Solo

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Jack miraba ausente el techo de su fría y desolada celda. Había dormido pocas horas y aunque tenía todo el tiempo para poder conciliar el sueño - a menos que aquella mujer no fuera lo suficientemente inteligente como consideraba al principio y volvería a verlo- simplemente no podía hacerlo, parecía una especie de castigo auto impuesto del cual no podía escapar. Estuvo acostado sin saber muy bien cuanto tiempo estaba permanecido en ese estado casi catatónico hasta que escucho unos pasos acercarse a su celda. Lo más seguro es que fuera algún guardia que le dejara la comida- el desayuno ni siquiera lo había tocado- levanto un poco la cabeza viendo que sus predicciones estaban en un error. Aquella testaruda estaba enfrente a su celda, a una distancia prudencial y ataviada en ese traje barato. En sus delicadas manos sostenía una grabadora. Admiraba su valentía.

- ¿Cómo estas, Unterweger?- pregunto la pelirroja que observaba sin la más mínima emoción al psicópata que se sentaba en la orilla de aquella cama, si se le podía llamar de alguna manera.

-Pensé que no te atreverías a verme después de lo que paso ayer - comento, al menos demostraba que era demasiado tenaz, algo admirable. Cualquier persona hubiera huido, pero ella estaba ahí, insistente a entrar en su mente y comprenderlo aunque sea un poco. Eso o sacarle información para venderlo al mejor y más morboso postor.

-No soy una cobarde- sonrió - ¿seguimos?

- ¿Con otra sesión barata? ¿Cómo Hannibal y Clarice en el silencio de los corderos?- pregunto cínico, satisfecho de borrar la satisfacción de la joven que ahora le miraba con una mueca de desagrado, que para él, le quedaba mejor- creo que ahora el asesino que causa el terror es aquel que anda mataran jóvenes pelirrojas con un hacha ¿no?

-Ese caso no está en mis manos- señalo algo molesta, ella quería ese caso pero se lo habían negado ¿era por su cabello rojo? Ni que fuera tan difícil teñírselo. Además que ese caso se lo habían dado a una total novata como era Mabel Pines- a ti tampoco debería importante.

-Tampoco es que me interese demasiado, pero estar encerrado es algo demasiado aburrido y escuchar las noticias que el guardia pone es mi único método de entretenimiento- lo último lo dijo con resentimientos. Antes eso no era verdad, pero por su "mal comportamiento" le habían dejado varios privilegios que el con esfuerzo había ganado.

-Supongo que podemos calmar las cosas así- se encogió de hombros. Tampoco obtenía nada con presionarlo porque no diría nada, si quería divagar entonces lo dejaría.

-Su única ventaja es que viaja por estados, retrasa toda investigación ya que son varias jurisdicciones distintas. Es inteligente, no puedo negarlo, pero sus métodos son sucios, se deja llevar demasiado por sus emociones.

-Los que se dejan llevar por sus emociones tienden a ser más desorganizados, dejan pistas y él ahora no ha dejado absolutamente nada. Tu más que nadie saber eso, ya que por estás aquí.

-Y ese hombre también estaría en prisión, pero alguien lo está ayudando- comento ahora llamando la atención de Beatriz, eso era una teoría nueva- sería una mujer sumisa, inteligente incluso más que aquel que le ayuda, pero dependiente, tal vez tenga algún trastorno de personalidad. Posiblemente recibe malos tratos.

- ¿Cómo el caso de Paul y Karla*?- pregunto interesada ante eso, aunque presentía que aquello solo eran alardes de aquel psicópata.

-Si- asintió con total calma- y todo acabara cuando le haga demasiado daño. No hay nada peor que hacerle daño a alguien que te quiere.

- ¿Cómo te paso con Wirt?- el pelinegro negó con la cabeza, suspirando un poco. Su estado de ánimo había dado un cambio demasiado abrupto, toda aquella soberbia parecía haberse ido de golpe y ahora parecía nostálgico- entonces ¿Quién es?

Oscuridad (BeastWirt)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora