dio unas palmaditas en la cabeza a su hermano, con aprobación. Este seguía mirándome amenazadoramente.

— Uhm, ven Harry. En la terraza podremos estudiar.

Andrea tomó mi brazo y prácticamente me arrastró por su casa.

✨✨✨✨✨

—...entonces, Harry, ¿de qué está compuesta la sangre? —me preguntó Andrea.

La mire fijamente.

— Anda, Harry—insistió—. Tiene un setenta por ciento de...

— ¡Agua! —completé emocionado la frase. Al fin sabía algo.

— ¡Muy bien! La sangre está compuesta de un setenta por ciento de agua. También contiene Vitaminas, plasma, sales minerales y nitrógeno.

Asentí.

— Okay, ¿por dónde circula la sangre? — me preguntó

— Por las venas, los capilares y las arterias—respondí inmediatamente.

Andrea aplaudió entusiasmada.

— ¡Excelente! Te sabes todo, Harry. No dudo que incluso alcanzaras mi calificación en ese examen.

Le sonreí y me fijé que iba mejor vestida que la última vez que la había visto.

Tenía puestos unos shorts negros y una camisa escocesa abierta, dejando ver debajo una camiseta negra con el logo de una banda que no conocía. Su cabello había sido teñido a rojo.

— ¿Tengo algo en la cara? —me preguntó.

— No... solo me fijaba en el color de tu cabello. — le contesté

Ella sonrió.

— Es genial, ¿verdad? — dice con una sonrisa.

Asentí.

— Y dime, Harry, ¿siempre te has llevado mal con mi hermano? — me preguntó

— Es un idiota—dije automáticamente.

Ella alzó una ceja.

— Es la verdad—me defendí—. Nunca le he hecho nada, pero un día simplemente apareció y comenzó a decirme estupideces. Luego ya estábamos peleando. ¿A quién suspendieron? A mí.

— Ben puede ser un idiota la mayor parte del tiempo, pero la verdad es un buen chico. No lo digo porque sea mi hermano. — dice.

Me encogí de hombros, sin saber qué decir.

— Bueno, cuéntame, ¿tienes novia?

Smile, Harry. | Wattys 2022Donde viven las historias. Descúbrelo ahora