Capítulo 1: Nada fuera de lo inusual.

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"No elegimos nacer así, y no es que nos lamentemos, puede ser grandioso y a la vez doloroso, depende desde qué perspectiva se vea"

-Hmmm, otro día más, fingiendo algo que no soy, algo que no me hace feliz ¿en realidad tengo que pasar el resto de mis días por esta situación?- Pensó David, un chico Mexicano de 19 años, al despertarse un domingo por la mañana, era un día soleado, perfecto para las actividades religiosas en las que su familia lo envolvía.

-¡Aaaaaarriba! Es hora de levantarse que hay muchas cosas por hacer- exclamó su madre, Gabriela, una encantadora y bella mujer de 53 años con un ímpetu inigualable, era de aquellas mujeres que dan todo por sus hijos, tan apegada a ellos, que el más mínimo detalle que los lastimara era suficiente para preocuparla.

-Vaya, ahora uno no puede descansar ni durante los fines de semana, pero bueno, esta es mi vida- dijo David algo fastidiado, pues él lo único que quería en ese momento era quedarse tendido en su cama.

La verdad es que la familia de David era muy apegada a una religión, y como todos sabemos, la religión no se lleva tan bien con la homosexualidad, era hasta ahora después de 19 años que el tomaría el valor de experimentar, de vivir, de probar aquello que... Dentro de su círculo familiar, era prohibido.

-Mi cielo, que rico quedo el desayuno, solo como tú lo sabes hacer, ahora anda David, que se nos hace tarde para ir a Misa- exclamó Emiliano, un señor de 57 años robusto y con finta de machista, quien probablemente jamás aceptaría que su hijo fuera gay.

-¡Hola Andrés! ¿Cómo te encuentras? Tanto tiempo sin verte- dijo David a su mejor amigo  llegando a Misa.

-¡Hola David! Y vaya que si eh... esas vacaciones me hicieron muy bien, conocí a una chica que me gustaría presentarte- le dijo Andrés  tomando su hombro en señal de emoción.

-Emmm, que gusto me da que te la hayas pasado bien, y con respecto a lo de la chica no te preocupes, eso lo puedo conseguir por mí mismo- Contestó David algo nervioso.

-¡Vamos amigo, la chica es divina! ¿No vayas a ser gay tú también como Alejandro, eh?- dijo Andrés en modo de burla.

-No, que va, descuida, y ahora apresuremosnos a entrar que mi padre se molestara si me ve aquí platicando- respondió David algo molesto.

En realidad David evadía el tema, pues era evidente para los demás que ese chico no era "normal", y digo "normal" porque así ha creado sus estereotipos la sociedad, él prefería no tocar el tema, no se sentía listo para gritar al mundo sus preferencias.

-Vaya, ese chico en realidad es atractivo- pensó David al ver al chico justo al salir de Misa, él era blanco, alto y ancho, con un cuerpo bien definido, y aunque David era tímido, no le costaba contemplar algo que jamás en su vida podría tener.

-¡Hola madre mía, llegamos! -dijo David como saludo al llegar a su casa.

-¡Hola mi pequeño! ¿Cómo les fue? ¿Apoco no estás nervioso porque mañana es tu primer día de universidad?- respondió Gabriela con una sonrisa nerviosa.

-¿Qué? ¿Ya es mañana? por Dios, lo había olvidado, y no he preparado nada aún- pensó David muy preocupado, ya que él era del tipo de chicos que le encantaba la escuela, así que apresurado fue a alistar lo que necesitaría para su primer día en la facultad de Enfermería.

Lo que David no sabía, es que desde ese primer día su vida cambiaría gradualmente, algo que jamás imaginó, pero que era necesario para su libertad.

Destinados a no ser (Gay)Where stories live. Discover now