Pesadilla

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Nota: Este capítulo tiene referencias a otro fic "serial killer"




Wirt despertó en medio de la noche, aterrado y bañado en sudor en la oscuridad de su solitaria recamara producto de aquella pesadilla; sentándose en la cama trato de calmarse mientras comenzaba a repetirse como si fuera una oración personal que ya todo estaba bien, que no estaba en aquel sótano. Ya no era más que aquel chico de 16 años, un adolescente que había quedado en el infierno causado por aquel hombre; no ya no era así, los años habían pasado y ahora era un adulto de 22 años bastante patético que padecía estrés postraumático. Demasiado para poder soportarlo.

Encendió la luz de su habitación mirando en el reloj que descansaba en la mesita de noche viendo que pasaba más de la medianoche; genial, otra noche que no podría ir a dormir. Se levantó para salir de su cuarto y pasarse a la su cocina donde prepararía como cada noche una taza de café bastante cargada y sin azúcar- no era algo que consideraba agradable, de hecho le daba asco el sabor totalmente amargo, pero eso mismo lo mantenía abierto- calentó bastante y cuando estuvo listo se sirvió la primera taza de la noche para llevárselo a la sala donde se instaló en uno de los viejos sillones y prender la televisión donde pasaban alguna película que no le prestaba tanta atención. Era una rutina que aunque le estaba acabando lentamente le ayudaba a no pensar mucho en el pasado; aunque parecía ser esta una excepción a la regla.

La paranoia seguía siendo latente, sentía que en cualquier momento Jack regresaría como prometió, que lo mataría esta vez. Morir de hecho no sonaba demasiado mal, pero en manos de ese psicópata ya no parecía tan encantadora como algunas veces llegaba a considerar, tal vez lo haría un día de esos...

No, no, eso estaba mal, no podía pensar en suicidarse, tenía solo 22 años, toda una vida por delante ¿no es así? Estaba arruinado. Necesitaba llamarle a su psiquiatra, tenía que hacerlo. Paso la taza casi vacía en una pequeña mesita que estaba en medio de la sala para coger el teléfono que estaba a su costado. Marco su celular nervioso que no le contestara para sentir un gran alivio no solo que le contestara sino que estaba dispuesto a verlo a su departamento; sin duda era todo un profesional y eso lo hacia quererlo. Y es que no había que nadie que supiera tanto de él como aquel psiquiatra.

...

Si conocía a alguien en quien poner toda su confianza, sus dudas y profundos miedos era a su psiquiatra: Bill Cipher. Cuando le dijeron que era el mejor y que podía atender su caso, pensó que aquel hombre era totalmente diferente que el chico rubio que era solo un par de años mayor que él. No obstante a pesar de ser tan joven le había ayudado- su anterior situación era incluso más patética, al menos agradecía que había logrado independizarse y tenía que agradecerlo a él- no sabría que hacer sin él. Le había ayudado en todo lo que podía y eso lo hacía sentirse demasiado dependiente.

—No sé cómo soportas el café sin azúcar, sabe simplemente horrible— suspiro un poco al ver al rubio en su cocina preparando su café en la cocina ¿era su impresión o estaba enojado?— esto te hará demasiado daño, Wirt.

—No lo creo— negó— ¿crees que algún día pase todo esto? Creo que ya no lo puedo soportar esto.

—De hecho si puedes— se acercó a la sala donde estaba él tomando el café— me han contado que has dejado de ver al psicólogo y que ya no tomas el medicamento que te doy— bajo la mirada, ese tono era de total molestia.

—Lo siento.

—No debes disculparte conmigo, pero si quieres seguir con tu vida no debes de hacer esto ¿Cómo piensas mejorar entonces? ¿Qué las pesadillas desaparezcan? Quiero ayudarte, pero quiero tu cooperación.

—Lo sé, pero realmente odio esas pastillas, odio sentirme como una especie de zombi el resto del día— reprocho.

— ¿Y prefieres ser como un muerto viviente por no dormir toda la jodida noche?— pregunto haciéndolo callar— debes hacerme caso, no tomaras esa mierda el resto de tu vida, cuando de te des cuenta tendrás una buena vida como las demás— se sentó en la pequeña mesa, quedando frente a frente.

