Capítulo 14: Un abrazo de él.

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Llevo más de media hora hablándole a Annie sobre mi lectura actual. Alex Markov y Daisy me han atrapado por completo. Lo han logrado a pesar de que mi autora favorita no actualiza la novela en internet que estoy leyendo.

Continuó parloteando como una loca, cuando noto que mi dulce amiga Annie no está oyendo absolutamente nada de lo que digo. En otras circunstancias mi blandengue corazón se hubiera ofendido mucho, pero, teniendo en cuenta que mi amiga está pasando una situación dolorosa, opto por obviarlo. Me percato que yo me he devorado ya dos trozos de pizza, no obstante Annie continúa con el plato vacío mientras observa con desdén el móvil entre sus manos. Niego con la cabeza sintiéndome mal por dos cosas:

1) Por más que intente, Annie no subirá el ánimo.

2) Siempre y toda la vida seré una tipa hambrienta que no conoce la dieta.

—¿Annie? —pregunto para llamar su atención—, no has probado ni un solo trozo de pizza — la regaño.

Su vista sigue perdida y algo nublosa, puedo notar que ella está a punto de soltar unas lágrimas.

— ¡Annie! ¡Te acabo de preguntar algo! —grito y sé que estoy siendo una malvada insensible pero no me gusta verla así.

Ella se sobresalta, luego, sus hombros caen.

—Lo siento, no tengo ganas de comer por ahora —dice.

Achico los ojos y levanto el dedo índice para regañarle como una madre a su hija.

—Muy mal, señorita. No solo eres tú, también es mi sobrino y debes de pensar en él.

Sus ojos están cristalizados, pero aun así trata de darme una sonrisa en la que no capto nada de felicidad.

—No tengo apetito, es todo.

Hago una mueca de disgusto y después emito un largo suspiro.

—Me duele mucho verte así, deberías considerar hablar con Landon.

Bueno, él había metido la mata con su frase "Fue un error", pero sé perfectamente que no es en serio. Algunas veces los hombres no miden el impacto que tendrán sus palabras. Bueno, no solo ellos también nosotras. Hablemos claro.

—No me pidas eso —responde con un toque de molestia. Suspiro.

— Bien, entonces demuéstrale que puedes salir adelante sin su ayuda. Tienes el apoyo de tus padres, la mía y de todos los que te queremos —recuerdo la llamada de Marlon el día de ayer. Sí, el descarado me había hablado por la noche solo para hacerme recordar que teníamos pendiente la organización de la fiesta de cumpleaños de Annie. Landon no habló conmigo, al perecer creyó que, siendo yo la mejor amiga, iba a darle una patada en los testículos. Ja, y lo merece —. ¿Sabías que ayer Marlon me habló y dijo que no estaba de acuerdo con la decisión de Landon?

Mi comentario no ayuda en nada, todo lo contrario, solo entristece un poco más a Annie. Me quiero auto golpear, algunas veces no tengo mucha madera para consolar personas. Trato de agregar algo más a mi intento por hacerla sentir mejor.

—Todos estamos contigo, brujita —tomo su mano—. Ahora, cómete esa suculenta pizza si no quieres que me enfade.

Ella me da una sonrisa de lado y se limita a asentir. Segundos después, la veo ingerir por bocados y a regañadientes un trozo de pizza.

¿Pero qué clase de amor es este? ¿Qué clase de mente vil y mutante te aleja de algo tan preciado? ¡Por Dios! La comida es vida.

El 100% de la población es al oxígeno, como yo soy a la comida chatarra.

WHEN SHE WAS HIS FRIEND.Where stories live. Discover now