31. El cambio.

En başından başla
                                    

Levanto mi mano y acaricio su mejilla, su piel es tan suave, el cierra los ojos, luciendo vulnerablemente hermoso.

Te amo...

Esas palabras se atoran en mi garganta, haciéndome bajar mi mano. El abre los ojos, la pregunta en sus ojos es evidente, ¿Por que dejaste de tocarme?

Porque tocarte me hace querer decir algo que te asustaría.

Y no quiero arruinar el momento.

Le sonrío y me levanto para apresurarme al baño. Tomo una ducha, y mi estomago gruñe en protesta, el sexo mananero me ha dejado exhausta y hambrienta.

Ares toca la puerta del baño, –Te traje unos shorts y una franela, son de Marco pero es mejor que salir con esa ropa vomitada.

Avergonzada, abro un poco la puerta y le arranco la ropa de sus manos. La ropa me queda grande pero no me quejo. Cuando me miro en el espejo, un chillido deja mis labios.

Un punto rosado con morado decora mi cuello.

¡Un chupon!

Enojada, abro la puerta de golpe. Ares esta sentado en la cama, con la toalla alrededor de sus caderas desnudas. Apretando mis labios, le doy una mirada asesina. El levanta una ceja y yo senado mi cuello.

–¿Es en serio? ¿Un chupon?

Ares sonríe y esta a punto de decir algo cuando tocan la puerta. La voz de Marco suena al otro lado, –Vamos a ir a desayunar todos, ¿Se anotan?

Mis ojos caen sobre Ares, no quiero ser pegajosa o molestarlo así que dejo la decision en sus manos. Ares se levanta, y camina hacia mi, –Si, en 10 minutos bajamos– se detiene frente a mi y me da un beso corto para luego seguir al baño.

¿Estoy soñando?

Ares esta siendo tierno después de haber tenido sexo, ¿Estará drogado? ¿Se habra golpeado la cabeza con una roca?

Después de usar el teléfono de Ares para avisarle a Dani que estoy bien, bajamos, no puedo evitar los nervios que me invaden. Conozco al grupo de amigos de Ares, pero aun no estoy familiarizada con ellos. La única vez que hemos compartido, no fue exactamente perfecta. Recuerdo claramente como le baile a Marco, los celos de Ares, las risas de Luis y Gregory.

Mi cabello esta en una cola alta, y me siento un poco incomoda en la ropa de Marco pero Ares me aseguro que solo iríamos a un lugar donde la gente va vestida como le da la gana porque generalmente los sábados va gente que ha amanecido o ha rumbeado toda la noche.

Al llegar al final de las escaleras, al primero que veo es a Luis, sentado en el sofa masajeando su frente. Gregory esta echado sobre el mueble grande, con su antebrazo sobre sus ojos, la morena que vi anoche estada sentada junto a el, sobando su espalda. Marco esta de pie al lado de la chimenea, con sus manos sobre su pecho. Sus ojos encuentran los míos y una sonrisa torcida se forma en sus labios.

Todos tienes lentes de sol sobre sus cabellos, creo que están preparados para usarlos apenas salgamos.

–Por fin– Luis se pone de pie, –Estoy muriendo de hambre.

La morena me mira de pies a cabeza y puedo predecir que no le voy a caer bien. De hecho, creo que ya me odia sin conocerme, ¿La verdad? No me importa, a mi también me cae mal después de verla subir las escaleras con Ares anoche. Aunque al parecer esta con Gregory, lo cual me calma un poco.

Gregory levanta la mirada, –Buenos días, dormilona.

Yo lo saludo con la mano, –Hola.

–Vámonos– Marco dice y nos pasa por un lado para ir a la puerta.

A Través De Mi Ventana ✔️[En librerías]Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin