♪Merry Happy♪

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"Watching me like you never watch no one

Don't tell me that you didn't try and check out my bum

Cause I know that you did

Cause your friend told me that you liked it."

— ¿Lo de siempre? —preguntó el muchacho con la bandeja en mano, sonriéndole con nerviosismo.

¿Nervios? ¿Por qué nervios, si era un cliente que solía aparecer por ahí?

Bueno, alguien le contó de lo mucho que hablo de él. De cómo le encantaba su todo, además de la atención que le brindaba.

"Vamos, no me digas que no lo notaste. Ha estado mandándote indirectas desde el primer día, Jack, y observando tu trasero a medida que te alejas después de levantar su pedido".

Gracias por las atentas palabras, querido Félix. Justo lo que él necesitaba para levantar su confianza, claro está.

Perdido en sus pensamientos, olvido prestarle atención al pedido.

—U-Uhm, lo siento —se disculpó, tomando rápidamente el bolígrafo que se encontraba arriba de su oreja y dispuesto a anotar lo que le fuera a pedir en la libreta—. ¿Qué querías?

—Lo de siempre. Tú mismo lo dijiste.

En su rostro había una sonrisa divertida, de esas que aparecen cuando ves a alguien caerse casualmente en la calle y no puedes evitarlo a pesar de que sepas que está mal.

—Enseguida se lo traigo.

—Oye —lo llamó antes de que tuviera tiempo para escaparse—, puedes dejar de tratarme con tanto respeto, no es como si fuéramos dos señores del siglo pasado.

—T-Tienes razón —contestó con rapidez, casi tropezándose con sus propias palabras.

Demonios, ¿por qué tenía que actuar tan tontamente? Era solo un hombre, un cliente. Tal vez se estaba haciendo demasiadas historias en su mente, cuando la realidad era que nada más allá de lo común estaba ocurriendo.

Dejó el papelito escrito sobre el mostrador. Aprovechando la soledad del lugar, pudo finalmente sentarse en uno de los bancos frente a la barra, sacándose el delantal blanco que le había estado apretando el vientre por tantas horas. Apoyó su cabeza entre ambas manos, mirando al piso. Estaba agotado.

Pssst...

—No molestes, Félix —respondió de mala gana.

—Como quieres que no te moleste cuando él está ahí y el local se encuentra tan desierto —dijo el sueco, encargado de la cocina y de alguna manera, cercano al único cliente en el lugar a esas horas—. Mira, es la oportunidad.

— ¿Oportunidad de qué? Yo no soy el interesado en conocerlo.

—Él es algo tímido.

—Dime otro chiste.

—Jack deja de ser tan aguafiestas —contestó con cierto grado de hartazgo. El irlandés finalmente lo miró—. Cuando este el pedido, se lo darás y te sentarás con él, ¿está claro?

— ¿Y quién eres para mandarme? —las cosas estaban subiendo de temperatura.

—Puedo hacer que te despidan.

Septiplier One- (s̶h̶i̶t̶s̶) Shots!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora