Volverte a ver...

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— Lo prometiste, tía — la sobrina de Hide se cruzaba de brazos algo molesta mientras que la ahora pelinegra temblaba ante lo propuesto. —  Desde antes de que te fueras a Japón, lo prometiste y ahora que por fin se da, no quieres cumplirlo.

— Yo... yo no tengo tiempo — la muchacha miraba a un punto "x" tratando de que su sobrina no notara los nervios que la carcomian. — Tampoco tengo dinero.

— Mi papá dijo que los compraría... ¡Y en VIP! ¿Acaso no es genial?

Hide no sabia que hacer, no quería ir, con que cara podría mirarlos luego de haberse ido sólo despidiéndose del baterista, el solo saber que the GazettE vendría a su país le ponía los pelos de punta, el simple hecho de saber que Takanori estaría en el mismo país que ella hacia que temblara. En el tiempo que había pasado, ella había tratado lo más mínimo de saber de la vida de ellos, aun le dolía el no poder hablarles, el no poder bromear con ellos, su madre se había encargado de que ella se olvidara de su vida en Japón aunque eso nunca sería posible.

— Tía, debemos ir...  — al ver los ojos brillosos de su sobrina sólo atinó en asentir.

Un mes tenía, un mes en el que podía pararse al frente de un camión en movimiento o bien ir al concierto y verlos una vez más, por supuesto que la primera opción se veía más tentadora para ella. 

Siempre había culpado a su madre de su regreso, incluso cuando ella misma sabía que en parte ella tenía que ver. No quería reconocer el miedo que sentía al quedarse en Japón, aun temía que Ken fuera a por ella, aun su cuerpo temblaba al recordar cada escena y es que eso nunca podría olvidarlo, era algo que la perseguiria por toda su vida como una maldición, inconscientemente se tocó ambos brazos y un sollozo se escapó de su garganta, agradecía al cielo estar sola en su habitación. Empezó a sentir dolor de nuevo, claro que ella sabía que todo era psicológico pero no podía detenerlo, volvía a sentir las manos de Ken recorrer con violencia su cuerpo y las lágrimas se desparramaron en cantidad, trató de pensar en otra cosa, en algo mejor pero nada se venía a su mente, sólo quería llorar y eso hizo, por más de una hora lo único que hizo fue llorar, no arreglaría nada con eso, no borraría el recuerdo de esos horripilantes días pero al menos ella se sentía mejor y aliviaba un poco el dolor que su pecho sentía.

Los días continuaban pasando y ella había caído en resignación ya hace 2 semanas al ver los boletos adornar la portada del Facebook de su única sobrina, su hermano ni corto ni perezoso había premiado a su "estudiosa" hija y a su "adorada" hermana con esos boletos y ella no podía culparlo de que se sintiera feliz, por supuesto nadie sabía lo que le había ocurrido en Japón, solamente su madre. Su madre... Ella si que había dado un grito al cielo al enterarse de la compra de su hijo, claro que no se acordaba que ya conocía a la dichosa banda, si no su frustración era por la procedencia de dicha banda ya que eso mandaba al tacho su afán de que su hija olvidara la horrible situación.

Una semana antes del concierto las muchachas ya empezaban a sentir los nervios del evento, claro que por diferentes razones, una eran nervios de emoción al saber que cumpliría su mas grande sueño y aun mejor que eso, tocaría las manos de sus preciados ídolos, la otra era un manojo de nervios por el hecho de verlos... ¿Cómo actuarían ellos? ¿Cómo actuaría ella? ¿Qué les diría?... claro que no hablaría nada y si fuera posible ir con un enorme gorro para cubrir su rostro, deshizo ese pensamiento con gracia, se estaba comportando como una niña de primaria al pensar así.

