Oportunidad

340 45 2
                                    


Wirt bostezo todavía cuando llego a duras pena a la cual suponía era la casa de Bill. No estaba demasiado seguro, de hecho incluso cuando todo el timbre se preguntaba si estaba en lo correcto y esa era la dirección que le había mandado su psiquiatra; su inseguridad no ayudaba para nada. Después de un par de minutos de esperar y sacaba su celular para revisar su mensaje que le había dejado hace poco más de una hora cuando al final el rubio se había dignado abrir la puerta. Su cabello estaba desordenado y tenía puesta una bata roja al más estilo de Quentin Tarantino en el film de Pulp Fiction.

—Pensé que no vendrías — le hizo pasar mirándole todavía con somnolencia, parecía que ni siquiera tuviera quince minutos de haberse levantado de la cama— pasa, no te quede ahí.

—Lo siento— se disculpó rápidamente entrando aquella casa. Si hubiera tenido que simplificar algo para describir aquella morada con una sola palabra sería frio, parecía todo calculado sin ningún toque que uno nota en un algo hogareño— pensé que nos veríamos en el hospital como siempre.

—No pienso ir hoy en realidad— se excusó vagamente, bueno eso realmente no se lo esperaba, siempre había considerado en Bill a una persona muy profesional— pero quería verte— añadió.

— ¿Quería verme?— pregunto confundido por aquella confesión. Quería verlo solo a él, eso le emocionaba aunque sabía que solo era una exageración por su parte.

—Como compensación quería invitarte a desayunar, aunque ¿me podrías esperar? Me quede dormido y ando en estas fachas.

—Tomate tu tiempo— respondió viendo como le abandonaba para subir las escaleras que conectaba a la segunda planta.

Wirt fue a la sala de aquella casa. Podría parecer un obsesivo pero le pareció curioso que no hubiera fotografías, ningún toque que le diera un algo personal. Todo parecía pulcramente limpio, exagerado en realidad, y los muebles parecían lujosos. Por un momento pensó lo que le había contado en el día anterior ¿estaría igual de mal? Posiblemente, era una teoría de la cual no se sentía con muchos ánimos de averiguar si era verdad o no. Paso solo diez minutos cuando Bill regreso un poco más entero de cuando lo vio al principio.

— ¿Te gustan las crepas?— Wirt solo atino a asentir con la cabeza, no le importaba que comer— bien te prepare unas — apenas fue a la cocina le siguió— ¿sucede algo?

—Bueno es que no es natural que un psiquiatra invite a un paciente a desayunar así como si nada.

—Lo que hice ayer, me hizo pensar que no es buena idea que yo siga siendo tu psiquiatra, de hecho también por eso te invite— comenzó a decir concentrando en lo que cocinaba— conozco a un colega muy bueno que te podría ayudar.

— ¿Por qué? ¿Por qué me estás haciendo esto?— pregunto empezando alterarse ¿se quería deshacerse de él? ¿Esto acaso era una broma de mal gusto?— yo estoy muy bien con usted, le juro que le hare más caso, me tomare mi medicación, pero no me puede...

—Lo que hice anoche rompe toda ética profesional, esperaba que al menos lo entendieras — suspiro, no era sencillo.

—Lo que hizo anoche me permitió dormir como no hacía en años— reprocho acercándose a él viéndole retroceder, apenas unos pasos.

—Cálmate— pidió apenas — mira eso no significa que voy a dejarte ¿está bien? Solo que yo no puedo hacerlo. Cuando te sientas mal o cualquier cosa puedes decirme o hablarme— le empujo un poco.

—Pero, yo realmente quiero que sigas siendo mi psiquiatra.

—Podremos ser amigos — señalo — y ahora no me desconcentre— bromeo.

Oscuridad (BeastWirt)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora