Capítulo dos: Asuntos personales

528 69 128
                                    

Imposible, pensó JunMyeon.

"¿Q-... Qué? ¿JongIn qué?"

¿Estás loco o qué?, pensó otra vez.

"Tu número, JunMyeon... Te he preguntado quién es ese que conoce tu número de móvil personal".

JongIn realmente entró a su oficina, Jun no podía asimilarlo aún. Interrumpiéndolo en una reunión importante y entonces lo observaba fijamente con ese aire de superioridad, de arriba hacia abajo, como queriendo desafiarlo.

"Bueno, creo que-... ¿Mi asistente?"

"Si mal no recuerdo-..."

La voz del menor de repente se volvió más fría y alta, tuvo cuidado de marcar bien su voz en las siguientes palabras.

"Asistente y abogado de oficina, no pueden tener contacto fuera del trabajo, a menos que sea el propio Presidente el que lo pida".

Silencio.

Embarazoso y frustrante silencio, pensó JunMyeon, quien con la mirada aún fija en JongIn (quién seguía mirándolo fijamente también), se encontraba sin palabras.

"Yo-... No sé qué-..."

No podía creer que su amante le estuviese haciendo una escena de celos en medio del trabajo y más con la persona menos probable de todas. Además, de alguna manera, ese comportamiento tan infantil e imprudente le sorprendía.

"¡Tengo el derecho de comunicarme con mi asistente como lo haces tú, JongIn!"

Le estaba volviendo loco.

Ver a JongIn tratar de alguna extraña manera ratificar su posición como amante principal, no obstante, el asistente no sabía nada acerca de su relació, y verlo tan preocupado por la posibilidad de que podría haber contacto personal entre ellos.

Estaba literalmente perdiendo el juicio.

Lo hacía querer correr hacia él y besarlo, besarlo por completo, satisfacerlo por horas y horas, completamente.

"Pero-..."

JongIn sacó una mano de su bolsillo y apuntó los pantalones del pobre asistente, quien estaba de testigo de toda la escena sin decir una palabra.

"El Presidente nos equipó con un pager * para este tipo de cosas, ¿no? Ustedes dos deberían tener uno también".

Y él sonrió.

"Por favor, mira tus bolsillos".

¿Cómo puede ser tan, tan odioso al mismo tiempo?, pensó nuevamente JunMyeon, quien negó con su cabeza y deslizó su mano dentro de su bolsillo, el pronto saco su pager* y extendió su brazo.

"Aquí está JongIn, ¿estás feliz ahora?"

"¡Genial! Así que ahora ustedes dos no necesitan nada más para comunicarse desde ahora".

JunMyeon suspiró, puso una de sus manos en el hombro derecho de su asistente y lo empujó un poco.

"Vamos Park-... Por ahora te puedes ir".

"Oh-..."

Era tiempo de aclarar toda la cosa, rápido, solo los dos.

"Solo mantenme al tanto del caso número seis, ¿está bien?"

"Oh, sí-... Está bien, Señor Kim".

"Bien-..."

El apuntó la salida de su oficina y sonrió de manera amable al joven chico, quien se encontraba confuso y distraído de esa situación algo incómoda, entonces JunMyeon observó cómo Park se inclinaba frente a JongIn y luego huía de la habitación, desapareciendo en el aire como un fantasma.

Room n.72Donde viven las historias. Descúbrelo ahora