Capítulo 14: Un abrazo de él.

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— Michi, qué sorpresa —saluda con mediana emoción. Noto ojeras en su rostro y algo de palidez en sus mejillas. Frunzo el ceño, me preocupa verla tan deprimida.

Ay el amor, cosa tan rara.

— He visto más emocionado al capitán del Titanic —refunfuño, y ella me muestra una tenue sonrisa. Luego, la veo limpiar las mesas con desgano.

— ¿Qué dices si salimos un rato a estirar las piernas y relajar la mente? Puedo pedirle permiso a Peter para que te de el día libre —ofrezco. Ella detiene su labor por unos segundos y me mira algo nostálgica.

— No creo que él me conceda eso. Él tiene su favorito y ese es Lan... —se detiene—, ese grandísimo idiota. Lo odio y... lo extraño. Odio extrañarlo —pronuncia molesta. Sin embargo, su rostro parece iluminarse, es como si el solo hecho de recordarlo le devolviera las ganas de vivir. Me asusta, en verdad no me imagino siendo tan dependiente de alguien. Annie nunca quiso eso, lo sé y la conozco, pero ahora parece haber cambiado por completo. Estoy atemorizada.

Le tengo miedo al amor, le tengo miedo a sufrir y le tengo miedo a vivir.

— No te preocupes por el permiso, yo convenceré a Peter —afirmo segura.

— Él no se puede abastecer solo en el negocio.

Observo los alrededores. Noto solo a una mosca posada en una de las mesas y... esa es toda la elegante clientela de esta tarde.

—Pues, digámosle a Peter que la mosca no es un comensal muy exigente. Puede darle cualquier porquería.

Annie ríe, luego la molestia del inicio regresa.

—Eso pasa porque el lagarto de Landon no asomado sus narices desde hace muchos días. Odio admitirlo, pero él es el gancho para este negocio. Sin su ridícula presencia nadie se asoma por aquí. Maldito coqueto.

Levanto una ceja, estoy sorprendida.

— ¡Oh por Dios! Estoy maldiciendo, cómo lo odio —masculla.

—No lo odias, y lo sabes —me cruzo de brazos. ¿Qué clase de amor tan disfuncional es este?

— ¿Sabes algo? No te enamores. Créeme, arrojarte de un séptimo piso duele menos que el amor.

— ¿Estás diciendo que me debo mantener en mi posición de solterona? —una risa quiere escapar de mis labios, la detengo cuando no veo diversión en el rostro de mi amiga.

— Solo... busca a alguien que al menos valga el sufrimiento, me refiero a que no lo hagas por cualquier tipo que no sabe lo que anhela —dice seria—. Michi, ¿qué te puedo decir? Todos los hombres son iguales, pero uno de ellos se enamorará verdaderamente de ti. Creo que esa es la única diferencia.

Parpadeo un par de veces. Trato de encontrar a mi antigua amiga Annie Vega la insensible y sincera castaña que recogió uno de mis libros en primer ciclo y luego charló conmigo por una hora, pero no la encuentro. Solo tengo frente a mis narices a una enamorada chica que habla filosóficamente sobre el comportamiento masculino. Me doy cuenta que es la experiencia lo que te hace sabia. Descubro entonces que soy un bebé en pañales.

— Vaya, el amor suena algo complicado —atino a decir —, discúlpame por no saber qué decir. Solo soy tu gorda fan amiga adicta a la lectura —oigo una genuina risa por parte de ella—. Supongo que, como tu salvadora oficial, puedo ayudarte a matar las penas con algo que tú y yo sabemos que nunca nos abandonará.

—¿Qué? —pregunta.

— La comida, nena. La comida.

...

WHEN SHE WAS HIS FRIEND.Where stories live. Discover now