The Vampires Diaries -Primera Temporada-

1- Pilot -Parte I-

La madrugada acecha en la ruta. Una pareja recorría la carretera, regresando felices a sus casas luego se disfrutar de un concierto de rock. De un momento a otro la niebla comienza a hacerse más notoria, tapando la vista del conductor. Cuando pudo divisar algo, fue demasiado tarde, una persona chocó contra su auto, aterrizando unos metros más adelante en el suelo. El hombre freno como pudo, con sus nervios a flor de piel. Se bajó de inmediato, acercándose al cuerpo que no se movía.

—Ojalá que este vivo— susurra para él, no quería preocupar a su mujer, que permanecía en el auto alarmada.

El moreno se acercó hacía su pecho para comprobar si respiraba y tocó su mano para revisar su pulso.
En cuanto eso sucedió, los colmillos del muchacho que había planeado todo, se clavaron en la yugular del hombre, revolcandolo como un perro hambriento, mientras bebía su sangre.
La mujer salió preocupada buscando a su marido pero no lo encontró, terminando de perder la poca tranquilidad que le quedaba, al sorprenderle un ruido contra el auto. Allí estaba, él que era su marido tirado en el capó del auto con el cuello destripado.

La mujer horrorizada, salió corriendo por la carretera, pero lo que ella no sabía... Que era la próxima.

°°°°

Elena.

«Querido diario: Hoy será diferente. Tiene que serlo. Voy a sonreír y será creíble. Mi sonrisa dirá "Estoy bien, gracias." Sí, me siento mucho mejor. Ya no seré esa chica triste que perdió a sus padres. Empezaré de nuevo, seré alguien nueva. Es la única forma de continuar».

Cerré mi diario, guardandolo en mi mochila.
Dedique una última mirada a el espejo

Blusa roja
Chaqueta negra
Jeans
Zapatillas negras.

«Mejor de lo que me esperaba»

Tomé mi mochila, bajando escaleras abajo, lista para encontrarme con mi tía en la cocina.

—Tostadas. Puedo hacerles tostadas— habla con ella misma, con la puerta de la heladera abierta. Está tan concentrada que no ha notado mi presencia.
—Sólo hace falta café, tía Jenna— le dedico una sonrisa, mostrándole la jarra de café, pronta para servirme en un taza.
—¿Hay café?— irrumpe mi hermano, acercándose a la máquina para servirse.
—Su primer día de clases y no estoy para nada preparada— suelta frustrada Jenna, revolviendo en su bolso —¿Dinero para el almuerzo?— expresa estirando su mano en el aire con un par de billetes, ella esperaba que lo tomaramos.
—Ya tengo— respondí sin mirarla, pero mi hermano se lo arrebató de su mano sin siquiera agradecerle. «Grosero» —¿Algo más? ¿Un lápiz del número dos?— hablaba sola tomándose la cabeza con ambas manos —¿Qué me falta?— nos pregunta directamente, si no se calma va a enloquecer.
—¿No tienes una gran presentación hoy?— recordé que lo había mencionado anoche. Le di un gran sorbo a mi café, examinando su rostro.
—Tengo que encontrarme con mi ayudante de tesis dentro de...— mira su reloj, soltando su cabello desesperada, mientras toma su bolso, todo al mismo tiempo —¡Ahora! ¡Demonios! — la oigo maldecir antes de sentir la puerta cerrándose detrás de ella.

Le doy una ojeada a mi hermano, quien tiene una actitud bastante distante.

—¿Estás bien?— sale de mi boca sin pensarlo, él sostiene su taza entre la manos.

—No empieces— me detiene, le dio un sorbo más a su café, dejándolo sobre la mesada y desapareció de la cocina.