No soy tu princesa.©

Especial dos: Brianna Smith.

Tenía el pelo rubio, y sus ojos eran muy claros y verdes, por no mencionar que eran hermosos. A medida que se acercaba, pude apreciar más cosas, como su sonrisa y, dios, ¿por qué me siento tan nervioso de repente?

La seguí con la mirada mientras ella agarraba una bandeja del montón para que le sirvieran su trozo de pizza en ella, a la vez que hablaba con una chica pelirroja.

No tenía nada especial, nada que la hiciera diferente al resto de chicas lindas del instituto, sin embargo, había algo en ella que me atraía de una manera extraña.

Negué con mi cabeza. Está bien, Chris, cálmate. Eres un hombre, no una adolescente enamorada.

Vi cómo ambas chicas se dirigían hacia donde estábamos nosotros y, por instinto, miré a mis amigos, asintiendo como si les hubiera estado escuchando todo el tiempo.

Empecé a mover mis pies bajo la mesa y por poco me caí cuando sentí una mano sobre mi hombro.

― Hola, ¿está ocupado este sitio? ― le oí decir a una voz aguda a mis espaldas, y respiré antes de girarme, tratando de calmar mis nervios.

Miré al sitio vacío a mi lado y luego miré a la chica de pelo rubio y ojos verdes, que se encontraba sonriendo, esperando que respondiera.

― A-ah, sí. Digo, ¡no! O sea, s-sí podéis sentaros. ― respondí nerviosamente, y tuve ganas de golpearme a mí mismo. Genial, la primera vez que me dirige la palabra y acabo de dejarme en ridículo.

A pesar de eso, la chica no pareció darse cuenta de mis nervios, porque sonrió aún más antes de sentarse a mi lado junto con su amiga.

Respiré profundamente, esperando que no me hablara de nuevo porque sabía que eso no ayudaría en absoluto y oh, su voz es preciosa.

Por un momento, pensé en preguntarla por su nombre, pero ¿qué se suponía que tenía que decir? ¿Hola, cómo te llamas? Aquello ya no era preescolar.

Traté de volver a meterme en la conversación en la que estaban mis amigos y reírme cuando alguno de ellos decía algo gracioso, pero simplemente estaba demasiado nervioso y odiaba estar así por una chica de primer año a la cual no conocía.

Noté cómo la rubia conversaba con James y Luke, fruncí el ceño y me pregunté si se conocerían de algo. Cuando, por fin, me armé de valor para decir algo, volví a girarme para mirarla y abrí la boca para decir algo, pero me ganó en ello.

― ¿Eres bastante tímido, verdad? ― preguntó, y soltó una suave risa.

Y sí, demonios, hasta su risa era hermosa. Era escandalosa y extraña, tal y como ella. Parpadeé varias veces tratando de concentrarme y volví a abrir la boca, nervioso.

― E-eh, uhm... ― y ese fue el resultado.

La chica volvió a reír y se colocó un mechón de pelo detrás de la oreja, antes de extenderme una de sus manos.

― Lo siento. Me llamo Brianna, pero puedes llamarme Annie. ― miré su mano fijamente. ― ¿Cuál es tu nombre?

― Y-yo, esto... Me llamo Christian, pero Chris está bien. ― volví a mirarla a los ojos y agarré su mano, a lo que volvió a sonreír y no pude evitar hacer lo mismo. ― Tienes un nombre muy bonito.

Annie ladeó la cabeza y sonrió sin mostrar los dientes.

― El tuyo también lo es, Chris. ― sonreí, y estuve a punto de decir algo más, pero el timbre sonó y James me arrastró murmurando algo sobre no llegar tarde a clase.

Me quejé cuando James me exigió que caminara más rápido, pero no traté de pararle y hice lo que me ordenó.

Antes de salir del comedor, me giré y pude ver cómo Annie estaba agitando la mano, despidiéndose de alguien, y sonriendo. Quizás no iba dirigido a mí, quizás se refería a alguien que estaba detrás de mí, pero de alguna manera me hizo sentir las típicas mariposas una y otra vez.

― Veo que te llevas bien con mi hermana, ¿eh, Chris? ― soltó James, golpeándome en el hombro de broma, y arqueé una ceja, confundido.

― ¿Annie es tu hermana? ― éste asintió.

― Y mi increíble mejor amiga. ― añadió Luke.

― Supongo que sí. ― sonreí.

James volvió a sonreírme, y volvimos a dirigirnos a nuestra próxima clase.

Y quizás suene muy cursi, pero desde que la vi sonreír por primera vez, supe que quería que sonriera siempre.

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#10 en Novela Juvenil. ¡Gracias, escuadrón anti-princesas! ♡