Dos días antes del concierto, Hide ya había regresado del trabajo de medio turno que tenia; era camarera en un café, no le pagaban tan bien pero al menos no se sentía una inútil en su casa, suspiró con pesar sentándose en el sofá, recordaba con gracia los incidentes del día, habían sido dos veces las que por poco y se le caía la fuente de los cafés al sobre saltarse, una al ver una propaganda del concierto en la tele y la otra al escuchar a dos muchachitas hablar sobre el evento, había recibido el regaño de su jefa y ella prometió que no iba a suceder otra vez.

— Daf... ¿Todo está bien? Hace días que te veo nerviosa y algo alterada... puedes confiar en mi. — su hermano que estaba de visita en la casa familiar la miraba con preocupación.

— Si... todo está...

—¡Tía ya solo faltan dos días! — la muchacha se sobresaltó y sonrió tratando de parecer animada, su hermano la miraba con duda.

— Si... ya falta poco — pensó lo más rápido para escapar de esa situación — iré a descansar un poco... estoy muy cansada.

La muchacha se retiró dejando con la duda a su hermano, se sentía mal el no poder entender a la pelinegra,  se sentía mal de no poder hacer algo para no ver así a su hermana.

Ambas muchachas ya estaban haciendo cola para poder entrar al local, el día había llegado y más rápido de lo que pensaban, la muchacha sudaba frío de los nervios, si esto hubiera pasado antes de conocerlos otra había sido su reacción, trató de pensar en su yo de hace unos 4 años y se prometió divertirse esa noche, pase lo que pase a ella aún seguía encantándole la banda. A las 6:00 p.m ingresaron al local, agradeció que los que revisaban los boletos eran propios del recinto, su sobrina tomó su mano  y corrieron para adentrarse más en el lugar, ella ya empezaba a sentir la adrenalina previo a un concierto y eso le encantaba. Casi una hora después todo se puso negro, las personas empezaron a gritar de emoción pura; sabían lo que venía, empezaron a salir uno por uno los Gazettos, primero Kai,  Uruha,  Reita,  Aoi. .. la muchacha se había quedado con la vista pegada en el escenario, su corazón latía a mil por hora cuando lo vio salir, el último que faltaba, Ruki salía con la mirada en el suelo y se posicionó en su lugar. 

El concierto fue fabuloso, los chicos habían estado tan geniales como siempre, ella y su sobrina habían coreado todas las canción,  por su esto que seria una experiencia que nunca olvidaría, se sentía una chiquilla y eso le gustaba, tenia la adrenalina a flor de piel, los del staff hicieron que formaran una fila las que tenían el pase VIP, ninguno de ellos la había reconocido ya que llevaba un flequillo, el cual nunca había llevado en Japón y el cabello ahora era todo negro y largo, las gafas también habían facilitado a su no reconocimiento. Entraban una por una y ellas estaban hasta el último, Hide se prometió no hablar y dar la mano rápido; primero pasó su sobrina y detrás de ella la muchacha, primero la mano de Aoi, trató de no levantar la mirada, el moreno la miró un poco raro no por reconocimiento si no porque mayormente las fanáticas buscaban la mirada de él,  segundo era Reita, ella volvió a hacer el mismo procedimiento, era una figura totalmente distinta a la de su sobrina que derrochaba palabras de agradecimiento a sus ídolos, seguía Ruki y los nervios le dieron una cachetada tremenda, quería salir huyendo, quería irse a su casa y nunca más volver, sintió la mano cálida de Ruki envolverse en la propia, casi inconsciente alzó de a pocos la mirada y se percató que él también tenía la mirada fija en ella, ambas miradas chocaron y lo que sucedió nadie lo esperaba...

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Perdón perdón perdón,  se que soy una mala escritora por no publicar antes pero es que ya me había retirado temporalmente de escribir y aun estoy en mi retiro pero me dije que no podía ser tan mal y dejar pledge así ya que ya iba a terminar, así que les dejo este capítulo que... bueno nos acerca más al final y espero que no me odien tanto u.u

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Pledge.  (Fic De the GazettE)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora