55 ¿Apuestas?... Nadie me gana.

Start from the beginning
                                    

- Pueden ser cosas tan simple como un cara o cruz o tan complejos como apostar quien de nosotros se dormirá primero hoy... Lo que quieran - contestó.

- Ya se - dijo el - ¿Vale a ver quién aguanta más con los ojos abiertos? - preguntó Marco.

- Claro, aunque no es una apuesta, pero bueno, sigan.  - Contestó Cat y me miró con una sonrisa malévola, algo que el frunció el ceño.

No sabe que yo siempre gano en ese juego. Pobre de él.

- Qué van a apostar?

- Mmm, no lo sé - dijo el.

Pensé y se me ocurrió algo que podría ser divertido, aunque a saber lo que me hace a mí... Bah, voy a ganar.

- Si gano yo, tendrás que vestirte de prostituta, con peluca incluido e ir por nuestra calle pidiéndole a personas que vayan por ella si tienen preservativos.

Nos miramos entre todos y estallamos en carcajadas, excepto Marco, claro.

- Bueno, si gano yo... - hizo una pausa mientras pensaba con el ceño fruncido - si gano yo, tendrás que tirarte a la piscina con ropa de invierno y después meterte en la bañera con hielo - sonrió triunfante, él sabe que odio el frío.

Nos miramos con odio mutuamente.

- Esta bien - sonreí forzadamente.

Nos colocamos frente a frente y todos nos miraban intentando aguantar la risa.

- Cierren sus ojos - ordenó Cat - ¡3!... ¡2!... ¡1!  ¡Ya!

Los dos abrimos los ojos, pero es que él es bobo, los abrió completamente como si su vida dependiera de ello, así le van a picar antes. Pasaron diez segundos más o menos y sus ojos ya comenzaban a ponerse rojos, pero los míos no picaban en absoluto.

- Puedes cerrarlos tranquilamente - dije tierna.

- No pienso hacerlo.

Pasaron quince segundos más y creo que en cualquier momento la cara de Marco iba a explotar. Estaba completamente roja. ¿Tanto le afecta eso? Yo sigo como antes, no arden nada. A los treinta segundos empezaron a caerles lágrimas de los ojos de Marco.

- ¡Te vas a morir! - le dijo Cat riendo - Marco, yo si fuera tú ya me rendiría, es imposible ganarle a Ariadna.

- ¡Aaaarrrg! - gritó el y cerró fuertemente sus ojos.

Gané e hice mi bailecito de la Victoria.

- Era imposible ganarme - le dije acercándome a su oído.

- ¡Son malas! Yo no sabia eso...

- ¿Y esperabas que te lo dijera? - empecé a reír - va a ser que no.

- Ahora... Chicos, seguimos otro día no puedo aguantar las ganas de ver el reto de Marco - explotó en risa - Caballero - tomo su mano - a vestirse de prostituta.

Empezamos a reír y junto a los demás nos metimos en el cuarto de Cat. Como él es hombre, todo le quedará más corto y estrecho.

- A ver, pruébate esto - Cat le pasó una camiseta pegada de tirantes que decía "fuck" de color rosa chillón.

- ¿Enserio? - dijo con cara de desprecio.

- Si. Nunca me la pongo - se encogió de hombros.

Refunfuñante se quitó la camiseta y se puso la que le dio Cat. Todos empezamos a reírnos como locos desquiciados. Le quedaba a mitad de la barriga y se le marcaban todos los pectorales.

Del internado a vivir con 5 chicos.Where stories live. Discover now