19

3.9K 298 78
                                    

Harry sintió como su teléfono volvía a vibrar

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Harry sintió como su teléfono volvía a vibrar. Era la tercera vez que su amigo lo llamaba, pero él simplemente no tenía ganas de hablar con él. El teléfono se detuvo, para comenzar a vibrar otra vez. Joder, que molesto era.

— ¿Qué?—gruñó al teléfono, contestándole a su amigo.

—¡Por fin te dignas a contestar!—dijo dramático.

Harry volvió a gruñir.

— Hey, basta. ¿Dónde está el chico meloso y cursi que conozco?

Oh, sí. Esa era la verdad. Harry se mostraba rudo y malo. Pero por dentro, era el chico más cursi del mundo.

—¿Querías algo?—le preguntó.

— Ah, sí. Casi lo olvido. Mi primo Louis viene de intercambio mañana, y va a estar con nosotros.

—¿Louis?—dijo Harry con escepticismo.

Louis era un chico castaño y de ojos azules. Un poco bajo, pero bastante simpático. ¿Lo malo? Estaba enamorado de Harry.

—Sí, Louis. Pero tranquilo, creo que ya te superó. Por lo menos ya no escribe fanfictions sobre ti.

Harry rodó los ojos.

—Si lo que quieres preguntarme es que si puede estar con nosotros, la respuesta es sí.

—Eres el mejor.

—Lo sé, ahora déjame seguir leyendo—dijo Harry cortando la conversación.

Trató de concentrarse en su libro -El héroe perdido- pero no dejaba de pensar en la tal Margaret S. ¿Qué tipo de nombre era ese? Harry rió en su interior. Le divertía hablar con la chica, pero eso era algo que nunca iba a admitir.

De todas maneras decidió hablarle.

«Hey»
«Margaret»
«Margarette»
«Margarita»
«Margi»

Esperó a que la chica contestara.

«¡No me llames así!»

Rió en voz alta por la reacción de la chica.

Cuando trataba de imaginársela, veía a una chica menuda y de cabello claro -entre castaño claro y rubio- con el ceño fruncido. Le intrigaba mucho la tal Margaret S.

De todas maneras, siguió conversando con ella.

«¿Y si no te agrada lo que descubres?»

Harry comenzó a divagar.

¿Acaso la chica era una de esas personas satánicas que le arrancaban el corazón a los animales? No lo creía. La curiosidad le picaba cada vez que hablaban.

«Uhm, no lo sé»

Y era cierto. No lo sabía. No tenía idea de cómo iba a reaccionar si alguna vez conocía la identidad de la chica (si realmente era una chica)

Sintió como le llegaba otro mensaje, pero decidió no verlo. En cambio, fue a tomar una ducha.

***

«...I like the sound of the rain
I like the sounds you make
We put the world away
We get so disconnected»

Harry apagó la alarma de su teléfono y se dirigió a su guardarropa. Se decidió por unos pantalones negros con la rodilla gastada, una camiseta negra y una camisa a cuadros roja.
Se puso sus habituales converse y bajó a desayunar.

Su madre estaba abajo terminando de servir jugo de naranja en su vaso.

—Hola mamá—saludó Harry.

Su madre lo miró seriamente. Oh oh.

—Ayer me llegó tu informe de calificaciones. ¿Cómo es posible que estés reprobando Biología? ¡Soy profesora de biología! Deberías pedirme ayuda si lo necesitas.

—No lo necesito. Prometo que lo arreglaré—apresuradamente depositó un beso en la mejilla de su madre y salió de la casa.

Se puso sus audífonos, y comenzó a caminar.

La escuela solo estaba a 3 cuadras.

***

Las horas pasaban lenta y tediosamente. Todo el día Harry solo había estado dormitando en cada clase.

Y en la hora del almuerzo, Louis lo había abrazado y todo el mundo se había quedado mirando. Incomodo.
Ahora venía su clase favorita (si, claro): Biología. Ingresó al salón y por primera vez desde sexto grado, se sentó en la primera fila. Ante la mirada anonadada de su amigo, solo se encogió de hombros restándole importancia.

La clase pasaba, y Harry solo podía pensar en... nada. Era demasiada información y no tenía tiempo para pensar en otra cosa que no fuera poder anotar todo lo del pizarrón.

Cuando la clase estaba por terminar, la profesora lo llamó.

— Sr. Styles, ambos sabemos que usted no va para nada bien en mi clase.

Harry asintió.

— Bueno—continuó la profesora—. La verdad creo que usted podría ser un alumno brillante si se esforzara. Así que tendrá una tutora.

—¿Una tutora?—preguntó confuso.

Su madre no estaría dispuesta a pagar demás por alguien que le enseñara.

—Así es. La señorita Sender es la estrella de esta clase, y no creo que tenga problema en ayudarle.

¿Sender?

Está bien, había que admitir que Harry no conocía el nombre de la mitad de sus compañeros, pero según el, no había nadie de apellido Sender.

—Señorita Sender—llamó la profesora a alguien más que se encontraba en el fondo del aula.

Una chica que no sobrepasaba el metro sesenta y cinco se levantó, y Harry pudo apreciar su apariencia. Su cabello estaba teñido de púrpura y tenía unos lindos ojos verdes. Pero lo que no cuadraba con su estilo era su ropa. Estaba vestida con una falda por encima de la rodilla color rosa pastel con estampados de flores amarillas, un top negro y converse blancas. Esa chica necesitaba asesoría.

Incluso Harry podía darse cuenta.

—¿Necesita algo, señorita Brooks?—  preguntó la chica. Su voz era algo grave pero suave a la vez.

— Si, la verdad si. Eres de mis alumnas más destacadas, y necesito pedirte un favor. Este chico que vez aquí—la maestra me apuntó—. Necesita algo de tutoría en Biología. ¿Sería posible que le ayudes?

La chica asintió.

—Pues claro, no hay problema.

Se volvió hacia mí y me sonrió.

—Mi nombre es Andrea Sender, un gusto—dijo presentándose.

Y Harry lo único que podía pensar era que Andrea era un lindo nombre.

Smile, Harry. | Wattys 2022Where stories live. Discover now