—Pero esto ya no tiene solución — gruño; la falta de sueño mezclado con su ya profundo trastorno le estaban formando un mal carácter — ¿Qué vida puedo aspirar? Vivo en un mal departamento que mantengo apenas por un mediocre empleo y...no puedo olvidarlo.

—Eso es lo peor que puedes hacer— bufo Bill tomando a su paciente de las mejillas para que le mirara a los ojos — Jack ya no puede hacerte daño, ahora está en un lugar donde no podrá salir.

—Tú no entiendes lo que se siente estar con un psicópata que haga tanto daño— sintió esas ganas de desmoronarse por completo— Bill— apenas pudo reaccionar cuando sintió como le abrazaba con fuerza.

—Se perfectamente eso, pero tú ahora estas a salvo, sé que puedes salir adelante— decía en un susurro que solo él podía oír.

Wirt correspondió el abrazo, totalmente confundido ¿Por qué le decía que lo entendía? ¿Había pasado por lo mismo? Quería preguntarle, saber a qué se refería, pero desistió a hacerlo. En esos momentos prefirió aquel contacto que lo estaba calmando; sus brazos jalaban el cuerpo del rubio echándose para atrás y cargándolo en sus piernas- podría ser mayor que él, pero Bill era más pequeño que él- . El gusto le duro muy poco cuando se separó bruscamente de él.

—No debo estás haciendo esto— dijo Bill más para él. Wirt le dijo que no se preocupara, que todo estaba bien, que quería seguir abrazándolo, pero no estaba bien— lo siento Wirt, ya me tengo que ir. Le dije a Dipper que no tardaría lo más seguro es que me esté esperando, como si le importara— divago.

— ¿Las cosas no van bien con él, verdad?— pregunto, no era ningún tonto para notar que las cosas que tenía su psiquiatra con su pareja no iban del todo bien. De hecho si había que decir, aquel castaño le daba miedo, tenía un aura aterradora, demasiado parecida a la de Jack, aunque seguramente solo eran sus paranoias.

—Se supone que tú eres el paciente, yo no— rio, desviando el tema— así que no hablemos de mí— le notaba nervioso y se sintió preocupado por él.

— ¿Estás seguro?— pregunto viendo como el rubio se sentaba a su lado. Eso era un notorio no.

—No— negó de inmediato — es que detesto que siempre niegue lo nuestro ¿tanta vergüenza le causo que ni siquiera es sincero con su propia hermana?

—Si fueras mi novio, jamás ocultaría lo nuestro— se calló de inmediato, totalmente apenado por sus propias palabras— solo es un decir, yo no quería decir eso...

—No pasa nada— negó mostrándole una sonrisa— eres muy amable, pero ahora en serio me tengo que ir ¿Por qué no hablamos mañana? Puedo darte un espacio y te llamo cuando puedas, creo que...

— ¿Quieres salir a comer conmigo mañana? — interrumpió.

—No creo que sea bueno aunque tampoco debería estar haciendo esto — empezó a meditar — aunque podríamos hacerlo cuando salga de trabajar.

— ¿En serio?— pregunto ¿había cedido?

—Sí, pero solo será algo de nosotros dos— asintió— ¿tienes tu calmantes? Quiero darme cuenta que si puedas dormir al menos esta noche, o te atare a la cama— bromeo haciéndolo reir como hace mucho que no lo hacía.

Obedeció a todo lo que le decía, incluso en tomar aquella pastilla que tanto odiaba. Bill no tardo en irse mientras él, empezando a sentir el cuerpo más pesado se fue a su cuarto para caer rendido en su cama cayendo en los brazos de Morfeo, sin soñar en nada en absoluto.

Continuara.

Holas, esta vez le toco a Wirt en este capítulo. Quien ha leído Serial Killer sabrán que Bill es psiquiatra y es en el momento en cuando Mabel llega a casa, en los primeros episodios, mintiendo claramente, en donde iba. Aparecerá varias veces en este fic.

Nos vemos.

yIw

Oscuridad (BeastWirt)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora