Sismo

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Jongdae ni siquiera necesito confesarse.

Con la declaración que hizo acerca de la sonrisa de Minseok, fue suficiente para que el joven tomara las riendas de lo que sea que tuvieran.

Comenzó haciendo su trabajo a un lado y sentándose con él a tomar un café.

Resultó ser que Xiumin amaba el café, por lo que hacer su trabajo era sumamente satisfactorio y es esa la razón de la sonrisa que siempre adorna su cara.

Después de un tiempo en el que se conocieron lo suficiente, Min tuvo el valor de sostener su mano sobre la mesa mientras charlaban. Y Jongdae sentía que podría morir en paz.

Poco a poco, sus conversaciones se volvieron más cercanas, más fáciles de llevar y mucho más cómodas.
La tarde/noche se les iba rápido y Jongdae, dispuesto a no terminar la conversación, si fuera posible nunca, comenzó a llevar a Minseok a su casa.

Caminaban lentamente y se tomaban de las manos.

Sus días libres, desde entonces, los pasaban juntos, en sus lugares  preferidos. El planetario y una cafetería.

Jongdae nunca se cansaba de el planetario y mucho menos de la satisfacción que reflejaba el rostro de Minseok con humeante café.
De pronto, el café le parecía muy agradable.

Fue una noche, después de llevarlo a casa que sus labios percibieron un ligero roce, apenas la sensación llegó, desapareció.
Minseok se atrevió a besarlo.

Jongdae no supo que decir, solo espero a que el chico entrará a casa y él regreso a la suya, hecho un mar de sensaciones sorprendentemente buenas.

Los encuentros siguieron, y con ellos, los besos, cada vez más intensos y necesitados.

Pero no tenían un título y Jongdae tenía miedo de que no estuvieran en la misma sintonía.

Y tenía miedo de pedirlo y ser rechazado pero aún así no encontraba la palabra correcta para nombrar lo que ambos eran.

—¿Que somos?— en la cafetería, mientras su mente estaba haciendo un montón de ideas tontas acerca de lo que podría salir mal, se atrevió a preguntar, arriesgándose a ser desechado.

Pero Minseok sonrió en todo su esplendor.

—Somos Novios, Jongdae—

Y lo dejó solo, aún con su cabeza dando vueltas pero está vez de manera positiva.

No era necesario que ninguno de los dos hiciera la propuesta, para Minseok era muy claro lo que tenian y Jongdae estaba tan agradecido.

Su novio, tan amable y atento, tan agradable y sincero. Parecía hecho solo para él, su novio.

Su corazón palpitaba al grado de un sismo trepidatorio de unos 57°, si, es un total exagerado, la tierra probablemente se destruiría con un sismo de tal magnitud y  mucho menos su corazon sería capaz de soportarlo pero es que tener el rostro de ese pequeño con grandes mejillas a tan pocos centímetros de su rostro simplemente alborotaba todo su ser.

—Sabes que hay dos tipos de movimiento en lo sismos?

—eh?

Con el tiempo, Minseok se acostumbró a que su novio dijera datos interesantes y cosas al azar. Para él eso lo hacía aún más maravilloso. Era facinante y romántico a su manera.

—Uno es oscilatorio, como yo me siento cuando estás cerca. Todo me da vueltas.

Las grandes mejillas de Minseok se tornaron rojas, y miraba atentamente a su novio mientras seguía hablando.

—El otro es trepidatorio, como haces latir mi corazón cada que me besas.

Jongdae piensa que consiguió al chico a su manera.

Minseok sabe que en realidad fue al revés.

Aún con sus gustos diferentes y personalidades tan desiguales, ellos sabían complementarse perfectamente, con sus datos curiosos y su obsesión por el café, sabían entenderse.

Ellos se tienen el uno al otro y eso  es suficiente.

GEOGRAFÍA  -Chenmin-Where stories live. Discover now